Trabajadores de Volkswagen en Alemania se oponen a plan de austeridad

 DPA

Más de 25.000 empleados de Volkswagen reunidos en una asamblea convocada por el comité de empresa en Wolfsburg, en el norte de Alemania, protestaron hoy enérgicamente contra los planes de reducción de costes de la automotriz.


La dirección del grupo Volkswagen defendió los planes que podrían llevar a despidos forzosos y cierres de plantas de producción en Alemania.


"Aún nos queda un año, quizá dos, para cambiar el rumbo. Pero tenemos que aprovechar este tiempo", declaró el director financiero de Volkswagen, Arno Antlitz. "Llevamos tiempo gastando en la marca más dinero del que ingresamos. Eso no funciona a largo plazo".


La jefa del comité de empresa, Daniela Cavallo, refutó anunciando una férrea resistencia a las medidas dadas a conocer por la automotriz y enfatizó que no aceptará cierres de plantas, despidos ni recortes salariales.


Cavallo criticó que la crisis de Volkswagen no es culpa de los empleados, sino de la dirección: "Volkswagen sufre porque el consejo de administración no está haciendo su trabajo".


El mayor fabricante de automóviles de Europa había anunciado que, en vista del empeoramiento de la situación, volvería a endurecer su programa de austeridad para la marca principal Volkswagen.


El acuerdo de seguridad laboral con el comité de empresa, que excluye los despidos forzosos hasta 2029, va a ser cancelado. Por primera vez en 30 años, podría haber despidos en Volkswagen.


La automotriz quiere utilizar el ahorro para liberar los fondos necesarios para nuevos productos. "Necesitamos dinero ahora para hacer grandes inversiones", explicó el responsable de la marca, Thomas Schäfer.


Volkswagen aún no facilitó información sobre si realmente se cerrarán plantas enteras y qué centros concretos podrían verse afectados. Antlitz, el titular de Finanzas, explicó en la asamblea: "Nos faltan las ventas de unos 500.000 coches, las ventas de unas dos fábricas". El ejecutivo aclaró que la culpa no es de errores de Volkswagen, sino de la debilidad general de la demanda de coches nuevos en Europa.


La automotriz había declarado que el cierre de plantas solo sería el último recurso si no se pueden tomar medidas rápidas. Esta sería la primera vez desde 1998 que una planta del fabricante es desmantelada por completo. En aquel momento, se puso fin a la producción en Westmoreland, Estados Unidos, pero hasta ahora Volkswagen nunca cerró una fábrica en Alemania.


Volkswagen también ha dejado en suspenso cuántos puestos de trabajo podrían perderse. La empresa argumentó que los recortes acordados previamente con el comité de empresa mediante jubilaciones parciales, indemnizaciones por despido y la no cobertura de puestos vacantes ya no son suficientes y que los costes de personal en la administración deben reducirse en un 20 por ciento hasta 2026.


Se habla de unos 20.000 puestos que podrían llegar a suprimirse. Volkswagen tiene un total de 120.000 empleados en Alemania, más de la mitad de ellos en Wolfsburg.


Para evitar los planes, el sindicato y el comité de empresa quieren aprovechar la próxima ronda de negociaciones colectivas en el otoño europeo. Según Cavallo, se esperan negociaciones duras, ya que Volkswagen tiene actualmente un convenio salarial interno superior al salario sectorial vigente.


Según el comité de empresa, el grupo preferiría reducir el salario o, al menos, introducir varias rondas sin aumentos. El sindicato IG Metall, por su parte, exige un incremento salarial del 7 %.


El primer ministro del estado federado de Baja Sajonia, Stephan Weil, había pedido anteriormente a Volkswagen que evitara el cierre de plantas. El estado de Baja Sajonia posee el 20 % de los derechos de voto del grupo Volkswagen. Weil y su adjunta Julia Willie Hamburg forman parte del consejo de supervisión. Junto con los representantes de los trabajadores, tienen allí la mayoría, y Baja Sajonia tiene derecho de veto en las decisiones importantes.


Por su parte, el ministro de Trabajo de Alemania, Hubertus Heil, se expresó hoy a favor de mantener todas las sedes de producción de Volkswagen en el país.


"Es necesario garantizar que los centros de producción, y de hecho todos los centros, estén salvaguardados y que se eviten los despidos forzosos", declaró el ministro socialdemócrata al canal de televisión ntv. "Hay que negociar ya. Es el momento de la colaboración industrial y social. Esto también tiene una buena tradición en Volkswagen".


Según Heil, hay problemas empresariales que resolver y también se cometieron errores de gestión. "Pero esta es una empresa fuerte. La apoyaremos políticamente", dijo Heil.


Anunció que, entre otras cosas, el Gobierno alemán decidirá en el consejo de ministros sobre estímulos a la demanda de electromovilidad. "Podemos apoyar la investigación y el desarrollo", dijo el ministro. Agregó que también es posible apoyar a la industria mediante políticas de mercado laboral.


"Pero la pelota está ahora del lado de la empresa", aclaró Heil, instando al consejo de administración, los comités de empresa y los sindicatos a encontrar soluciones sensatas para asegurar todos los centros de producción.


Heil señaló que no se trata solo de los empleados de Volkswagen, sino también de las cadenas de suministro. "Alemania debe seguir siendo un país fuerte en el sector automotor. Hacemos todo lo posible para que esto sea posible, pero los empresarios y directivos deben hacer su trabajo".


Según Constantin Gall, de la consultora EY, la situación del mercado de coches nuevos es extremadamente tensa" en Alemania. En lo que va de año, en el país se vendieron casi 590.000 automóviles nuevos menos que en el mismo periodo de 2019, es decir, antes de la pandemia.


En agosto, las ventas se desplomaron, en especial en el segmento de los modelos eléctricos, que registró una merma de las matriculaciones del 69 % interanual, informó hoy la Oficina Federal de Vehículos Motorizados (KBA).


Los datos detallan que las cifras de casi todos los demás tipos de propulsión también cayeron. En el caso de los coches con motor diésel, el descenso fue del 24,4 %, y en el de los coches con motor de gasolina, del 7,4 %. En todos los tipos de propulsión, el descenso del número de nuevas matriculaciones fue del 27,8 %.


A su vez, la encuesta mensual del instituto de investigación económica Ifo muestra que la industria automovilística alemana mira al futuro con expectativas extremadamente pesimistas.


El indicador del clima empresarial que mide Ifo bajó en agosto 6,2 puntos hasta situarse en -24,7 puntos. Se trata del cuarto descenso consecutivo. "El estado de ánimo en la industria automotriz está cayendo en picado", afirmó Anita Wölfl, experta del Ifo.