Berlín, 6 jul (dpa) - El Gobierno alemán pospondrá hasta septiembre la sesión parlamentaria para aprobar su ley de calefacción, después de que la tramitación de la norma fuera paralizada por el Tribunal Constitucional por motivos de procedimiento.
Los tres partidos que forman la coalición gubernamental, socialdemócratas (SPD), verdes y liberales (FDP), optaron por descartar la convocatoria de una sesión extraordinaria durante el receso de verano y solicitarán la inclusión en el orden del día del Bundestag (Cámara Baja del Parlamento) de la segunda y tercera lectura de la ley al inicio del nuevo periodo de sesiones.
El proyecto del Gobierno del canciller Olaf Scholz, cuyo objetivo es la transición hacia el uso de energías más respetuosas con el medio ambiente en las calefacciones de los hogares, había sido aprobado por una comisión parlamentaria a primera hora del miércoles y parecía que se votaría este viernes.
Sin embargo, el Tribunal Constitucional, con sede en Karlsruhe, intervino de urgencia a petición del diputado de la oposición Thomas Heilmann, quien alegó que el Parlamento no podía votar la ley porque el proyecto no se había presentado por escrito a los diputados con 14 días de antelación, lo que vulneraba sus derechos.
Heilmann, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), afirmó hoy que en su opinión le ha hecho "un favor" al Gobierno, porque si el procedimiento legislativo no se desarrollaba correctamente, existía el peligro de aprobar una ley formalmente inconstitucional que acabaría siendo derogada.
"Un recurso de inconstitucionalidad contra esta ley hubiese llegado tan seguro como el amén en la iglesia", dijo Heilmann.
El Parlamento entra en receso por las vacaciones de verano alemanas el 8 de julio.
La Ley Energética de Edificios -conocida como ley de calefacción- iba a entrar en vigor el 1 de enero de 2024. En esencia, establece que los nuevos sistemas de calefacción deben funcionar con al menos un 65 por ciento de energías renovables.
Su objetivo es sustituir los sistemas que funcionan con gasóleo y gas, y prevé subvencionar hasta en un 70 por ciento los costes del recambio.
La propuesta fue objeto de un acalorado debate durante meses en el seno de la propia coalición de gobierno. El FDP, en particular, exigía mejoras fundamentales del proyecto de ley original.
Justo antes de la primera lectura en el Bundestag, la coalición acordó nuevas enmiendas, que plasmó en una serie de lineamientos formulados de forma parcialmente imprecisa, un procedimiento muy poco habitual y que llevó a que la primera audiencia de expertos sobre el proyecto de ley original tratara de un texto ya para entonces obsoleto.
Dado que la seguridad energética es una de las principales preocupaciones de los votantes, las medidas del Gobierno para eliminar rápidamente los sistemas de calefacción domésticos alimentados por combustibles fósiles se han convertido en una cuestión política delicada.
Hasta un 70 por ciento de los ciudadanos rechaza las normativas obligatorias sobre la prohibición de las calefacciones alimentadas por gasóleo o gas. Y la misma proporción rechaza pagar por una sustitución obligatoria de su sistema de calefacción.


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