Cero incidentes y ni una mota de ceniza en aviones que operaron con el volcán

 EFE

San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), 1 dic (EFE).- Los aviones que operaron durante la erupción del volcán de La Palma no registraron ningún incidente de seguridad y en las inspecciones rutinarias que se realizaron en los motores no se encontró ni una mota de ceniza, según ha revelado este jueves el director de operaciones de vuelos de Canair -compañía integrada en Binter-, Luis Gutiérrez.


Así lo ha reflejado en la mesa redonda "Naturaleza, aviación y economía" que ha organizado Binter en San Bartolomé de Tirajana en el marco de las jornadas "Nuevas formas de volar", en las que también ha participado el delegado en Canarias de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), David Suárez; el director de Navegación Aérea en Canarias de ENAIRE, Manuel Arrabal; y el responsable de seguridad de vuelo de Binter, Álvaro Izquierdo.


Todos ellos han conversado sobre las dificultades meteorológicas más reseñables a las que se ha enfrentado Canarias en los últimos años y se han centrado, principalmente, en el episodio de calima intenso que sufrió el archipiélago en febrero de 2020 y, especialmente, en la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma.


"Después de tres meses trabajando, todas las inspecciones que se hacían de cada avión que regresaba de zonas que podían estar afectadas por la actividad del volcán tenían el mismo resultado: nunca se encontraron restos de ceniza en las revisiones a motores", ha detallado Gutiérrez, que ha subrayado que los aviones nunca llegaron a atravesar directamente zonas de ceniza.


A su juicio, los procedimientos funcionaron y, si volviese a ocurrir algo similar en un futuro, seguirían siendo válidos porque demostraron funcionar a la perfección.


Con ello ha coincidido David Suárez, quien desde la Aemet percibió en todo momento que la coordinación entre las administraciones y empresas implicadas "fue como la de un puzzle bien engrasado y una cadena que trabajaba 24 horas con gran coordinación".


Respecto al volcán, ha destacado, al igual que Gutiérrez, que no se produjeron incidentes, aunque ha admitido que fueron meses muy complicados en los que tenían que predecir con mucha precisión hacia dónde se podía dispersar la ceniza y calcular si era suficiente para dejar fuera de operatividad el aeropuerto de La Palma, como sucedió en varias ocasiones.


"A posteriori se han hecho entrenamientos y análisis de cómo ha salido todo. Tuvimos una gran presión y debemos estar orgullosos porque salió todo de forma satisfactoria", ha reflexionado Suárez, quien ha recordado que aunque no se puede frenar un ciclón, un volcán o un episodio de calima, sí es posible adaptarse y mitigar sus efectos.


Por su parte, Manuel Arrabal (Enaire), ha incidido en el episodio de calima y las dificultades para reorganizar la operatividad aérea durante los tres días que duró este fenómeno.


"Teníamos proyecciones de calima, había otros episodios previos, pero fue muy diferente y además en un fin de semana de Carnaval, en plena temporada alta, con mucha afluencia de aviones que no podían aterrizar, en un contexto en el que había que encontrar plazas de párking para las aeronaves desplazadas", ha señalado.


Enaire, ha abundado, tuvo que activar un procedimiento de "desvíos masivos" junto con AENA, lo que obligó a que aviones que tenían previsto aterrizar en Canarias tuvieran que pasar varios días en aeropuertos como el de Málaga, Faro o Madeira.


Sobre el volcán, ha manifestado que "hay que estar orgullosos" de la gestión y la ha contrapuesto con lo ocurrido durante el volcán islandés Eyjafjallajökull, que obligó a cerrar espacios aéreos enteros, algo que "ya no se hace".


El responsable de seguridad de vuelo de Binter, Álvaro Izquierdo, ha destacado que tras un contexto de guerras, pandemia, calima y crisis económicas, el sector de la aviación comercial "responde mejor cuanto más le aprietan".


Así, Izquierdo ha admitido que el episodio de calima fue "de lo más complicado" que les ha tocado gestionar porque fue una situación que cambiaba de manera muy gradual, lo que hacía difícil su control.


En cuando al volcán, ha recordado que es el tercero al que se han tenido que enfrentar, tras el de Fogo, en Madeira, y el de El Hierro, en 2011.


"Para que se hagan una idea de la fiabilidad en los trabajos de seguridad de la compañía, el avión de Presidencia del Gobierno de España llamaba a Binter para informarse sobre si podía volar a La Palma o no en función de las condiciones del volcán", ha concluido Izquierdo. EFE