Repican los tambores en honor a San Juan Bautista en las costas venezolanas

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Cada 24 de junio, al ritmo del tambor, sirenas, sangueo y cantos, se celebra en las costas de Aragua, Carabobo, Vargas/La Guaira, Miranda, Cojedes y Yaracuy, la festividad en honor a San Juan Bautista, tradición que data de más de 400 años y que reúne, quizás, la mayor cantidad de creyentes en el país.

Este ciclo festivo tiene una profunda raíz devocional y cumple con una serie de ritos importantes para mantenerla. Esta expresión cultural es un entramado de elementos que se remontan al siglo XVII y se encuentra diseminada en todo el territorio nacional, pero su fuerza está arraigada en las comunidades de impronta afrodescendiente.

Transición de la tradición

La celebración de San Juan Bautista tiene una transición religiosa que inicia el 02 de mayo y culmina el 16 de julio, pasando por Cruz de Mayo, Corpus Christi, San Juan Bautista, San Pedro hasta llegar a la Entrega de Banderas a la virgen del Carmen.

El integrante de la Federación de San Juan Bautista de Aragua, José (Neno) Uribe, explicó que el 02 de mayo, en la víspera, debe estar la cruz lista vestida para que amanezca el 03, Día de la Santísima Cruz, cuando se celebra el velorio, bailorio o la fiesta de la cruz en gran parte del país.

Explicó que luego, el 31 de mayo en procesión, San Juan desde la iglesia llega hasta el altar, donde se realiza el último velorio de la Cruz a la medianoche, cuando se tapa la cruz y se destapa San Juan dando la bienvenida al mes de junio con cantos de sirena, fulía y golpes de tambor.

El promesero explicó que, posteriormente, se efectúa la rendición que se hace al Santísimo Sacramento del Altar, cuando entra a las casas a rezar y orar por las cosas buenas de la vida y el jueves en la mañana es Día de Corpus Christi, salen los diablos a la calle y termina el domingo.

Mencionó que de allí pasan al 23 que es el embarque y desembarque de San Juan en La Boca de Ocumare de la Costa donde nació este encuentro; el 25 se realiza la huerfanita que es un hecho cultural tradicional de los pueblos que busca Los parranderos con su canto:

“La huerfanita anda por las calles, pidiéndole a Dios que nadie la halle”

Uribe siguió comentando que con sangueo, golpes y parranda, es el segundo ritual cuando va al agua dulce, al bautismo del agua otra vez y de allí sale San Juan a parrandear por todos los pueblos hasta que llegan a la iglesia a escuchar la santa misa.

El 16 de julio, Día de la Virgen del Carmen, cierra el ciclo de San Juan Bautista con la entrega de banderas que es cuando el santo regresa a su casa, la iglesia, es un hecho, que sucede a eso de las siete de la noche, cuando se encuentra con la Virgen del Carmen, se hacen los cantos gregorianos y cantos alusivos al bautista y se guardan las banderas hasta el año siguiente, concluyó.

Desembarque de San Juan

Uno de los momentos más importantes de la fiesta de San Juan, es el encuentro con sus hermanos sanjuanes en el mar para el Desembarque, comenta Adrián Pacheco, quien se desempeña como burro de la imagen.

Explica que en la mañana del 23 de junio, en la mañana entre golpe de tambor y sirenas sale, San Juan sale de su casa a recorrer caminando las casas de familia donde han ofrecido alguna promesa, luego, San Juan Bautista es llevado al mar y embarcado en una lancha para recibir a los sanjuanes de Carabobo, Aragua, Miranda, Yaracuy, Falcón y Vargas/La Guaira.

El también vicepresidente de la cofradía de Ocumare de la Costa mencionó que simultáneamente de otras localidades van llegando a La Boca. “Nosotros por tradición decimos el Desembarque de San Juan”.

Dijo que como parte de la tradición al santo “una persona lo saca de la casa de los promeseros y los lleva al mar y lo embarca sin permiso de su casa matriz”.

Al estar todas las imágenes en sus lanchas, el cura de la iglesia Inmaculada Concepción, hace la bendición de las aguas y de las imágenes “se hace ese ritual en el agua, se lleva al santo, sé y se va en golpe de tambor en las lanchas, despidiendo al terminal el encuentro del embarque y desembarque”.

De esta forma, cada San Juan sale a su casa, a su comunidad, a su población, para buscar su romería para su pueblo, para el velorio y prepararse para su fiesta.

