Colegio alemán recuerda a las víctimas de la masacre de hace 15 años
Erfurt (Alemania), 26 abr (dpa) - El colegio de enseñanza secundaria Gutemberg de Erfurt recordó hoy en una ceremonia a las 16 personas que perdieron la vida hace 15 años cuando un ex alumno entró armado en la escuela y abrió fuego contra sus antiguos profesores y compañeros.
La matanza ocurrida el 26 de abril de 2002 sigue aún muy presente en la mente de los residentes en la ciudad de 200.000 habitantes en el estado de Turingia, en el centro-este del país.
Ese día, Robert Steinhaeuser, un joven de 19 años que había abandonado el instituto Gutemberg de Erfurt un curso antes, acudió a su antigua escuela dotado de armas automáticas y mató a 12 profesores, dos alumnos, la secretaria y un policía que había acudido de urgencia a remediar la situación. Después de disparar contra todos ellos, se quitó la vida.
El hecho conmocionó profundamente a Alemania, que hasta el momento sólo conocía imágenes de este tipo provenientes de Estados Unidos, país en el que en los últimos años se habían sucedido los casos de asesinatos y tomas de rehenes en escuelas llevados a cabo por alumnos.
En recuerdo de las víctimas, cuyos nombres se pueden leer en una placa conmemorativa en el edificio de la escuela, sonó también una nueva campana.
El primer ministro de Turingia, Bodo Ramelow, que participó en la ceremonia, recordó antes del acto que el Estado y la sociedad deben hacer todo lo posible para que este tipo de crímenes no vuelva a ocurrir en un futuro.
"El acto sin sentido ocurrido en 2002 es y seguirá siendo un crimen horrible, que causó mucho dolor a los estudiantes, profesores y padres", comentó por su parte el presidente del Parlamento regional, Christian Carius. Dejó en herencia una dolorosa y profunda tristeza, agregó.
La masacre llevada a cabo por Steinhaeuser, un joven aficionado al tiro y a los videojuegos violentos que vivía en una familia media aparentemente normal, provocó en Alemania un fuerte debate en torno a la educación de los jóvenes.
El caso de Erfurt llevó, entre otros asuntos, a reforzar las leyes de tenencia de armas y a dotar a los videojuegos de una clasificación de edades.
La matanza ocurrida el 26 de abril de 2002 sigue aún muy presente en la mente de los residentes en la ciudad de 200.000 habitantes en el estado de Turingia, en el centro-este del país.
Ese día, Robert Steinhaeuser, un joven de 19 años que había abandonado el instituto Gutemberg de Erfurt un curso antes, acudió a su antigua escuela dotado de armas automáticas y mató a 12 profesores, dos alumnos, la secretaria y un policía que había acudido de urgencia a remediar la situación. Después de disparar contra todos ellos, se quitó la vida.
El hecho conmocionó profundamente a Alemania, que hasta el momento sólo conocía imágenes de este tipo provenientes de Estados Unidos, país en el que en los últimos años se habían sucedido los casos de asesinatos y tomas de rehenes en escuelas llevados a cabo por alumnos.
En recuerdo de las víctimas, cuyos nombres se pueden leer en una placa conmemorativa en el edificio de la escuela, sonó también una nueva campana.
El primer ministro de Turingia, Bodo Ramelow, que participó en la ceremonia, recordó antes del acto que el Estado y la sociedad deben hacer todo lo posible para que este tipo de crímenes no vuelva a ocurrir en un futuro.
"El acto sin sentido ocurrido en 2002 es y seguirá siendo un crimen horrible, que causó mucho dolor a los estudiantes, profesores y padres", comentó por su parte el presidente del Parlamento regional, Christian Carius. Dejó en herencia una dolorosa y profunda tristeza, agregó.
La masacre llevada a cabo por Steinhaeuser, un joven aficionado al tiro y a los videojuegos violentos que vivía en una familia media aparentemente normal, provocó en Alemania un fuerte debate en torno a la educación de los jóvenes.
El caso de Erfurt llevó, entre otros asuntos, a reforzar las leyes de tenencia de armas y a dotar a los videojuegos de una clasificación de edades.
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