La cadena de supermercados de bajo coste alemana Lidl cumple 50 años

Por David Hutzler (dpa)

Stuttgart (Alemania), 17 may (dpa) -  En su 50 aniversario, la cadena alemana de supermercados de bajo coste Lidl sigue compitiendo por contar con los precios más bajos del mercado en una batalla que suele pelear mano a mano con Aldi.


Ya sea por el precio de la mantequilla, el queso o la pasta, la competencia constante con Aldi, que ya lleva cinco décadas, se reavivó recientemente. Sin embargo, los expertos no observan grandes cambios en los precios debido a la inflación elevada.


La historia del grupo Schwarz, con sede en la ciudad alemana de Neckarsulm, en el estado federado de Baden-Würtemberg, al que pertenecen hoy en día Lidl y Kaufland, se remonta al año 1930.


En ese entonces, Josef Schwarz fundó el mayorista de alimentos Lidl & Schwarz KG. Su hijo Dieter Schwarz (83) se sumó más tarde a la empresa de su padre y abrió en 1973 la primera tienda de supermercado de bajo coste en la ciudad de Ludwigshafen.


Esa fue la piedra fundamental para un imperio que cuenta hoy en día con alrededor de 12.000 filiales en más de 30 países. Con una facturación de más de 100.000 millones de euros (108.758 millones de dólares), Lidl fue en 2021 la mayor cadena de supermercados de bajo coste del mundo.


Y eso que la aparición de Lidl fue más bien tardía, ya que el primer supermercado de Aldi, por ejemplo, abrió sus puertas en 1962 y comenzó con la cruzada del concepto de descuentos con sus tiendas de pasillos estrechos, mercancías ubicadas en palets de madera y poca variedad, pero a precios bajos. Dos años después le siguió Norma. Penny apareció al igual que Lidl en 1973.


"La receta del éxito de Lidl fue que trabajó desde el principio con una variedad de productos limitada. Pero también se distinguieron desde el principio por introducir también artículos de marca", dijo el experto en comercio Thomas Roeb, de la Universidad de Bonn-Rhein-Sieg.


Lidl mantuvo este concepto rigurosa y agresivamente, apostando a la expansión y, al mismo tiempo, manteniendo sus costes bajo control. "Son máquinas de eficiencia", afirmó Martin Fassnacht, de la Escuela de Negocios WHU de Düsseldorf.


El principio de descuento evolucionó con el tiempo. Hoy en día, las sucursales tienen un diseño más bonito y la selección de artículos aumentó. "Pero, a final de cuentas, se trata de conseguir siempre el precio más bajo", añadió.


Los consumidores de Alemania, tradicionalmente sensibles a los precios, tuvieron que asimilar algunas cosas en el último tiempo debido al aumento de los costes energéticos y de aprovisionamiento.


Según observó Fassnacht, los precios de las marcas propias de los supermercados de descuento, que por lo general eran baratos, subieron mucho. Las últimas rebajas en mantequilla, queso y pasta son una señal de que las cosas podrían volver a cambiar de rumbo.


"Se puede tener la esperanza de que lo peor ya pasó. Pero nos tenemos que despedir de la idea de que los precios volverán a corto o mediano plazo a su nivel original", dijo el gerente del Instituto de Investigación Comercial (IFH) de Colonia, Kai Hudetz.


De acuerdo con el instituto de investigación sobre comercio minorista EHI, también con sede en Colonia, Lidl es también uno de los diez principales minoristas alemanes de comercio electrónico, aunque apenas ofrezca alimentos en línea.


Actualmente, además, el grupo Schwarz también se está estableciendo como proveedor de servicios digitales y ya es uno de los mayores proveedores alemanes de servicios en la nube.


Asimismo, en torno a la sede de la empresa en Neckarsulm no solo surgieron instituciones educativas y una escuela de programación, financiadas por la fundación de Dieter Schwarz, que ya está jubilado.


El dinero del mecenas, que abandonó el negocio operativo en 1999 y es la persona más rica de Alemania, según la revista de negocios "Forbes", pronto fluirá también hacia un gran centro de investigación de inteligencia artificial en la cercana Heilbronn.