San Juan Congo y San Juan Bautista en Curiepe

Entre las características de la fiesta de San Juan de Curiepe “no cantamos sirena, no honramos con bandera, no usamos las mariposas, solamente con pañuelos blancos o estampados honramos al Bautista”, así lo dio a conocer la maestra cultora, Luisa “Luisín” Pérez Madriz, quien explicó que cuando el ronco del tambor “nos incita a la alegría, a un sentimiento pleno de felicidad y de libertad”.

Comentó que el día 24, con toda su magia, San Juan sale a la calle acompañado de tambores, culo e’puya cantando al ritmo del malembe y entrega todo lo que tiene porque si San Juan todo lo tiene, San Juan todo lo da.

“Malembe, malembe, malembe no más. San Juan se viene, San Juan se va

Malembe, malembe, malembe no más.cEl año que viene San Juan volverá”

Luisín comentó que en esta población se tienen dos San Juanes: “San Juan Congo” que fue el primero “que tiene nuestro ombligo sembrado en África, es una deidad que está hecho a la imagen y semejanza del hombre, su dedo que señala la Tierra de donde reciben producción y hacia dónde volveremos”.

Resaltó que esta deidad no aparece en el santoral católico, por lo tanto, la iglesia no es su sitio “a él la santidad se la dio el pueblo”.

Cuenta que era el primero a quien se le honraba cantándole y tocándole “a nuestro Congo, nuestro benefactor Congo”. Más tarde la iglesia católica impone al Bautista “que es el pequeño también, a quien tenemos nuestro amado Bautista, al cual, lo impone la iglesia para poder quitarle a los esclavizados la adoración a esa deidad que es el Congo, el cual, todavía permanece en esta población”.

Menciona que, en esa época, los esclavizados aceptan a regañadientes, pero lo honran de la misma manera con la cual honran a su Congo con sus toques, cantos y bailes alusivos al tambor.

San Juan Niño de Madera

Otro San Juan venerado por los promeseros, es el de Naiguatá en el estado Vargas/La Guaira, que se diferencia de los demás por ser la imagen de un niño hecho totalmente de madera, comentó el músico y promesero, Carlos Iriarte.

Explicó que cada 23 de junio, a las 12 del mediodía, en la víspera de San Juan, se realiza el repique de tambores en la plaza de pueblo arriba de Naiguatá para llevar la imagen desde la casa de su custodio hasta la iglesia Nuestra Señora de la Coromoto. De allí parte acompañado por los tambores hasta la calle del medio donde se encuentra su nicho.

Cada año el 24 al San Juan Bautista lo acompañan su romería con rosas rojas, eucaliptus y el pago de promesas hasta la casa de la familia Corro, quienes lo custodian desde hace más de 100 años.

Borburata, la imagen más antigua

Se tiene registro documental de una cofradía de San Juan Bautista de Borburata data de 1779. Es la imagen religiosa más antigua y venerada por los habitantes del pueblo, descendientes de aquellos esclavizados, comentó la cultora y devota, María Elena Franco.

Destacó que es en Borburata dónde se conformó la Sociedad de San Juan Bautista más antigua del estado “en nuestro estado Carabobo, San Juan se vincula con la Cruz de Mayo, con San Pedro y con la virgen del Carmen”.

Resaltó Franco que el ciclo festivo de San Juan, toca en fechas puntuales y se relacionan a través de ritos de encuentro y pase de lugar al altar.

Manifestó que durante la celebración, los devotos, forman tres columnas y el sacerdote los bendice para que todo tenga feliz término, hasta el día siguiente de la fiesta en que el sacerdote vuelve a darles la bendición y la bienvenida porque han llegado de nuevo a la iglesia con el santo después de recorrer las antiguas haciendas, los caseríos próximos y las calles de Borburata con los sonidos del sangueo, tocando la pipa corta y las maracas o llamando al cumaco y a los paliteros para el baile.

“Con ese tambor al que le dicen culo largo porque sobre él se sientan dos tocadores de verdad a dejar lo mejor de la música, lo mejor del canto, lo mejor del baile en homenaje a San Juan Bautista después de persignarse, de rezar un padre nuestro y de cantar un ave maría, cuando la gente grita y llora de emoción. Alegría, todo es alegría con las banderas de colores representando a las mariposas que se van”, dijo.

El ciclo de San Juan Bautista es un cúmulo de fe, devoción, historias locales y familiares que aún siguen vivas en la memoria de un gran número de comunidades de nuestro país.