Disturbios en Francia: 'Los jóvenes sienten que la república es una promesa abstracta'



 RFI - ASBEL LÓPEZ

Entrevistamos al sociólogo Michel Wieviorka sobre los disturbios en Francia desatados por la muerte de un joven de 17 años a manos de un policía. Estas primeras tres noches han dejado miles de vehículos incendiados, con almacenes y servicios públicos destruidos. Algunos lo perciben como un acto de violencia nihilista, otros como el resultado de años de negligencia social.

Las protestas en varias ciudades francesas dejan este viernes 30 de junio un balance, no exhaustivo, de 900 detenidos, 250 gendarmes y policías heridos, 1.000 edificios atacados, 2.000 vehículos incendiados y varios almacenes vandalizados, algunos en zonas turísticas de París.


También fueron atacadas comisarías, como en Pau, al sur del país, y alcaldías, como la de Lille, al norte. Muchos franceses se indignaron cuando fueron atacados colegios o escuelas, como en la ciudad de Amiens.


Al pie de París, en un garaje, fueron incendiados una docena de buses de transporte público. Las personas que protestan, según fuentes policiales, son en su gran mayoría jóvenes entre 14 y 18 años, a veces de 12 años.


¿Por qué tanta destrucción y rabia? "Mucha gente no entiende porque los jóvenes destruyen elementos que que son útiles para ellos, como los autobuses. Pero si tú te sientes excluido, discriminado, tienes un sentimiento de injusticia, eso poco te importa", explica a RFI el sociólogo francés Michel Wieviorka.




"Estos jóvenes consideran que estos lugares no son para ellos, sino para otros. Francia es un país donde el poder, las élites, los periodistas, muchos intelectuales, dicen que la república es de todos. Pero los jóvenes no lo sienten así. Ellos consideran que no tienen libertad, que la policía hace más controles de identidad a ellos que a los demás. No hay fraternidad ni igualdad. Sienten que la república es una promesa abstracta, no una realidad", detalla Wieviorka.


Disturbios de 2005


El sociólogo indica además que las primeras revueltas en los barrios populares de Francia comenzaron en los años 70. "Siempre ha habido problemas de políticas públicas, de educación, de salud, de alojamiento, de trabajo", dice.


A esto se fueron sumando las tensiones con la policía. En 2005, Francia estuvo sacudida por una semana de disturbios, tras la muerte de dos menores residentes en el barrio popular de Clichy-sous-Bois que huían de la policía y se electrocutaron al esconderse en un transformador eléctrico.


"Más recientemente se ha instalado un clima de rabia y de frustración en Francia. La gente está cansada y nerviosa, en especial tras el covid y las protestas contra la reforma de las pensiones”, apunta Michel Wieviorka. "Entonces en este clima el vocabulario político es extremista. Se crea una especie de radicalismo en todas las partes de la vida política. Además, cuando un policía mata a un joven de 17 años estalla un sentimiento de injusticia. Sientes que si no estás del buen lado de la sociedad, entonces la vida para ti no es posible y la policía es capaz de matarte".


Este sábado el joven Nahel será enterrado en Nanterre, la ciudad donde vivía y donde ocurrieron los hechos. El presidente Emmanuel Macron hizo un llamado a los padres para que muestren "responsabilidad" e impidan que  sus hijos participen en los disturbios. También solicitó a  las plataformas mayor control del contenido compartido en redes sociales.