"Huida de los cementerios": Alemania se pregunta qué hacer con ellos

Por Britta Schultejans (dpa)
Schweinfurt/Hamburgo, 1 nov (Alemania) (dpa) - Demasiado estrictos, demasiado grandes, demasiado caros: muchos cementerios clásicos en Alemania van camino de sufrir una crisis, o ya están en medio de ella.


"La cultura de las tumbas como se la conoce de antes quedó desfasada y los municipios no lograron crear formas de sepelio razonables, acordes a los tiempos", dijo Ralf Michal, vicepresidente de la Asociación de Empresarios de Funerarias, en la ciudad alemana de Schweinfurt.

Actualmente, un 20 a 25 por ciento de los familiares se deciden, según señaló, por una alternativa, como tumbas colectivas familiares o sepelios en bosques o mares. La tendencia va en aumento. Como consecuencia, explicó, "los cementerios se vuelven cada vez más deficitarios".

La causa de estos cambios es que la sociedad cambió drásticamente. "Las necesidades son hoy en día bien distintas", apuntó el sociólogo Thorsten Benkel de la Universidad de Passau, que investiga la cultura fúnebre en Alemania.

"La gente se mueve mucho más y ya no pasa toda su vida en un mismo lugar", explicó. "Por eso, la tendencia va pasando del sepulcro familiar de cuidado intensivo a otras formas alternativas e individuales", añadió. Incluso habló de "huida de los cementerios".

Para su colega Matthias Meitzler, que opera junto con Benkel la página web "Sociología de los cementerios" (en alemán), el concepto del futuro son las formas híbridas: "Hay que repensar los cementerios", opinó.

Benkel ve sobre todo un problema en los precios de los cementerios y las directivas demasiado rigurosas. "Alemania cuenta con las regulaciones más estrictas para sepelios de Europa", indicó.

El Deutsche Städtetag, una organización que representa los intereses de las ciudades de Alemania, reconoció el problema de fondo.

"Si bien se necesita menos superficie en total, los cementerios se tienen que seguir manteniendo junto con sus construcciones", dijo el gerente general del Städtetag, Helmut Dedy, para describir el problema. "Algunas ciudades aumentan por eso las tarifas para las tumbas con urnas". Otras aumentan las subvenciones.

El cementerio de Ohlsdorf, en Hamburgo, es, con alrededor de 200.000 tumbas, el mayor cementerio del mundo y, en realidad, demasiado grande.

"Contamos con unas 400 hectáreas, pero en realidad necesitaríamos solo 100", confesó Hedda Scherres, portavoz de la administración del cementerio que ahora se encuentra ante el dilema de qué hacer con las superficies.

Actualmente, la escuela de Arquitectura e Interiorismo de la ciudad alemana de Detmold, de la Universidad Técnica de Ostwestfalen-Lippe, busca respuestas con el concurso "Espacio para el luto: Ideas para los cementerios del futuro".

"No se puede transformar la superficie de un cementerio simplemente en un lugar para hacer picnics o un campo de fútbol", dijo Kathrin Volk, profesora de Arquitectura de Paisajes y Diseño de la universidad.

Añadió que el duelo y los cementerios son temas que requieren de piedad. Por eso, hay que preguntarse "cómo pueden integrarse" a la ciudad de forma adecuada y digna los cementerios que van quedando libres en las urbes. Desde su punto de vista, no hay que centrarse en los muertos, sino en los vivos.