Guerra e inflación complican el 1 de Mayo a los sindicatos alemanes

Por Christian Ebner (dpa)

Fráncfort, 30 abr (dpa) - Los sindicatos se enfrentan este año en Alemania a un dilema complejo de cara al 1 de Mayo, atrapados entre las exigencias de sus afiliados y la compleja situación económica.


Los trabajadores exigen un empleo seguro y compensaciones por la fuerte subida de la inflación, mientras que las empresas advierten de las consecuencias de nuevas cargas tras la pandemia, los cuellos de botella en el suministro y la explosión del coste de la energía.


Por ello, aunque en realidad tiene poco tiempo porque en junio debe presentar la demanda salarial de gran parte de sus trabajadores, el jefe de IG Metall, Jörg Hofmann, se resiste a entrar en el debate en un esfuerzo por ganar tiempo. El sindicato representa a la industria metalúrgica y eléctrica, que, con unos 3,7 millones de trabajadores, es el núcleo de la economía alemana.


Pese a que los enormes riesgos por la guerra en Ucrania, incluido una posible prohibición a la importación de gas ruso, y las profundas interrupciones en las cadenas de suministro mundiales, Hofmann y sus compañeros buscan lograr un margen de maniobra.


Un acuerdo salarial elevado costaría puestos de trabajo, además de llevar a muchas pequeñas y medianas empresas a la insolvencia, advirtió esta semana su contraparte en las negociaciones, Stefan Wolf, presidente de la patronal metalúrgica Gesamtmetall, en un foro organizado por el diario "Die Welt".


Algunos economistas, y también el presidente de la patronal, Rainer Dulger, piden a los sindicatos que se contengan para evitar que se inicie una espiral de precios, sobre la base de la teoría de que el aumento de los salarios conduce de forma inevitable a un incremento de los precios de los productos y que, como resultado, los precios y los salarios se dispararían.


Reinhard Bispinck, de la fundación de estudios sindicales Böckler, criticó por su parte que esta preocupación no exista cuando se trata de los rendimientos empresariales crecientes.


En abril, los precios al consumo en Alemania fueron un 7,4 por ciento más altos que un año antes, debido principalmente al coste de la energía. Mientras tanto, la llamada inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos, también está aumentando de forma significativa.


Una cifra que está muy lejos del 1,7 por ciento en que, según los cálculos de la Fundación Böckler, aumentaron los ingresos de los convenios colectivos el año pasado. Ya en 2021, los trabajadores de Alemania tuvieron que hacer frente a pérdidas salariales reales porque sus aumentos fueron por detrás de la inflación.


Con motivo del Día de los Trabajadores, el líder de la Federación Alemana de Sindicatos (DGB), Reiner Hoffmann, instó a que se produzcan incrementos salariales significativos este año debido al nivel de precios.


"Los principales objetivos de nuestra política de negociación colectiva siguen siendo una compensación de la inflación, una participación de los trabajadores en los aumentos de productividad y un reparto más justo", declaró el líder sindical al "Rheinische Post".


Con su demanda de un 8,2 por ciento de aumento para los aproximadamente 76.000 trabajadores de la industria siderúrgica del noroeste y el este de Alemania, IG Metall ha dado un primer indicio de por dónde podría ir el camino de la negociación colectiva en 2022. La patronal siderúrgica rechazó inmediatamente la demanda del sindicato, que es de más del doble que la de 2021. Si ambas partes se mantienen firmes, habrá huelgas a partir de junio.