Guerra y covid dominan los primeros 100 días del nuevo gobierno alemán

Por Klaus Blume (dpa)

Berlín, 13 mar (dpa) - Casi nadie hubiera imaginado esto hasta hace poco: un canciller socialdemócrata que aumenta el presupuesto de defensa alemán hasta niveles récord, políticos verdes que debaten sobre prolongar la vida de las centrales nucleares y un gobierno que suministra misiles a una zona de guerra muy cercana.


Mucho ha cambiado en Alemania desde que Rusia atacó a Ucrania a finales de febrero.


La guerra de Ucrania, junto con la interminable pandemia de coronavirus, se está convirtiendo en una prueba de fuego para el nuevo Gobierno alemán, que el jueves cumplirá 100 días en el cargo.


"Estamos viviendo un cambio de época", proclamó el canciller Olaf Scholz ante el Parlamento tres días después de la invasión rusa del país vecino el pasado 24 de febrero.


En estos tiempos de guerra, los socios de gobierno de Scholz, socialdemócratas, verdes y liberales, están acercando posturas pero queda por ver hasta qué punto su coalición, que comenzó bajo el lema "Atrévete a progresar", podrá llevar a cabo su programa.


Scholz fue elegido canciller el 8 de diciembre como sucesor de Angela Merkel, que tras 16 años en el poder declinó volver a presentarse. El Partido Socialdemócrata (SPD) remontó en los sondeos aprovechando la debilidad de los democristianos del candidato Armin Laschet y ganó los comicios del 26 de septiembre por estrecho margen.


Lejos de la mayoría absoluta, Scholz forjó una alianza tripartita de SPD, Los Verdes y el Partido Liberal (FDP), conocida en Alemania como la "coalición del semáforo" por los colores de las formaciones: rojo, amarillo y verde.


Se trata de una coalición inédita a nivel nacional. A pesar de las diferencias ideológicas entre el SPD y Los Verdes, por un lado, y el liberalismo de mercado del FDP, por otro, las negociaciones avanzaron rápidamente ante la disposición de las tres partes a efectuar concesiones. El 24 de noviembre sellaron la alianza.


Los nuevos socios acordaron aumentar el salario mínimo de 9,60 a 12 euros por hora (10,40 a 13,10 dólares), duplicar la cuota de energías renovables en la generación de electricidad, permitir la venta de cannabis a mayores de edad y facilitar la naturalización de extranjeros, entre otros.


"El 'semáforo' aún no ha tenido la oportunidad de iniciar siquiera lo acordado en el pacto de coalición", indica a dpa el politólogo Gero Neugebauer, y explica que esto se debe a que la pandemia de coronavirus y la guerra han eclipsado los demás asuntos.


"Pero han sido muy buenos al reaccionar a lo nuevo y tirar lo viejo por la borda", opina Neugebauer.


El Ejecutivo de Scholz ha tenido poco éxito hasta ahora en la lucha contra el coronavirus. Aún no se ha alcanzado el objetivo declarado de vacunar hasta finales de enero al 80 por ciento de la población con al menos una dosis.


Tampoco se ha logrado imponer la vacunación obligatoria a partir de los 18 años, tal y como defienden tanto Scholz como el ministro de Salud, Karl Lauterbach. El Bundestag debatirá sobre varios proyectos de ley y se supone que los diputados podrán votar a conciencia, sin obligación de seguir la línea del partido.


Sin embargo, con su decisiva actuación en la crisis de Ucrania, la coalición tripartita ha recuperado la confianza de los alemanes, apuntan las encuestas.


Mientras que en las primeras semanas los medios de comunicación se burlaban de las escasas apariciones públicas del canciller al son de "¿Dónde está Scholz?", ahora se lo percibe como un líder fuerte. "Entre las transformaciones más sorprendentes de estos días está la de Olaf Scholz", sostuvo el semanario "Der Spiegel".


De acuerdo con la encuesta más reciente de la emisora pública ARD, el 56 por ciento de los votantes están satisfechos con la labor de la coalición, lo que supone un aumento de 18 puntos porcentuales respecto a febrero.


Además de Scholz, la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock (Verdes), que no tenía experiencia de gobierno previa, también obtuvo un importante respaldo popular.


Incluso los políticos de la opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU) elogiaron la actuación de Baerbock en la Asamblea General de la ONU a principios de marzo.


El SPD de Scholz y los democristianos, que han recuperado fuerza bajo su nuevo líder Friedrich Merz, están actualmente al mismo nivel en las preferencias electorales.


El primer enfrentamiento real tendrá lugar en las elecciones regionales del pequeño estado del Sarre el 27 de marzo, seguidas de las de Schleswig-Holstein, en el extremo norte del país, y en mayo las de Renania del Norte-Westfalia, la región más populosa de Alemania.


Aunque ha habido algunas fricciones entre los socios del "semáforo" en los primeros 100 días, actualmente no hay indicios de que la coalición no vaya a poder completar la legislatura de cuatro años. "Cada partido quiere dejar su huella, pero ninguno quiere que se le reproche haber roto la coalición", dice Neugebauer.