Tras las huellas de Humboldt en el volcán Chimborazo de Ecuador

Por Philipp Laage (dpa)
Quito, 7 may (dpa) - A Alexander von Humboldt le sangran las manos cuando a duras penas sube por las empinadas pendientes del Chimborazo. Es el 23 de de junio de 1802. En los Andes de lo que hoy es Ecuador, las rocas filosas del volcán cortan la piel a cada paso en falso.


"Nuestros acompañantes estaban congelados de frío y nos abandonaron", anotó Von Humboldt más tarde en su diario. "Ellos aseguraban que morirían asfixiados, aunque unas horas antes nos habían observado con gran lástima afirmando que los blancos no llegaríamos siquiera al límite de la nieve perpetua". Se equivocaron. El célebre naturalista sube hasta una altura donde ningún hombre había llegado antes. Hoy, el volcán, de 6.268 metros de altura, está presente en el escudo de Ecuador.

Von Humboldt lamentaba en su día la ausencia de un guía nativo. Hoy, los turistas que hacen trekking en la región cuentan con esa ayuda fundamental. Las agencias en Quito, la capital de Ecuador, también ofrecen una escala al volcán a turistas que nunca antes han caminado con crampones. El ascenso ya no es un logro pionero pero sigue siendo una gran aventura. Muchos fracasan en el intento, por la altura o la mala condición física.

"¿Todo bien?", pregunta el guía de montaña Wily Rivera Iza, de 29 años, que durante la suave noche en la montaña se voltea una y otra vez hacia sus clientes para saber cómo se encuentran. Son poco más de dos horas después de la medianoche, por encima de los 5.200 metros, bajo un cielo estrellado. La ruta pasa pronto sobre el glaciar, una subida empinada. La falta de oxígeno en el aire dificulta la respiración. "Sí sí, todo bien (todavía)". Una buena aclimatación es importante para evitar el "soroche", el mal de altura.

Von Humboldt fue el primero, hace más de 200 años, en describir los síntomas: "Sentimos una debilidad en la cabeza, un mareo constante que, por la situación en la que nos encontrábamos, era muy peligroso". A estos síntomas se sumaban náuseas y sangrado de encías.

Por todo esto, para escalar el Chimborazo se necesita una semana de preparación. Afortunadamente, la Ruta de los Volcanes, de 300 kilómetros de largo, ofrece muchas opciones para prepararse para la noche de las noches.

Cinco días antes, Wily, el guía de montaña, está sentado en la terraza de una hacienda al norte de Quito y explica los tours: primero subimos al Fuya Fuya (4.263 metros), después al Imbabura (4.630 metros) y luego recibimos una breve formación técnica en el volcán Cayambe, a una altura de unos 5.000 metros. De esta forma, el cuerpo puede ir acostumbrándose a la altura.

Wily ya ha estado más de 100 veces en la cima del Chimborazo. "Si no te has adaptado bien, vas a tener problemas y tenemos que regresar", advierte el joven ecuatoriano de baja estatura con ojos suaves. A gran altura incluso es posible sufrir alucinaciones, explica Wily. "Algunos incluso han visto allí osos y zorros".

La subida al Fuya Fuya comienza muy suavemente en la Laguna de Mojanda, a 3.600 metros de altura. Desde arriba se puede ver Quito, lo que sorprende, porque el viaje en coche hacia la montaña duró dos horas. Uno se da cuenta de que el volcán tiene una enorme extensión. El pie de la montaña tiene un diámetro de varios kilómetros.

Ecuador tiene la mayor densidad de volcanes en el mundo. Bajo tierra la lava hierve a borbotones casi todo el tiempo. En agosto de 2015 entró en actividad el Cotopaxi, una de las montañas ecuatorianas más populares entre los senderistas. La ceniza llegó hasta Quito y el presidente Rafael Correa decretó el estado de excepción como medida de precaución.

Mientras que el ascenso al Fuya Fuya no es más que una suave caminata, la escalada al Imbabura al día siguiente se parece mucho a un desafío alpino. La última hora del trayecto antes de llegar a la cima pasamos por unas rocas escarpadas que obligan a usar las manos de vez en cuando.

En la víspera de la noche en la cima vamos desde Cayambe vía Quito hacia el sur, una viaje en coche de varias horas. Finalmente, aparece a la vista el imponente Chimborazo, que domina orgullosamente el árido altiplano. Vicuñas salvajes pacen delante del coloso, como si los animales estuviesen posando expresamente para un paisajista.  

Durante la noche queda claro rápidamente que el ascenso al Chimborazo es una empresa complicada, pese a la aclimatación y la técnica moderna. Al partir de los 5.800 metros, la subida se convierte en una ardua lucha contra las propias fuerzas.

El esfuerzo realizado por Humboldt resultó al final inútil. Una enorme grieta en el glaciar cerró el camino y le obligó a regresar. El explorador alemán llegó hasta una altura de unos 5.600 metros. No fue hasta 1880 cuando el alpinista británico Edward Whymper se convirtió en el primer hombre en alcanzar la cima de la montaña.

En medio de una neblina helada, Wily divisa la cumbre Ventimilla. Después de otra media hora de agotador ascenso llegamos a la cima del Chimborazo. Respiramos profundamente y tomamos mucho líquido. La sangre golpea en las sienes.

El Chimborazo es el punto del mundo que más alejado está del centro de la Tierra y casi el que más cerca está del Sol. Esto se debe a que el diámetro en el Ecuador es mayor que en el monte Everest, la montaña más alta del mundo.

Humboldt plasmó su experiencia estética en las "Vistas de las Cordilleras", no desde la cima sino desde abajo. Según el naturalista alemán, no es la vista panorámica la que es imponente sino la vista de la montaña. Sin embargo, haber experimentado ambas vistas es sin duda la combinación más bonita.

Información básica: El Chimborazo

Destino: Con 6.268 metros, el Chimborazo es la montaña más alta de Ecuador. El volcán está situado a unos 200 kilómetros al sur de Quito y forma parte de la Cordillera de los Andes.

Cómo llegar: En avión a Quito. Desde el Aeropuerto Internacional Mariscal Sucre, inaugurado en 2013, en autobús público o en transporte del touroperador a Ambato.

Trekking: Para efectos de aclimatación, se recomienda combinar el ascenso al Chimborazo con la escalada a otras dos o tres montañas, por ejemplo el Fuya Fuya o el Imbabura. Las agencias locales ofrecen el ascenso al Chimborazo como paquete con alojamiento en hostales locales. Sin embargo, en Ambato también se puede reservar solamente el ascenso con una noche de estancia en una cabaña.

Informaciones: https://ecuador.travel/