De ruta turística (y compras) por el interior de la Costa del Sol
EFE
María del Mar Domínguez
Málaga, 18 dic (EFE).- Ya sea en coche, moto o autocaravana, en los últimos años ha crecido el interés por conocer los municipios del interior de la Costa del Sol, unas rutas turísticas que cuentan con el aliciente de la gastronomía y han impulsado la venta de productos artesanales y de proximidad.
Pese al auge del comercio electrónico, muchas personas prefieren vivir la experiencia de primera mano: recorrer las calles y monumentos del municipio, visitar lugares como una bodega, una quesería o una almazara y adquirir en las tiendas físicas productos para disfrutarlos después en compañía de familiares y amigos.
Vinos, licores, quesos, embutidos, aceite de oliva, subtropicales como el mango y el aguacate, dulces como las tortas de aceite, de Algarrobo o las 'locas' y mantecados son algunos de los alimentos de la despensa malagueña que han impulsado el turismo de compras en el destino, cuya actividad se intensifica en las semanas previas a la Navidad.
De la playa hacia el interior
"El turismo se va moviendo hacia el interior, con el fin de cambiar la playa por la tierra y conocer directamente el producto", afirma a EFE la directora de la marca promocional 'Sabor a Málaga' de la Diputación, Leonor García-Agua.
Esta provincia andaluza cuenta con "quesos maravillosos, vinos espumosos fabulosos para la mesa de Navidad" y productos "únicos" como la miel de caña de Frigiliana, que suponen un incentivo para visitar este bonito municipio, destaca.
También son un reclamo turístico los vinos de Ronda o de la Axarquía, la aceituna aloreña, los quesos de cabra, las tortas de almendra o el aceite de oliva virgen extra, que lleva a muchos a desplazarse a los pueblos para adquirir a un mejor precio la primera cosecha, con su característico color verde, ha explicado.
Al calor de esta creciente demanda del turismo de compras casi todos los productores están montando pequeñas tiendas de 'Sabor a Málaga'.
Sinergia entre cultura y gastronomía
En la bodega Dimobe, que tiene sede en Moclinejo y ofrece una experiencia en torno a la cultura del vino y las pasas, han notado este interés por los productos de cercanía. "En los últimos años, sobre todo después de la pandemia, la gente busca sobre todo productos de proximidad", comenta EFE su director comercial, Ignacio Garijo.
La empresa trabaja con algunas agencias de turismo que ofrecen rutas por varios pueblos de la comarca de la Axarquía, con una parada en su bodega y en ocasiones almuerzo en Moclinejo. A veces la respuesta de los clientes se sitúa por encima de sus propias expectativas, como recientemente unos americanos que compraron "una barbaridad de vinos", teniendo en cuenta que iban a viajar en avión.
En otros casos la mayoría de los compradores ya conocen previamente el producto, como ocurre con la mistela, que comercializa Miguel López bajo la marca 'La tradición de Arriate'. Con la receta de su tatarabuela elabora esta bebida anisada con especias y plantas aromáticas que es conocida como un licor medicinal porque se daba para la gripe o el resfriado.
"Como no tengo tienda física, me llaman para avisar de que van a hacer una ruta. A veces les abro la fábrica y otras les indico donde pueden comprar la mistela", señala López, quien asegura que "el que prueba repite". En estas fechas concentra el 70 % de las ventas de una producción anual entre 10.000 y 15.000 botellas.
El tirón del Caminito del Rey
En Ardales la apertura del Caminito del Rey en 2015 tras su restauración marcó un antes y un después. "Si había gente que venía a pasar el día, últimamente más", afirma María José Bravo, gerente de Bravoliva, que elabora sus productos con la marca 'Aceites de Ardales', premiados varios años por la Diputación malagueña.
La empresa, que ofrece visitas organizadas con catas a su fábrica, situada a 11 kilómetros de la entrada del Caminito, cuenta con una botella con el logo de este enclave turístico, para el que se la quiere llevar de recuerdo.
El público que recibe es variopinto y compra desde pequeñas botellas de aceite de oliva virgen extra -principalmente los extranjeros por el inconveniente del transporte a sus países- a varias cajas para el consumo anual.
Una parada con sabor a tradición
En Icarben, fábrica de embutidos y productos cárnicos de porcino situada en Benaoján, también han percibido un incremento del turismo, tanto de las personas que se quedan a comer en la zona como de las que realizan itinerarios en moto o autocaravanas y paran a allí a realizar sus compras, relata a EFE José Antonio Ortiz, adjunto a la dirección de la empresa.
"Hay un cambio en el consumo hacia lo artesano y lo tradicional. Se busca un producto que no sea tan industrial", subraya Ortiz. Entre las elaboraciones más solicitadas por los turistas en esta fábrica y matadero está la zurrapa de lomo, "una joya del sur de Andalucía", además de patés, asados y embutidos como el salchichón, chorizo o la morcilla.
En otra empresa familiar de embutidos, Moreno Plaza, situada en Alhaurín el Grande, han observado igualmente un incremento de compradores provenientes de otros municipios como Marbella, Guaro o Coín.
Según su director comercial, Antonio Berlanga, hay clientes repetidores, que cada año se desplazan para adquirir embutidos o carne fresca, como cochinillos y corderos en estas fiestas. Aunque no venden en línea, sí preparan pedidos previamente para que sus clientes puedan recogerlos. El secreto está en que "cuando las cosas son buenas y baratas la voz se corre", asegura. EFE
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