FAO, UNICEF, PMA y OMS afirman que el hambre, la malnutrición, las enfermedades y la magnitud de la destrucción agrícola siguen siendo alarmantemente altas.
19/12/2025
Comunicado de prensa conjunto FAO/UNICEF/PMA/OMS
Roma/Ginebra/Nueva York - El último análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) para Gaza confirma que ninguna zona de la Franja se encuentra actualmente clasificada en situación de hambruna tras el alto el fuego de octubre y la mejora del acceso humanitario y comercial. Este positivo avance sigue siendo extremadamente frágil, ya que la población sigue luchando contra la destrucción masiva de infraestructuras y el colapso de los medios de vida y la producción local de alimentos, debido a las restricciones a las operaciones humanitarias. Sin una expansión sostenida y a gran escala de la asistencia alimentaria, para los medios de vida, la agricultura y la salud, junto con un aumento de la afluencia comercial, cientos de miles de personas podrían volver rápidamente a caer en la hambruna, advirtieron hoy la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según el nuevo informe de la CIF, al menos 1,6 millones de personas —el 77 % de la población— aún enfrentan altos niveles de inseguridad alimentaria aguda en la Franja de Gaza, incluyendo a más de 100 000 niños y 37 000 mujeres embarazadas y lactantes que, según las proyecciones, sufrirán desnutrición aguda hasta abril del próximo año. Cuatro gobernaciones (Gaza del Norte, Gobernación de Gaza, Deir al-Balah y Khan Younis) se encuentran actualmente clasificadas en Emergencia (Fase 4 de la CIF) hasta abril de 2026, y la gobernación de Gaza ha sido degradada de la clasificación anterior de Hambruna. Esta fase aún indica una grave inseguridad alimentaria, caracterizada por grandes déficits en el consumo de alimentos, altos niveles de desnutrición aguda y un elevado riesgo de mortalidad. Si bien el alto el fuego ha mejorado el suministro de alimentos, piensos, suministros básicos e importaciones comerciales esenciales a Gaza, lo que ha mejorado el acceso a los alimentos para algunos hogares, la mayoría de las familias aún enfrentan una grave escasez. Desde el alto el fuego, más de 730.000 personas han sido desplazadas, muchas de ellas viviendo en refugios improvisados y dependiendo en gran medida de la asistencia humanitaria. Además, el acceso limitado a los servicios básicos de agua, saneamiento e higiene (WASH), la atención médica y la destrucción generalizada de tierras de cultivo, ganado, actividades pesqueras, carreteras y otras infraestructuras críticas plantean enormes desafíos para la población y para las labores de socorro en curso. Las necesidades humanitarias siguen siendo alarmantes, y la asistencia actual solo cubre las necesidades más básicas de supervivencia. Los niños menores de cinco años, junto con las mujeres embarazadas y lactantes, siguen estando entre los más vulnerables y enfrentan niveles preocupantemente altos de desnutrición a pesar de las recientes mejoras.
Aunque los mercados ahora están mejor abastecidos de alimentos nutritivos gracias a la mejora en el flujo de entregas humanitarias y comerciales, las familias vulnerables, especialmente aquellas con niños, no pueden comprarlos. Los alimentos ricos en nutrientes, en particular las proteínas, siguen siendo escasos y prohibitivamente caros, lo que impide que el 79 % de los hogares puedan comprar alimentos o acceder a agua potable. Ningún niño alcanza la diversidad dietética mínima, y dos tercios sufren pobreza alimentaria severa, consumiendo solo uno o dos grupos de alimentos.
La situación se agrava por el hacinamiento en refugios improvisados, los sistemas de alcantarillado dañados, el suministro de agua deficiente y las familias que queman leña o basura para calentarse. En conjunto, estas condiciones están impulsando brotes de enfermedades y acelerando la propagación de infecciones respiratorias, diarrea y enfermedades de la piel, especialmente entre los niños.
La FAO, UNICEF, el PMA y la OMS están preparados para ampliar aún más sus respuestas. Sin embargo, la presión causada por las restricciones a las importaciones, las limitaciones de acceso y las importantes deficiencias de financiación está obstaculizando gravemente su capacidad para operar a la escala necesaria, en particular en las intervenciones que apoyan la seguridad alimentaria, la nutrición, la salud, el agua, el saneamiento y la higiene, la agricultura y la recuperación de los medios de vida.
