Ministra alemana, contra exceso de poder de plataformas de Internet


Berlín, 18 feb (dpa) - Los límites de la libertad de expresión no deben ser fijados por las grandes plataformas de contenidos en Internet, ya que ese sería un "camino muy, muy peligroso", opinó hoy la ministra alemana de Justicia, Christine Lambrecht.

"Aquello que abarca la libertad de expresión no puede ser decidido por empresas privadas", comentó Lambrecht durante una conferencia virtual sobre incitación al odio en las redes, organizada por la Fundación Friedrich Ebert.

La ministra concedió que las plataformas deberían tener cierta competencia en lo que se refiere a contenido publicado en sus espacios, pero bajo criterios difundidos de manera transparente.

Lambrecht también defendió que no debe haber ninguna restricción de los derechos fundamentales de los usuarios. De lo contrario, argumentó, se estarían entregando decisiones que deben tomar los políticos y los legisladores a las empresas privadas.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, expresó una opinión similar. Según dijo, el bloqueo de la cuenta de Twitter del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podía despertar simpatías en un primer momento.

Sin embargo, alertó, existen cuestiones fundamentales detrás que no pueden ser responsabilidad única de las empresas privadas.

En ese sentido, abogó por una coordinación internacional a la hora de establecer directrices para las grandes empresas tecnológicas, ya que algunas corporaciones tienen tanto poder que pueden enfrentar a los países entre sí y ejercer presión.

"No podemos dejar que se llegue a ese punto", agregó.

Maas relató que las amenazas de muerte que recibe a través de las redes se han "convertido en fieles compañeras", si bien lo consideró parte del cargo que ejerce, por más que hayan aumentado de manera considerable en los últimos años. Sin embargo, reconoció que también se dirigen a su entorno, por lo que "la familia también se ve afectada".

Asimismo, el ministro mostró su preocupación por el aumento de dichas amenazas de violencia física en el resto de ámbitos de la sociedad, no tan protegidos como el ocupado por los políticos.