Alemania va a la cumbre climática con ambición y resultados moderados

Por Martina Herzog (dpa)

Berlín, 5 nov (dpa) - Las cosas no pintan bien para Alemania en lo que respecta a sus propios objetivos de reducción de gases de efecto invernadero, en vísperas de la nueva cumbre climática que tendrá lugar en Egipto.


Sin embargo, el Gobierno germano quiere trabajar duro en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP 27, que se celebrará esta semana en Sharm el-Sheij.


Jennifer Morgan participó en la COP 26 en Glasgow hace cerca de un año como líder de Greenpeace, hoy es la mano derecha de la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, en lo que refiere a la protección internacional del clima. En la conferencia climática que se inicia este domingo manejará los hilos de la delegación alemana. 


Morgan asegura que se mantiene fiel a sus objetivos. "Lucho por cada décima de grado menos de calentamiento", dijo Morgan a la revista alemana "Der Spiegel". "Nada ha cambiado en ese sentido", afirmó.


Hoy secretaria de Estado, Morgan trae ahora de Alemania un historial de protección del clima que probablemente habría criticado con dureza en su anterior trabajo como activista. 


Apenas dos días antes del inicio de las deliberaciones en Egipto, el consejo de expertos independientes consideró el viernes insuficientes los actuales esfuerzos de Alemania en materia de protección del clima, aun cuando en su esfuerzo por ser objetivos, nunca lo formularían en estos términos.


Su conclusión fue que es poco probable que Alemania pueda alcanzar su objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 65 por ciento para 2030 en comparación con 1990.


El experto en protección del clima Niklas Höhne, del "think tank" New Climate Foundation, considera que Alemania se desvió claramente del curso del Acuerdo Climático de París, al igual que todos los países importantes, pero, no obstante, muestra un cuadro mixto. 


"La expansión de las energías renovables se está impulsando de forma concreta y vehemente. Pero las medidas, especialmente en el transporte, aún no están a la vista, y tendrían que reajustarse para los hogares y la industria", expresa. 


Pese al mediocre balance que hace, Alemania llega a Sharm el-Sheij con el objetivo declarado de "comprometerse a nivel internacional con un ambicioso programa de trabajo para una mayor reducción de las emisiones por parte de los Estados", explica el portavoz adjunto del Gobierno germano, Wolfgang Büchner.


Fuentes gubernamentales señalan que la expansión de las energías renovables va a continuar aunque Alemania, al igual que otros países, está cubriendo a corto plazo el faltante de gas ruso con energías fósiles.


Según se informa, se avanzará en el apoyo financiero a los países que sufren especialmente las consecuencias devastadoras de fenómenos relacionados con el clima, como inundaciones, sequías o tormentas.


"La crisis climática es una factura abierta de los países industrializados, que ahora deben saldar", afirma Lisa Göldner, de Greenpeace.


La ministra de Desarrollo de Alemania, Svenja Schulze, quiere poner en marcha el 14 de noviembre, junto con el grupo de 20 países especialmente vulnerables, el "Paraguas global contra los riesgos climáticos", un nuevo fondo financiero del que saldrá una ayuda rápida para quienes sufran en el futuro catástrofes relacionadas con el clima.


Como país con experiencia en la transición energética, Alemania también busca asociaciones con países de todo el mundo, como la que tiene con Sudáfrica para la eliminación del carbón. 


En Sharm el-Sheij podrían anunciarse más asociaciones. "Si funcionan, estas asociaciones climáticas son la clave para dar un cierto impulso a las negociaciones", afirma Höhne, que tiene expectativas "muy moderadas" de la conferencia en general.


Y luego está el Club del Clima, convocado por el canciller germano, Olaf Scholz, en el que los Estados deben acordar objetivos y normas comunes para una actividad económica más respetuosa con el clima.


El gobierno alemán quiere que al menos los países industrializados del G7 lleguen a una decisión formal sobre esta cuestión antes de finales de año, idealmente incluyendo a otros países. El propio Scholz estará en Sharm el-Sheij el lunes y el martes.


La representante de Greenpeace elogia a la ministra de Asuntos Exteriores alemana, del partido ecologista Los Verdes, pero acusa al canciller de mantener la perspectiva de inversiones para nuevas perforaciones de gas, por ejemplo en la costa de África Occidental, durante sus viajes al extranjero.


"Esto es devastador para el clima y marca una senda de desarrollo fósil en los países proveedores", denuncia Göldner, quien señala que sería mucho mejor apoyar la expansión de la energía del viento y del sol allí.


Höhne también cree que el Gobierno alemán debe demostrar que la transición energética es irrevocable. "Alemania podría admitir abiertamente que también hay dificultades de aplicación en Alemania. Una evaluación honesta de lo que ya se ha conseguido haría bien a la discusión política", sostiene.