“Los agricultores, pastores y pescadores de Gaza están listos para reanudar la producción de alimentos, pero no pueden hacerlo sin acceso inmediato a suministros básicos y financiación”, declaró Rein Paulsen, Director de la Oficina de Emergencias y Resiliencia de la FAO. “El alto el fuego ha abierto una pequeña ventana para que los suministros agrícolas esenciales lleguen a los agricultores vulnerables. Solo la financiación y un acceso ampliado y sostenido permitirán que la producción local de alimentos se reanude y se reduzca la dependencia de la ayuda externa”.
“Los niños de Gaza ya no se enfrentan a una hambruna mortal, pero siguen en grave peligro. Tras más de dos años de conflicto implacable, sus cuerpos y cerebros en desarrollo llevan cicatrices profundas y duraderas”, declaró Lucia Elmi, Directora de Operaciones de Emergencia de UNICEF. Ya hay comida en los mercados, pero muchas familias simplemente no pueden permitirse comprarla. Los centros de salud apenas funcionan, el agua potable y los servicios de saneamiento son escasos, y el invierno está aumentando el sufrimiento de las personas desplazadas que se apiñan en refugios improvisados. Estos frágiles avances podrían desaparecer de la noche a la mañana si se reanudan los combates. Necesitamos acceso humanitario sostenido, servicios básicos restaurados y, sobre todo, una paz duradera. Los niños de Gaza ya han sufrido bastante. El mundo no puede dar la espalda ahora.
“Una vez más, hemos demostrado que podemos frenar la hambruna cuando contamos con el acceso, la seguridad y la financiación para distribuir alimentos y apoyo vital”, declaró Ross Smith, Director de Preparación y Respuesta ante Emergencias del PMA. “Ahora es el momento de redoblar los esfuerzos para asegurar el acceso fiable a los servicios esenciales. El PMA mantiene su compromiso de apoyar a las familias de Gaza para que dejen de depender de la ayuda y avancen hacia la autosuficiencia y un futuro sin hambre, basado en la esperanza, la estabilidad y la prosperidad”.
“El alto el fuego ha propiciado la recuperación, pero no ha compensado los daños causados por dos años de conflicto. Solo el 50 % de las instalaciones sanitarias de Gaza funcionan parcialmente y muchas han sufrido daños durante el conflicto”, declaró Altaf Musani, Director de Gestión Humanitaria y de Desastres de la OMS. Incluso los centros de salud en funcionamiento se enfrentan a la escasez de suministros y equipos esenciales, sujetos a complejos procedimientos y restricciones de entrada, muchos de los cuales están clasificados como potencialmente de doble uso. La desnutrición sigue siendo alta, especialmente entre niños y mujeres. La OMS apoya siete centros de estabilización de la desnutrición aguda grave en toda la Franja de Gaza. Se necesita mucho más para abordar las vastas necesidades sanitarias. Para ampliar los servicios vitales y el acceso a la atención, la OMS insta urgentemente a la aprobación y entrada aceleradas de suministros médicos esenciales, equipos y estructuras hospitalarias prefabricadas.
Llamado a la acción:
La FAO, UNICEF, el PMA y la OMS instan a todas las partes a:
• Garantizar un acceso humanitario y comercial sostenido, seguro, sin obstáculos y oportuno en toda Gaza;
• Levantar las restricciones a las importaciones esenciales, incluidos los insumos agrícolas, los productos alimenticios, los suministros nutricionales y sanitarios;
• Aumentar rápidamente la financiación de servicios esenciales, como la alimentación, la nutrición, la salud, el agua y el saneamiento, y el apoyo a la agricultura y los medios de vida, para prevenir un mayor deterioro y facilitar la rehabilitación y la recuperación.
• Reactivar la producción alimentaria local y las cadenas de valor.
Las agencias advierten que, si no se actúa con decisión ahora, los avances logrados desde el alto el fuego podrían desmoronarse rápidamente. Solo el acceso, los suministros y la financiación a gran escala pueden evitar el regreso de la hambruna y ayudar a Gaza a pasar de la supervivencia a la recuperación.


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