Erdogan visita Alemania para recomponer lazos en medio de protestas

Berlín, 26 sep (dpa) - El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, inicia en la tarde de este jueves en Alemania una visita oficial de dos días en un nuevo intento por normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, muy deterioradas en los dos últimos años.

Durante su estancia en el país europeo, el dirigente será recibido con honores militares en Berlín y acudirá el sábado a la ciudad de Colonia a inaugurar una mezquita de Unión Turco-Islámica para Asuntos Religiosos (DITIB), una de las organizaciones islámicas más grandes de Alemania que está además considerada como un "brazo" del Estado turco.

Su viaje a Alemania, un país donde reside una comunidad turca cercana a los tres millones de personas, está causando un gran revuelo ya días antes de su llegada.

En varias ciudades germanas se han celebrado manifestaciones contra la recepción de quien consideran un "déspota" y un "criminal" y además varios diputados de partidos de la oposición han declinado en señal de protesta la invitación del presidente del país, Frank-Walter Steinmeier, para compartir mesa y mantel en un banquete oficial organizado con motivo de su visita.

En esta cena de gala tampoco estará presente la canciller Angela Merkel, aunque la mandataria sí tiene previsto reunirse hasta en dos ocasiones con Erdogan, el mediodía del viernes y el sábado por la mañana.

Otro foco del viaje oficial de Erdogan al país europeo lo constituye el anuncio que hará la UEFA este jueves, día en que comunicará qué país será sede de la Eurocopa de fútbol de 2024, un honor por el que rivalizan Alemania y Turquía.

Las relaciones entre Alemania y Turquía son complicadas desde 2016, cuando el Parlamento en Berlín aprobó una resolución que calificaba como genocidio la masacre sufrida por los armenios cien años atrás durante el Imperio Otomano, causando gran irritación en Ankara.

La marcada deriva autocrática e islamista de la que es acusado Erdogan desde que tuvo lugar el intento de golpe de Estado en Turquía en julio de 2016 y las continuas encarcelaciones de activistas y ciudadanos alemanes en el país del Bósforo tampoco han ayudado a limar asperezas.