Por Jonas-Erik Schmidt (dpa)
Düsseldorf (Alemania), 23 oct (dpa) - Los diez hombres reunidos en la trastienda de un bar en Alemania para planear cómo entrar en casas ajenas sin ser reconocidos podrían parecer sospechosos, pero en realidad el grupo se compromete con la misión de un simpático anciano que hace brillar los ojos de los niños.
"Sabemos cómo es Papá Noel. Sabemos cuándo viene. Y sabemos lo que hace. Que los demás nos demuestren que no existe", es el credo de Stefan Dössereck al iniciar cada uno de sus cursos.
Dössereck lleva años enseñando cómo encarnar a un buen Papá Noel y en su opinión, es necesario tener un poco de fe en el hombre de la barba blanca, solo así se puede ser su "ayudante".
En una tarde otoñal de octubre, él y su colega Markus von Juterczenka organizaron un curso para futuros Papás Noel en un barrio de Düsseldorf, en el oeste de Alemania. Allí, los participantes pueden prepararse para su misión o perfeccionar sus habilidades a cambio de 20 euros (23 dólares) y al final recibir un diploma que lo acredite.
"Los bomberos también practican apagar incendios antes de que arda", explica el director del curso.
El contenido de la capacitación incluye consejos sobre presencia y lenguaje, además de vestimenta. Von Juterczenka aclara que prefiere decir atuendo en lugar de disfraz. "El disfraz remite al carnaval, y no es lo que se celebra aquí", destaca.
Para ilustrarlo, muestra un ejemplo impactante: un traje rojo completo con barba falsa barata, que convierte al Papá Noel en objeto de burla y le resta toda credibilidad, especialmente en la temporada de Adviento.
Dössereck comenzó como Papá Noel hace 30 años para presentarse ante su ahijado y los niños del vecindario, y desde entonces se ha dedicado profesionalmente a esto, ofreciendo también servicios el día de San Nicolás.
Ahora ofrece consejos prácticos en base a su larga experiencia: por ejemplo, elegir un horario temprano en las fiestas de empresa, cuando el efecto del alcohol en el público aún es manejable. De no hacerlo, puede ocurrir como una vez a Dössereck, quien fue recibido a través de la sala con un exabrupto. "Al final, eso sí, el jefe me elogió por cómo logré controlarlo con amabilidad", recuerda.
Cuando se le pregunta qué es lo que caracteriza a un buen Papá Noel, responde que hay que combinar varios trabajos: actor, psicólogo y también repartidor, ya que se pasa mucho tiempo en la carretera. Sobre todo, enfatiza, hay que saber combinar la amabilidad con la autoridad natural.
Algunos participantes ya tienen mucha experiencia, como Peter, activo desde 1991, mientras que otros apenas han actuado unas pocas veces. Todos muestran gran potencial, y su aspecto (cabello y barba blancos) los hace versátiles para distintos roles.
La actividad es mayoritariamente masculina, aunque Dössereck señala que ya ha tenido mujeres en su curso. "El problema es que casi siempre se las busca solo para el estereotipo de 'Papá Noel sexy'", algo que él no promueve.
El mundo de los Papá Noel tiene sus propias reglas y dudas inusuales. Por ejemplo, un participante pregunta si la Policía se molesta cuando se conduce con gorro y barba, a lo que el experimentado Peter responde que no hay problema, pues él ya lo ha hecho. Además, enseña trucos prácticos, sobre cómo desmontar y guardar el bastón de San Nicolás para facilitar su transporte antes de cada presentación.
"Ahora tengo uno que se desenrosca por la mitad, así cabe en el bolso", explica. Antes de la actuación simplemente vuelve a enroscar las piezas. "Aunque al hacerlo me siento un poco como en la mafia, al desenroscar un visor telescópico".


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