Al borde del precipicio, al Dortmund sólo le queda ganar o ganar


por Heinz Büse y Esteban Bayer (dpa)
Dortmund (Alemania), 1 nov (dpa) - El Borussia Dortmund está ante un precipicio en la Liga de Campeones y para escapar del destino sólo tiene una opción: ganar o ganar en casa al Apoel de Chipre.


Al equipo alemán sólo le vale la victoria para mantener un hilo de esperanza en la máxima competición del fútbol europeo. Su rival de hoy, un equipo que sobre los papeles no lo debería inquietar, parece idóneo para que los amarillos sumen su primer triunfo de la actual temporada de la Champions.

Sin embargo, en el Dortmund reina la inseguridad porque no le salen los resultados esperados. En el partido de ida, en Nicosia hace dos semanas, se frustró con un deprimente empate a un tanto, cuando todos le pedían al equipo una goleada.

En la tabla de posiciones del Grupo H marcha tercero con un punto en tres partidos, lejos de los siete que tienen los líderes Real Madrid y Tottenham Hotspur, que se miden también mañana en Wembley.

"Somos realistas, no hay ningún soñador. Será muy difícil que podamos descontar los puntos que nos llevan Madrid y Tottenham, lo que tenemos que lograr ahora es sostener el tercer lugar", se resigna el director deportivo del Dortmund, Michael Zorc, pensando ya en decirle adiós a la Champions y seguir en la Liga Europa.

Y el Dortmund está preocupado porque los pobres resultados se están dando además en la Bundesliga, donde no gana desde hace tres partidos. El fin de semana pasado cayó para colmo ante el Hannover 4-2, entregando la punta en la tabla de posiciones al Bayern Múnich, su próximo rival en la liga.

El entrenador del Dortmund, Peter Bosz, está sintiendo las primeras quejas y comentarios críticos sobre el esquema de juego que prioriza, un 4-3-3 muy ofensivo. La realidad es que la defensa se ha convertido en el flanco débil del conjunto aurinegro, que encajó nueve goles en los últimos tres encuentros.

Hasta el entrenador de la selección alemana, Joachim Löw, intervino en el debate y le aconsejó públicamente al holandés Bosz tener "la flexibilidad necesaria para estabilizar el equipo. Hay situaciones en las que es conveniente dar un paso hacia atrás".

La directiva del club defiende a capa y espada a Bosz y califica la situación de "esquizofrénica" y "enfermiza".

El capitán del equipo, Marcel Schmelzer, convocó a todos a "mantener la cordura", mientras que el entrenador Bosz recurrió al sarcasmo: "Si le ganamos a Apoel, nadie volverá a hablar de la crisis, pero si perdemos contra Bayern Múnich el sábado, todos volverán a hablar de la crisis".