Incremento del acceso de los agricultores a la información sobre el clima y a mercados de primera calidad
Soda Thai sujeta en la mano una fotografía. Lleva un bebé en brazos y posa junto a su marido, ambos vestidos con ropa raída. Recuerda que fue una época difícil. “No tenía trabajo, casa ni tierras, y carecía hasta de recursos para empezar a cultivar”, afirma Soda. Hace 18 años, el único medio que tenía para salir adelante era la asistencia social facilitada por el Gobierno de Camboya.
Hoy, Soda posee una casa y media hectárea de terreno. Sus dos hijos estudian en la universidad y ella es vicedirectora de una cooperativa agrícola floreciente en la comuna de Kien Sangke, provincia de Siem Reap.
“Cada mes percibo ingresos procedentes de la venta de productos, incluidas las hortalizas que cultivo. También me han concedido un préstamo que me propongo destinar a ampliar mi negocio agrícola comprando más tierras”, añade con orgullo.
Achaca la transformación a su asociación con otros agricultores para formar la cooperativa agrícola Sovatepheap Thoamacheat (la “ecoexplotación agrícola”). La cooperativa se ubica en la cuenca del Tonlé Sap, integrada en la llanura inundable que forman el lago Tonlé Sap y el río Mekong en la temporada de los monzones. Se trata de una de las regiones agrícolas más importantes de Camboya, aunque también es la más vulnerable a inundaciones y sequías. Según los expertos, el cambio climático supondrá en adelante un aumento de las precipitaciones irregulares y los fenómenos meteorológicos extremos.
“El cambio climático ha tenido efectos profundos”, sostiene Soda, productora de hortalizas. “En primer lugar, ha reducido nuestros ingresos porque la productividad ha disminuido de verdad. En segundo lugar, se ha disparado la incidencia de plagas y enfermedades”.
Soda y los otros socios comunes de la cooperativa han recibido capacitación en la manera de acceder mejor a información sobre el clima para fundamentar sus decisiones sobre la siembra y poder acceder a mercados de primera calidad. Esta capacitación forma parte de un proyecto conocido con el nombre de PEARL (PERLA).
El proyecto PEARL, ejecutado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Gobierno de Camboya, con financiación del Fondo Verde para el Clima (FVC), mejora los medios de vida de unos 450 000 agricultores situados en primera línea del cambio climático en Camboya.
En el marco del proyecto, agrónomos de comunas capacitados por la FAO imparten a los agricultores técnicas de agricultura resiliente al clima y competencias empresariales. Toeum Nguon, uno de esos agrónomos, enseña a Soda y a otros agricultores como ella a crear un plan empresarial para que “la comunidad pueda atender toda la demanda del mercado mediante el cultivo organizado”. Un aspecto esencial es que también ayuda a los miembros a solicitar y obtener préstamos.
“En el caso de las hortalizas, se trata de agrupar a los agricultores y conectarlos con los mercados y los sistemas de pedido”, explica Rebekah Bell, Representante de la FAO en Camboya. “Procuramos dedicarnos a cultivar lo que quiere el mercado y lo que reporta mayor valor a los agricultores. En ese sentido, el modelo de cooperativa permitirá a los agricultores obtener un mayor retorno de la inversión”.
El proyecto PEARL también ha modernizado estaciones meteorológicas en las cuatro provincias de la cuenca norte del Tonlé Sap y difunde un boletín agrometorológico mensual en el que figuran previsiones meteorológicas adaptadas a los principales cultivos. Estos boletines contienen asesoramiento sobre técnicas resilientes al clima dirigidas a evitar de antemano los peores efectos. Nguon se encarga de que Soda y sus compañeros tengan acceso al boletín en sus ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos.
De ese modo, Soda ha aprendido una solución sostenible a las plagas de insectos que devoran sus hortalizas. “En la cooperativa, ahora utilizamos plaguicidas naturales y aceite de margosa. Tomamos precauciones de una a tres semanas antes de que surjan estas plagas”, afirma satisfecha.
Al agrupar a instancias gubernamentales, agricultores y empresas, el proyecto PEARL también contribuye a forjar asociaciones estratégicas que impulsan la compra, elaboración y venta de hortalizas y cultivos de alto valor.
“Durante estas deliberaciones, determinamos los desafíos y oportunidades y ayudamos a los agricultores a resolver estas cuestiones junto con distintos agentes que conforman la cadena de valor”, observa Davronjon Okhunjonov, asesor técnico de la FAO en Camboya.
En Damdek, localidad ubicada a una hora de su hogar en automóvil, es hora de almorzar. Un restaurador utiliza hortalizas frescas compradas a la cooperativa de Soda como ingredientes esenciales de gran parte de las comidas que se cocinan y se sirven en ese y en otros muchos establecimientos. Leaksrey Ly, dueña del restaurante, declara lo siguiente: “Sus hortalizas son de primera categoría. Los fertilizantes que utilizan no son químicos, sino naturales,” recalca. “Los precios son razonables”.
Para Soda, la cooperativa agrícola reporta grandes beneficios: “Cuando uno se convierte en socio, recoge y vende su producto junto con el de los demás”.
Sumando fuerzas y accediendo a mercados de primera calidad, Soda y los demás socios de su cooperativa construyen una vida más resiliente al cambio climático y un futuro dominado por la seguridad alimentaria.
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