Pueblos bioenergéticos alemanes hacen frente a la crisis en invierno

Por Monika Wendel (dpa)

Berlin/Feldheim, 4 oct (dpa) - En medio de la preocupación por los aumentos de los precios del gas y la electricidad, los 130 habitantes de un pequeño pueblo de Alemania llamado Feldheim cuentan con autarquía energética, algo que muchos otros millones de alemanes desearían tener.


Al inicio de la temporada de calefacción, los habitantes de este pueblo ubicado en el suroeste del estado federado de Brandemburgo, en el noreste de Alemania, no le temen a la subida de precios.


Y es que, desde hace años, este pueblo de agricultores se autoabastece de calefacción y electricidad a través de una planta de biogás, un parque eólico y paneles solares.


"Los habitantes de Feldheim ciertamente duermen un poco más tranquilos", dice Michael Knape, el alcalde apartidario del municipio de Treuenbrietzen.


Pagan 7,5 céntimos de euro (7,4 dólares) por kilovatio hora de calefacción y unos 12 céntimos por la electricidad. El caro gas natural o el gasóleo para calefacción no juegan ningún papel para Feldheim.  


De acuerdo con expertos, el precio promedio de la electricidad podría estar el año que viene en 45 céntimos por kilovatio hora o más en Alemania.


Ya hoy en día es muy superior al de los pueblos que se alimentan de bioenergía. Estos cubren al menos el 50 por ciento de sus necesidades energéticas con biomasa generada regionalmente, que por lo general proviene de agricultores de los alrededores.


Alrededor de 170 de estos pueblos en Alemania están registrados en la Agencia Especializada en Materias Primas Renovables (FNR), que depende del Ministerio federal de Agricultura. Sin embargo, según los especialistas, este número podría ser mayor. 


En el distrito de Marburg-Biedenkopf, en el estado federado de Hesse, también buscan independizarse del gas natural y del gasóleo para calefacción.


De acuerdo con Hans-Jochen Henkel, presidente del consejo de administración de la organización Pueblo Bioenergético Oberrosphe, la idea de los pueblos bioenergéticos gana cada vez más seguidores en la región.


En esa localidad nació hace 15 años uno de los primeros pueblos bioenergéticos de Hesse. Allí, una planta de calefacción por biomasa funciona con restos del talado de madera, y también hay seis instalaciones fotovoltaicas.


Según Henkel, 160 del total de 230 hogares están conectados a la red de calefacción local de la comunidad. Según él, ya hay 15 pueblos bioenergéticos en el distrito de Marburg-Biedenkopf, y el número aumentará a 18 en el próximo año.


La FNR señala que el interés de los ciudadanos por ser miembros de estas sociedades y abastecer sus hogares con esta red está en aumento.


¿Significa esto que muchos otros pueblos asumirán ahora la tarea de abastecerse de energía para independizarse del gas natural y el gasóleo para calefacción?


De acuerdo con los especialistas, no resulta tan fácil. Schütte señala en base a las planificaciones para los próximos años que, a pesar de la actual crisis energética, no reconoce una iniciativa significativa en las comunidades para crear nuevos pueblos sostenidos por la bioenergía.


Los pueblos bioenergéticos también hablan de trabas burocráticas a las innovaciones. También las plantas de biogás, que funcionan con maíz y grano, además de estiércol, están cada vez más en desuso.


La ingeniera económica Ines Wilkens, que participó en el proyecto de investigación sobre pueblos bioenergéticos en la Universidad de Kassel, afirma que la eclosión de este tipo de plantas pasó hace unos diez años.


En su opinión, hoy en día hay una demanda de nuevos modelos rentables para la transición energética, sobre todo porque la remuneración de la electricidad procedente de plantas de biogás, basada en la Ley de Fuentes de Energía Renovables, se ha vuelto menos atractiva.


Wilkens ve una importancia creciente de la energía solar térmica, por ejemplo. También considera que el auge es evidente en la energía fotovoltaica, donde el número de instalaciones solares aumentó el año pasado en 235.600, hasta alcanzar unos 2,2 millones. En el primer semestre de 2022 se sumaron 157.566 nuevas instalaciones.