Proyecto de hidrógeno amenaza memorial por genocidio alemán en Namibia

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Por Kristin Palitza (dpa)


Caminando por Shark Island, Paul Hendrick Samuel se emociona visiblemente. Esta península en las afueras de Lüderitz, en el sur de Namibia, fue en su día el emplazamiento del primer campo de concentración alemán.


Se calcula que hasta 4.000 personas de las etnias nama y ovaherero fueron brutalmente asesinadas aquí durante el genocidio (1904-1908) bajo el dominio colonial germano. Antepasados de Samuel posiblemente también fueron enterrados allí.


Ahora, los descendientes de las víctimas temen que el memorial sufra daños irreparables. La autoridad portuaria de Namibia, Namport, quiere ampliar el puerto adyacente para aumentar la capacidad de exportación de hidrógeno verde, gas y petróleo.


Para ello, tiene previsto extender la bahía con un promontorio de 700 metros de largo que colinda con Shark Island por el este y construir un puerto de gran calado.


Para los nama y los ovaherero, los planes son una afrenta. "¿Por qué precisamente aquí?", se pregunta Sima Luipert, portavoz de la Asociación de Jefes Tradicionales Nama (NTLA). El lugar conmemorativo, que actualmente se utiliza como lugar para acampar a pesar de la resistencia de los descendientes, no debe sufrir más daños, exige Luipert.


El colectivo internacional de investigación Forensic Architecture, en colaboración con arqueólogos forenses de la Universidad de Staffordshire (Reino Unido), encontró nuevas pruebas de los crímenes del genocidio mediante el análisis espacial digital del antiguo campo de concentración.


Los resultados publicados recientemente sugieren que los restos de las víctimas podrían yacer no solo en fosas comunes sin identificar en la península, sino también en el lecho marino que la rodea.


El informe afirma que las nuevas construcciones portuarias entrañan un "riesgo inmediato" de "profanar irreversiblemente la península como lugar de relevancia histórica".


"Nuestra investigación sugiere que es muy probable que al menos un lugar donde fueron enterrados antiguos reclusos de Shark Island se encuentre en el trazado de la infraestructura que servirá al proyecto de hidrógeno verde", escriben los investigadores. Se refieren al proyecto del consorcio Hyphen Hydrogen Energy, apoyado por el Gobierno alemán y en el que participa la empresa energética germana Enertrag.


Si se concreta, la bahía de Lüderitz se convertirá en un centro mundial de producción de hidrógeno verde. En una superficie de 15.000 hectáreas en el vecino Parque Nacional de Tsau-//Khaeb, Hyphen planea instalar unas 6.000 hectáreas de paneles solares y 600 turbinas eólicas para alimentar una enorme planta de desalinización y electrólisis.


Una vez iniciada la producción en 2028, se espera que la planta produzca dos millones de toneladas de hidrógeno verde al año a partir de 2030. El Gobierno alemán catalogó el proyecto de 10.000 millones de dólares como "estratégico" y espera importar grandes cantidades en forma de amoníaco.


El hidrógeno verde es clave para la transición ecológica de la economía alemana, como base de procesos neutros para el clima en las industrias siderúrgica y química, pero también en la navegación y el transporte de mercancías pesadas. El Gobierno alemán prevé una demanda de hidrógeno y derivados de 95 a 130 teravatios hora en 2030. Gran parte de esta demanda deberá cubrirse con importaciones.


"El emplazamiento fue seleccionado exclusivamente por el Gobierno namibio porque reúne unas condiciones eólicas y solares excepcionales para los estándares internacionales", explicó un portavoz del Ministerio alemán de Economía. Agregó que antes de la aprobación definitiva del proyecto, hay que esperar los resultados de un análisis para comprobar su compatibilidad medioambiental y social.


Aparte de Shark Island, un punto conflictivo podría ser la protección del Parque Nacional de Tsau-//Khaeb, considerado uno de los lugares más importantes del mundo por su biodiversidad.


Marco Raffinetti, director general de Hyphen, subraya que no ve ningún impacto negativo debido al aumento del tráfico marítimo provocado por la construcción del nuevo puerto de aguas profundas. Asimismo, no ve una ubicación alternativa por numerosas razones técnicas.


James Mnyupe, representante para el hidrógeno verde de la oficina presidencial de Namibia, deja claro que su Gobierno se centra en el desarrollo económico del país, que tiene más del doble de tamaño que Alemania, pero solo tres millones de habitantes, y una tasa de desempleo que ronda el 20 %. Mnyupe califica de "revolucionario" el proyecto del hidrógeno, que supondría para Namibia un potencial de ingresos de dos millones de euros al año (2,21 millones de dólares).


Además, Hyphen promete hasta 15.000 puestos de trabajo durante la fase de construcción y 3.000 permanentes tras la puesta en marcha. En cuanto a las preocupaciones de los descendientes de las víctimas de los campos de concentración, Mnyupe comenta: "Tenemos que sopesar qué es más importante".


Los descendientes de las víctimas ven las cosas de otro modo. "El crecimiento económico es importante, pero no más que nuestro patrimonio cultural", afirma Luipert, y añade: "Tampoco se desarrollaría un megaproyecto en Auschwitz".