Destitución de CEO de Audi consolida el poder de Blume en Volkswagen
Por Marco Engemann (dpa)
Wolfsburgo (Alemania), 30 jun (dpa) - El director general del grupo Volkswagen, Oliver Blume, puso fin el jueves al cargo del CEO de Audi, Markus Duesmann, en un intento por acabar con las disputas en la filial de automóviles prémium.
Al acceder a la dirección del grupo en septiembre de 2022, que compagina con el cargo de director general de la también filial Porsche, Blume prometió un plan claro y de rápida aplicación, por lo que difícilmente se le puede acusar de indecisión.
En términos de personal, ya en el primer día de su nuevo cargo al frente del consorcio, Blume redujo en dos puestos el número de miembros del Consejo de Administración. Hace unas semanas, sustituyó a Dirk Hilgenberg como jefe de la filial de software Cariad por Peter Bosch, procedente de Bentley.
La destitución de Duesmann es, hasta la fecha, la pieza más importante entre los cambios impuestos por Blume. Se considera que su reemplazo, Gernot Döllner, que lleva en VW desde 1993, es un hombre de su confianza.
Otro hecho que caracteriza el mandato de Blume es su apuesta por enderezar el rumbo de Cariad, de la que el grupo automotor depende para seguir el ritmo emprendido por la revolución tecnológica de la electromovilidad.
El pasado otoño, Blume ajustó los calendarios de programación de las versiones acabadas, y ahora, hace unas semanas, la gestión del proyecto también dio un vuelco junto con la mencionada llegada de Bosch.
Durante mucho tiempo, los problemas de Cariad habían retrasado el lanzamiento de modelos importantes, como el Porsche Macan eléctrico y el Audi Q6 e-tron.
Ambos modelos se entregarán a los clientes por primera vez el año que viene con versiones de software más reducidas de lo previsto inicialmente. Blume ha reiterado su intención de evitar a toda costa nuevos retrasos.
Además, la empresa está cooperando con la compañía de software Mobileye, del grupo Intel, en el campo de los coches robotizados, y en China con la empresa local Horizon Robotics.
Una inversión de 1.000 millones de dólares en la empresa Argo AI junto con el socio estadounidense Ford no impidió a Blume darla por terminada de manera anticipada, bajo la consideración de que apenas había perspectivas de éxito sin una mayor inversión.
Otra de las decisiones que ha marcado la dirección de Blume es la salida parcial a bolsa de Porsche, la filial de coches deportivos con sede en Stuttgart, también por él dirigida de forma paralela al grupo.
Pese a que la impresión es que la operación se enmarcó en una simple decisión financiera para dotar a la compañía de fondos para investigación y desarrollo, lo cierto es que también supuso un importante cambio en la estructura de poder del gigante automotriz.
Gracias a ella, las familias propietarias Porsche y Piëch vuelven a tener ahora acceso directo a las decisiones del fabricante a través del bloqueo que les otorga el ser dueños de más de una cuarta parte de las acciones de Porsche.
Entre lágrimas, el patriarca de la familia, Wolfgang Porsche, había tenido que ceder el control de Porsche al grupo Volkswagen tras un intento fallido de adquisición en 2009. Que la salida parcial tuviera éxito era, por tanto, vital para dichas familias.
Pese a circunstancias económicas algo adversas, Blume decidió llevarla a cabo a finales de septiembre, al poco de asumir su cargo, y la que supuso la mayor salida a bolsa en Alemania desde 1996 se convirtió a su vez en la mayor operación en la historia de Europa en términos de valoración de mercado.
Más allá del éxito, Blume enfrenta importantes desafíos en el grupo, en especial referidos a China y a la principal marca del grupo, la homónima Volkswagen.
Respecto a la primera, el grupo lleva varios años luchando para hacer frente a la competencia doméstica en el segmento de los coches eléctricos. A principios de año, de hecho, Volkswagen perdió el liderazgo de mercado que había ostentado durante décadas en favor del fabricante de coches eléctricos BYD.
Blume quiere enfocarse en las necesidades de los clientes chinos, en especial en relación a la conectividad digital de los vehículos, con el objetivo de aumentar las ventas en el que supone el mercado más importante para la marca de turismos con sede en Wolfsburgo.
Sobre dicha marca, la más importante del grupo, el directivo también tiene mucho que hacer. Incluso después de varios recortes de costes, el fabricante sigue teniendo problemas para generar beneficios adecuados.
La marca principal desempeña un papel central para todo el grupo, por lo que Blume quiere garantizar que sea más rentable a través de una mayor producción conjunta con las otras filiales, un ahorro en los concesionarios y en los costes laborales.
Respecto a estos últimos, confirmados la semana pasada por el director financiero, Arno Antlitz, todavía se desconocen los detalles, que serán concretados en octubre con la jefa del comité de empresa, Daniela Cavallo. De momento, solo se habla de que los puestos que queden vacantes no serán cubiertos.
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