Por Susanne Kupke (dpa)
Mannheim/Berlín, 29 may (dpa) - ¿Y si el cine no fuese "solo" un lugar para ver películas? Algunas salas de cine de Alemania se están convirtiendo en modernos lugares de encuentro donde por ejemplo se puede tejer, ir con bebés o tomar café y pastel... además de ver una película.
Una de las grandes tendencias que han descubierto los operadores de salas en toda Alemania son los eventos de punto. En Berlín, por ejemplo, el "Club de Manualidades en el Cine Yorck" combina cada seis semanas el entusiasmo por tejer con el amor por las películas clásicas.
"Siempre se agotan las entradas", afirma Christian Bräuer, director general del grupo de cines Yorck.
El público es predominantemente femenino, pero con una colorida mezcla de edades: ancianas con andadores se sientan junto a mujeres jóvenes. Y las películas suelen ser clásicos o cintas románticas no muy complejas que permitan hacer dos actividades a la vez.
La gente entabla conversaciones informales. "Ha sido sencillamente muy agradable", dice entusiasmada una de las participantes, que celebra también la bolsita con muestrarios de punto que se regalaba en la sesión.
Un lugar de encuentro
"Tejer es relajante", afirma Eike Wenzel, investigadora de tendencias de Heidelberg, al igual que ver películas. Durante la pandemia de coronavirus, muchos jóvenes descubrieron el placer de tejer, y no les gusta quedarse solos en casa con su afición.
Por eso se organizan para reunirse en eventos que se comparten a través de las redes sociales, explica Angela Probst-Bajak, portavoz de la iniciativa Handarbeit (Manualidades). El cine combinado con el tejido de punto ofrece la oportunidad de intercambiar ideas y también de aprender algo nuevo.
Servicios de streaming como Netflix y similares pueden ser un rival cinematográfico del cine, pero no pueden sustituir la necesidad de compartir experiencias, subraya la asociación alemana de cine HDF Kino.
"A la gente le gusta encontrarse con personas de ideas afines", observa Constanze Oude Kotte, del cine Atlantis de Mannheim.
Cine para niños pequeños y también para perros
Hay cines de distintas ciudades germanas que tienen la tradición de servir café y tarta. Los padres con niños pequeños son bienvenidos en el Odeon-Apollo de Coblenza, el Lumos de Nidda y la Kinemathek de Karlsruhe, entre otros. Para los oídos sensibles de los niños, las proyecciones allí y en otros lugares se hacen a un volumen reducido.
Algunos cines permiten incluso la entrada de perros, como el Union Filmtheater Bochum o el Cineplex Berlin-Spandau. Otros operadores transforman sus salas en auditorios o teatros de ópera.
"En toda Alemania hay numerosos cines especializados que satisfacen los deseos o necesidades de su público con una amplia variedad de programas", afirma la asociación HDF. El deseo de relacionarse a través de un pasatiempo es especialmente fuerte.
Bräuer, de los cines Yorck, señala que "el cine es más que ver películas: es una experiencia comunitaria".
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