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Muestra alemana pone el foco en rápido envejecimiento del mundo digital

Por Christoph Driessen (dpa)

Bonn (Alemania), 23 mar (dpa) - La exposición "#DeutschlandDigital" en la Casa de la Historia en Bonn parece de a momentos una incursión por una gris prehistoria, incluso cuando varias de las piezas exhibidas datan de apenas algunos años o, como mucho, décadas.


Y es que prácticamente nada envejece tan rápido como la técnica digital, por lo que hasta un Nokia con teclas puede despertar sentimientos de nostalgia.


Con más de 400 objetos, fotografías y estaciones interactivas, el museo se concentra en las profundas consecuencias de la digitalización.


Entre las piezas más antiguas se encuentran una réplica de la "primera computadora del mundo", destruida durante de la guerra y que fue ensamblada por el ingeniero e inventor Konrad Zuse en 1941, así como el manuscrito original para una máquina de calcular de 1701.


El polímata Gottfried Wilhelm Leibniz explicó de esta manera su sistema numérico binario, base teórica de la posterior digitalización.


También pueden observarse en el recorrido de la muestra que abrirá mañana sus puertas la Commodore PET, de casi 20 kilos de peso y presentada durante la Feria de Hannover en 1978, así como Super Mario, el héroe de de las series de juegos de Nintendo.


El visitante puede maravillarse ante el primer dispositivo de limosna digital para donaciones sin contacto en la iglesia y mirar también por el escote de la muñeca sexual "Harmony". Su comportamiento de reacción puede ser programado por el usuario según sus preferencias personales.


Y, como un tesoro bajo un cristal, se exhibe el teléfono móvil que Angela Merkel utilizó como líder de la oposición de la Unión Democrata Cristiana (CDU) hasta 2005. Ya por entonces era blanco de las escuchas del servicio secreto estadounidense.


"Uno de los hitos significativos del mandato de Angela Merkel como canciller fue la comunicación mediante SMS", apunta el jefe del museo, Harald Biermann, a dpa. 


Los visitantes de mayor edad podrán reafirmar que durante el transcurso de sus vidas la ciencia ficción evolucionó hasta convertirse en realidad.


Los fanáticos de la serie animada "Captain Future" recuerdan el "cerebro volador" del fallecido profesor Simon Wright, que iba junto con él en un contenedor especial en la nave espacial.


Y algo similar tuvo el astronauta de la agencia espacial europea ESA durante sus misiones en el espacio: el asistente "Cimon", que se basa en inteligencia artificial (IA).


Aunque no era tan astuto como Simon Wright, podía ayudar al astronauta a efectuar mediciones y cantarle. Un ejemplo muy cotidiano de IA es un robot aspirador, que también aparece  expuesto.


La muestra -que podrá ser visitada hasta el 4 de febrero de 2024- se permite recordar que, en sus inicios la digitalización se vio acompañada por un gran escepticismo en Alemania.


La Federación Alemana de Sindicatos (DGB por sus siglas en alemán) difundió en 1979 un afiche donde, bajo el título "pequeñas causas, grandes efectos", se veía un microprocesador entre dos dedos de una mujer. "Así se ve el asesino de puestos de trabajo", añadía.


Y la DGB continuaba: "Restándole trascendencia se habla de 'progreso técnico'. En lenguaje directo no significa otra cosa que se están racionalizando miles de puestos de trabajo".


Visto de manera retrospectiva, no deja de impresionar que por entonces se pensara que, en caso de así desearlo, podía detenerse el avance de la tecnología.

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