El primer ordenador del mundo, inventado en Berlín, cumple 80 años


Por Christoph Dernbach (dpa)

Berlín, 11 may (dpa) - Cuando se investiga sobre la primera computadora del mundo no habría que confiar demasiado en Google. En su versión en inglés, el buscador arroja como resultado la computadora estadounidense ENIAC. Pero en alemán, Google cita la Z3 inventada por Konrad Zuse hace 80 años en Berlín. 

A Zuse no le faltaba audacia. Tenía un puesto de trabajo fijo como estadístico de la fábrica de aviones Henschel en Berlín, algo que no era habitual en Alemania a principios de los años 30.

Pero los cálculos repetitivos aburrían tanto a este ingeniero mécanico y civil que en 1935 decidió lanzarse a trabajar de forma independiente.

En el salón de la casa de sus padres, Zuse desarrolló una máquina de calcular para resolver automáticamente los aburridos cálculos que debía hacer en el trabajo. Fue la precursora de la primera computadora digital que funcionó en el mundo. 

Este primer ordenador apto para funcionar, el Z3, fue puesto en marcha hace 80 años, el 12 de mayo de 1941. 

Zuse quería diseñar nada menos que un "cerebro mecánico". Desde el punto de vista conceptual, el joven de 25 años abrió nuevos horizontes. La máquina se basaba en el sistema binario, es decir, calcular con "cero" y "uno" o los conceptos "verdadero" y "falso". Zuse quiso entonces utilizar los enunciados de la lógica binaria para el control de la secuencia. Este método constituyó posteriormente la base de la era digital.

Para abordar los cálculos estructurales, Zuse había previsto trabajar con una memoria compacta para 16 números. El primer diseño del computador de Zuse, el Z1 de 1938, consistía en tiras de chapa metálica superpuestas.

"Sin embargo, el Z1 estaba atascado la mayor parte del tiempo", escribe el informático e historiador Ralf Bülow en un artículo del blog del mayor museo de informática del mundo, el Heinz Nixdorf MuseumsForum de la ciudad alemana de Paderborn, sobre el aniversario del Z3.

En su segundo intento, Zuse tomó distancia de una solución puramente mecánica. Cerca de 200 relés electromagnéticos asumieron el trabajo de hacer los cálculos. El computador Z2 funcionó un poco mejor que el Z1, pero no era lo suficientemente confiable para su uso comercial. 

Sin embargo, generó el interés de Alfred Teichmann, directivo del Instituto de Resistencia del Centro de Experimentación de Aeronáutica (DVL) alemán.

Teichmann se ocupaba especialmente del denominado fenómeno de aleteo, una torción rítmica en las alas y la cola de los aviones, en el instituto que funcionaba en el aeródromo de Johannisthal, ubicado en el barrio de Adlershof de Berlín. 

Bülow señala que cuando Teichmann vio el Z2, reconoció las posibilidades que le brindaba para investigar este fenómeno del aleteo. Y así, Zuse recibió el encargo de construir un ordenador más grande.

Zuse necesitó entonces un año para desarrollar el Z3. Y lo consiguió, a pesar de que fue ignorado en gran medida por la economía alemana en tiempos de guerra.

El Z3 pasó a la historia de la computación como la primera computadora programable. Multiplicaba, dividía y obtenía raíces cuadradas, al tiempo que su capacidad de almacenamiento era de 64 palabras.

"Había 2.000 relés en la unidad aritmética y de memoria del Z3; había un pequeño panel de control para introducir y emitir números, y la programación se hacía con tiras de película perforadas", escribe Bülow. "Si se contempla el uso de la tecnología electromagnética, el Z3 fue el primer ordenador que funcionó".

Pero el Z3 nunca entró realmente en funcionamiento. Se hicieron demostraciones en varias ocasiones, pero fue destruido en un bombardeo en 1943.

En el Deutsches Museum de Múnich se encuentra una réplica en funcionamiento del Z3. En el Museo Alemán de Tecnología de Berlín también se exhibe una réplica construida en 2010 por el hijo del pionero de la informática, Horst Zuse, para celebrar el centenario de su padre.

El primer ordenador basado en la tecnología de tubos de vacío, el "Electrical Numerical Integrator And Calculator" (ENIAC) desarrollado por John Mauchly y John Presper Eckert en Estados Unidos, no se completó hasta 1946.