Cortar el cabello entre tortugas, la pasión de un peluquero alemán



Ennepetal (Alemania), 27 jun (dpa) - Cuidar a unas 70 tortugas y al mismo tiempo hacer un trabajo con maestría como estilista no es poca cosa y el peluquero alemán Axel Meier decidió combinar ambas tareas en el mismo lugar. 


Justo detrás de la peluquería comienza el domicilio privado del experto en tortugas, y también el de sus animales. 


Meier, quien vive en la ciudad de Ennepetal, en el noroeste de Alemania, recibió sus primeras tortugas de plástico cuando tenía cuatro años. Y a los once tuvo su primera tortuga de verdad, una tortuga griega. 


"Ya de pequeño prefería coleccionar insectos a jugar al fútbol", explica este hombre, de 56 años, sobre su pasión. 


Para escapar de la estresante rutina diaria en el trabajo, Meier solo tiene que bajar una escalera y ya está en el jardín con sus animales. Así, puede ocuparse de darles de comer o hacer un poco de limpieza incluso durante los breves descansos entre las citas con sus clientes.


Meier trabaja desde hace 32 años de forma independiente como peluquero y desde el año 2000 es propietario de una casa. Desde entonces, amplió su reserva de tortugas de espolones, de agua y esteparias, entre otras, mediante compra o cría. También tiene especies amenazadas, como la tortuga de caja del sureste asiático.


Meier es miembro de tres asociaciones profesionales de cuidadores de tortugas, posee un certificado de experiencia e imparte conferencias. Cuenta con varios recintos, un tortugario climatizado y dos invernaderos.


También hay tanques y terrarios en la casa e incluso en la peluquería. Así, los animales pueden alojarse sin padecer el frío incluso en el invierno europeo. "Aquí cada animal tiene su propio hábitat", asegura. Sus clientes también pueden experimentar así las tortugas en vivo y en directo.


Meier promociona la energía de estos animales. "Antes se consideraban aburridos. Ahora sabemos que antes no se mantenían a la temperatura adecuada", señala el experto, que aclara que no tiene ni un zoológico ni un centro de rescate.


El peluquero sabe que algunas tortugas lo sobrevivirán y por mucho. El animal más viejo tiene 60 años y podría llegar a los 100. Por ello, Meier tomó sus previsiones y, según un documento escrito, tres personas de su confianza ya saben cómo deberán proceder con los animales.