Merkel viaja a Egipto y Túnez para abordar la crisis migratoria

Berlín, 1 mar (dpa) - La canciller alemana, Angela Merkel, inicia mañana jueves un viaje por el norte de África con escala en Egipto y Túnez con el objetivo de lograr avances con los Gobiernos de ambos países que conduzcan a una reducción de los flujos migratorios con destino a Europa.

En los últimos días, la mandataria destacó la necesidad de dotar a la región de una mayor estabilidad que permita poner fin al negocio de mafias y traficantes de personas en el mar Mediterráneo.

En Egipto, Merkel se reunirá con el presidente Abdel Fattah al Sissi, con quien también tiene la intención de abordar la situación de Libia, un país sumido en una guerra civil desde 2011 y en el que cientos de miles de personas permanecen hacinados en campos de refugiados.

La mandataria ha comprometido apoyo económico a Egipto, donde la población crece a mayor ritmo que su coyuntura -desde el año 1975 se ha duplicado hasta los 94 millones de personas- generando numerosos problemas de carácter social y con el que Berlín mantiene intensas relaciones comerciales.

En 2015 Alemania fue el segundo país, por detrás de China, del que Egipto importó más mercancías, en concreto maquinaria, automóviles y medicamentos. Asimismo, Berlín autorizó en 2016 la exportación de material militar a Egipto por valor de 400 millones de euros (421,5 millones de dólares).

En Túnez, donde llegará el viernes, la dirigente alemana se entrevistará con su par Youssef Chahed, el primer ministro del país, a quien recibió hace dos semanas en la Cancillería de Berlín.

La relación entre ambos países cobró especial relevancia en los últimos tiempos porque precisamente de Túnez era originario Anis Amri, el autor del atentado terrorista perpetrado en diciembre en un mercado navideño de Berlín que se cobró la vida de 12 personas e hirió a medio centenar.

Sobre el joven, a quien las fuerzas de seguridad vigilaban al considerar que podría resultar peligroso, pesaba una orden de expulsión de Alemania que nunca llegó a ejecutarse por falta de documentos de identidad que las autoridades germanas esperaban de Túnez.

Es por eso que la canciller quiere avanzar en medidas que permitan una mayor colaboración entre los dos países y que sirvan para evitar que una situación similar pueda repetirse.

Durante la visita del mandatario tunecino a Berlín, Angela Merkel anunció que Alemania trabajará en propuestas que sirvan para fomentar el retorno voluntario de aquellos refugiados provenientes de Túnez cuyo derecho de asilo haya sido rechazado por las autoridades del país europeo.

De forma paralela a este tipo de expulsiones voluntarias, el Gobierno germano tiene intención de impulsar la creación de puestos de trabajo en Túnez, sobre todo para gente joven, para darles perspectivas en su país y evitar así que arriesguen su vida al intentar cruzar el mar Mediterráneo.

En la actualidad residen en Alemania unos 1.500 ciudadanos tunecinos sobre los que pesa una orden de expulsión.

Desde la Unión Cristianodemócrata (CDU) que dirige la canciller defienden la necesidad de suscribir con estos países del norte de África un pacto migratorio similar al firmado con Turquía el año pasado y que, en la práctica, ha servido para reducir de forma notable la llegada de inmigrantes a Europa.

Dicho acuerdo prevé la devolución a Turquía de todos los migrantes que lleguen procedentes de ese país a las islas griegas y a los que no les sea concedido asilo en territorio griego.

Destacados miembros de la formación que dirige la canciller insisten también en que debería calificarse a Túnez, Argelia y Marruecos como países de origen seguros, lo que agilizaría la resolución de peticiones de asilo de ciudadanos procedentes de estos países y su expulsión de Alemania.

Partidos de la oposición como La Izquierda alertan, no obstante, de que la firma de pactos migratorios como el sellado con Turquía son una declaración de "fracaso político". En este sentido, desde esta formación califican este tipo de pactos como miserables y dicen que con ellos el Gobierno alemán da alas a regímenes autoritarios.