DPA
Alemania se encamina hacia su tercer año consecutivo sin crecimiento económico, afectada por los aranceles estadounidenses y la incertidumbre sobre la política del presidente Donald Trump, estimó el Bundesbank (banco central alemán) en su informe mensual.
Tras dos años de recesión, el Bundesbank prevé un estancamiento para 2025. Con su previsión revisada a la baja, el banco central se suma al creciente número de pronósticos pesimistas para el año en curso.
"Los nuevos aranceles estadounidenses y la incertidumbre sobre la futura política de Estados Unidos frenan en principio el crecimiento económico", explicó el presidente de la entidad, Joachim Nagel. "Esto afecta a la industria alemana en un momento en el que comenzaba a estabilizarse, tras un largo periodo de debilidad."
Los exportadores de la mayor economía de Europa, en particular, deben prepararse para tiempos difíciles. Debido a la política comercial de Estados Unidos, el banco central alemán prevé una caída significativa de las exportaciones en el año en curso y apenas mejoras para 2026.
El informe añade que, además, la fuerte apreciación del euro frente al dólar debido a la errática política estadounidense empeora la competitividad de la economía exportadora alemana. El fortalecimiento de la moneda única europea tiende a encarecer los productos de las empresas de la zona del euro en los mercados mundiales, y ello en un momento de creciente competencia por parte de China.
Esto retrasa la recuperación de la economía alemana, hasta que las inversiones estatales previstas para gastos de defensa e infraestructura por valor de miles de millones den un impulso.
Para 2026, el Bundesbank espera un aumento del 0,7 % del producto interior bruto (PIB) real. Sin embargo, en diciembre, la previsión para el año próximo era aún algo más optimista, con un 0,8 %.
Mientras tanto, las expectativas para 2027 fueron revisadas al alza, pasando del 0,9 % al 1,2 %.
El mayor factor de incertidumbre sigue siendo la política errática del presidente estadounidense, Donald Trump.
Desde de el punto de vista del Bundesbank, un endurecimiento de la política comercial de Estados Unidos y una nueva crisis de confianza en la economía estadounidense y el dólar supondrían un riesgo considerable para la recuperación prevista en Alemania.
Al menos hay buenas noticias para los consumidores alemanes, ya que la inflación está perdiendo velocidad. El Bundesbank prevé para el año en curso una tasa de inflación del 2,2 %, calculada según el método europeo (IPCA, índice de precios de consumo armonizado), y del 1,5 % para 2026.
Los expertos del banco central señalaron que, a partir de 2026, la tasa subyacente, que excluye los precios de la energía y los alimentos y son propensos a las fluctuaciones, también debería estabilizarse en torno al 2 %.
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