Estudio alemán: azúcar y grasas modifican comportamiento del cerebro

Colonia, 22 mar (dpa) - Un equipo del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo, con sede en la ciudad alemana de Colonia, determinó en base a la actividad del cerebro por qué nos cuesta tanto decir "no" al chocolate o a las papas fritas.


El instituto comunicó que el estudio demostró que los alimentos grasosos o dulces activan fuertemente el sistema de recompensa y por eso el cerebro aprende inconscientemente a dar prioridad a esos alimentos. Los resultados de la investigación se publicaron en la revista especializada "Cell Metabollism".


"Nuestra tendencia a alimentos ricos en grasas y azúcar, la llamada alimentación occidental, podría ser innata o desarrollarse como consecuencia del sobrepeso. Pero pensamos que el cerebro aprende esta predisposición", explica la autora Sharmili Edwin Thanarajah la hipótesis central del trabajo.


Para demostrarla, los investigadores dieron durante ocho semanas a un grupo de sujetos de estudio de peso normal dos veces por día un pudin rico en grasas y azúcar adicionalmente a la alimentación normal. Otro grupo recibió un pudin que tenía la misma cantidad de calorías, pero menor contenido en grasas y azúcar. Antes y durante el estudio, los científicos midieron la actividad cerebral de los sujetos de estudio.


Las mediciones evidenciaron que el pudin rico en grasas y azúcares activaba de forma especialmente fuerte el llamado sistema dopaminérgico de los sujetos de estudio. Esa es la región del cerebro encargada de motivaciones y recompensas.


"Nuestras mediciones de las actividades cerebrales demostraron que el cerebro se reconectaba de manera diferente por el consumo de papas fritas y demás. Aprende inconscientemente a preferir comida que recompense", dijo el director del estudio Marc Tittgemeyer. Durante la investigación no se constataron cambios en el peso y los valores en sangre de los sujetos de estudio.


Los investigadores consideran que esta preferencia adquirida se mantiene también después del estudio. "En el cerebro se generan nuevas conexiones, que luego no se disuelven tan fácilmente otra vez. Después de todo, es el sentido de aprender: que lo aprendido no se olvide tan rápidamente", explicó Tittgemeyer.


El estudio fue realizado en colaboración con investigadores, entre otros, de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.