Ciclista alemana Vogel se adapta a su nueva vida fuera de las pistas

Por Stefan Tabeling (dpa)
Berlín, 25 jun (dpa) - Kristina Vogel está estresada. Sesión de rehabilitación en Berlín, reunión política en Erfurt, visita a una carrera ciclista en Spremberg y viaje al Ironman de Fráncfort; la agenda vuelve a estar repleta de citas.


La vuelta a la pista de Cottbus no está entre ellas.

"No porque quiera evitar el lugar. No le guardo ningún rencor a la pista", argumenta Vogel en una entrevista a dpa. La pista que cambió su vida de un golpe deberá esperar.

Mañana se cumple un año desde el trágico accidente en el que la doble campeona olímpica chocó a gran velocidad con un joven ciclista holandés en la pista de Cottbus.

A consecuencia del mismo, la médula ósea de Vogel se cortó a la altura de la séptima vértebra, quedando paralítica desde la región del pecho hacia abajo. Tuvieron que pasar seis meses hasta que la ciclista alemana pudiera abandonar el hospital de Berlín en el que estaba ingresada.

Hoy, Vogel se enfrenta a su destino y quiere hacer pública su historia.

"Es increíble todo lo que ha pasado en este último año", reconoce al tiempo que admite que "si antes me preocupaba por cosas del tipo '¿cómo voy a llenar mi agenda o mi día?', ahora estoy en la mitad de mi vida".

Una nueva vida que ya no transcurre en un circuito ovalado a 60 kilómetros por hora. Vogel fue elegida como miembro independiente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) en el concejo municipal de la ciudad de Erfurt, es una conferencista muy solicitada y pronto trabajará para la cadena de televisión ZDF como experta en ciclismo.

Y, por encima de todo, quiere regresar como agente a la Policía federal. Se podría haber retirado, pero entonces no sería Vogel, no al menos con 28 años.

"Trato de ver el lado positivo en todo, y eso significa que cuando una puerta se cierra otra se abre", dice.

De hecho, Vogel está feliz por no estar aburrida y haber evitado una posible depresión. ¿Por qué debería? Aunque por supuesto hay momentos en los que le gustaría dar una o dos patadas. "Pero eso no es posible", dice en tono de broma.

Ya en un tono más serio, se pregunta: "Solo porque estoy sentada en una silla de ruedas, ¿no puedo volver a tener tanto éxito como antes? ¿Por qué no incluso más?".

Dos semanas antes se lanzó en un salto tándem desde 4.000 metros de altura. "Una locura", valora quien también fuera once veces campeona del mundo.

Estando en el hospital, Vogel hizo una lista de las que cosas que quería hacer. Incluía todas las cosas que uno no puede hacer al ser un deportista profesional, y esa es la razón por la que de momento descarta una carrera ciclista paralímpica.

Vogel lleva tras de sí un año de enseñanzas muy duras. Todo ha cambiado, "se ha desacelerado" según ella, y eso significa armarse de paciencia.

Ha tenido que aprender a conducir un coche únicamente con las manos, y si al principio de su rehabilitación necesitaba veinte minutos solo para entrar al coche, ahora ya lo hace en menos de cinco.

"Nunca he trabajado con una atleta como ella", declaró su fisioterapeuta Bodo Heinemann al portal especializado Sportbuzzer. "Siempre se ha mantenido muy concentrada y optimista desde el principio".

Vogel va a rehabilitación tres veces por semana en Berlín, donde coincide como Wolfgang Schäuble, actual presidente del Parlamento alemán y que también se encuentra en silla de ruedas.

Se conocieron y a partir de ahí Vogel empezó a sentir lo que es ser atacada en Internet por su condición de política. Pero seguirá diciendo lo que piensa.

Un encuentro con el piloto holandés involucrado en su accidente todavía no se producido, mientras que la investigación fiscal sobre el accidente sigue su curso.

La campeona alemana, en cualquier caso, ha pasado página. "En mi día a día prácticamente lo he olvidado", dice sobre lo ocurrido el 26 de junio de 2018.