Reconexión de los jóvenes con sistemas alimentarios ancestrales

 NDP FAO

La líder juvenil indígena utiliza su programa de cocina en línea para recuperar la gastronomía tradicional

La infancia de Mariah Gladstone sentó las bases perfectas para el trabajo que realiza estos días, con el que insufla nueva vida a las tradiciones culinarias de los pueblos indígenas a través de su programa de cocina en línea Indigikitchen. Gracias a su enfoque de dietas sostenibles, y utilizando legumbres y otros alimentos ancestrales, Mariah se convirtió en Campeona del Foro alimentario mundial, una iniciativa liderada por jóvenes puesta en marcha por la FAO y una red internacional de asociados, a fin de empoderar a los jóvenes para que transformen los sistemas agroalimentarios en aras de un mejor futuro alimentario. 

En la reserva de los pies negros donde se crio Mariah, situada en el noroeste del Estado de Montana en los Estados Unidos de América, una zona agreste y azotada por el viento, su padre y su abuelo le cavaron un huerto. “Me crie con muchos alimentos frescos sacados de la tierra, y entendía como prosperaban las semillas hasta convertirse en comida. Es un verdadero privilegio haber crecido con esto.” 


Entretanto, su madre le daba rienda suelta en la cocina. “Empecé a imaginar recetas desde muy pequeña. Mamá me dejaba experimentar con ellas. Ya desde que tenía cinco o seis años, ella me hacía apuntar toda la receta. Luego seguí haciéndolo.”


Al hacerse mayor, Mariah pronto se dio cuenta de que no todos eran tan afortunados en la comunidad que la rodeaba. Tiene ascendencia de pies negros y cherokees, dos de las mayores naciones indígenas de los Estados Unidos de América. Ya solo desde la perspectiva de la salud, los investigadores médicos y los grupos de defensa indígenas dicen que las poblaciones nativas americanas sufren algunas de las tasas más elevadas de diabetes tipo 2 en el continente.


Retorno a las legumbres y a alimentos ancestrales


Mariah tomó mayor conciencia a raíz de una conferencia a la que asistió sobre soberanía alimentaria, y también contribuyeron su grado en Ingeniería Ambiental de la Universidad de Columbia y un máster que realizó por la Universidad Estatal de Nueva York. Según sus palabras, “a los nativos se nos ha desconectado deliberadamente de nuestros sistemas alimentarios tradicionales”. En la memoria colectiva de su comunidad aislada sigue vivo el recuerdo de cómo en la década de 1880 la tribu de pies negros de su padre se vio privada de la mayoría de sus manadas de búfalos y hubo muertes masivas por inanición.


Las consecuencias han persistido, ya que “muchos de nuestros padres, abuelos o bisabuelos se criaron con raciones u otras formas de alimentos subvencionados. Si hablo de frijoles, a muchas personas les viene la imagen de unos frijoles verdes blandos que vienen en lata.” 


Para Mariah, en cambio, los alimentos de sus antepasados indígenas ofrecen numerosas posibilidades creativas. “Una de mis formas preferidas de comer los frijoles blancos es cocinarlos hasta que se deshagan, mezclarlos con azúcar de arce y huevos y hacer un bizcocho. [En las fotografías de arriba]. Sale un pastel delicioso rico en proteínas y realmente saludable, y uno no se da cuenta de que está hecho de frijoles.”


Para Mariah, difundir sus vídeos de cocina a través de las redes sociales a sus compañerosmillennials, fue un acto reflejo. Produce vídeos de corta duración para facilitar su visualización en teléfonos celulares o en caso de mala conectividad a Internet. 


También ha descubierto que en las redes sociales “no son solo están presentes los jóvenes, sino también sus padres, sus abuelos... La gente etiqueta a sus familiares, poniendo cosas como 'Abuela, ¿podemos hacer esto este fin de semana?’”


También hay mucha interacción, ya que muchas personas le envían recetas que han probado y modificado. “No solo veo entusiasmo en los jóvenes, sino que estos van atrayendo a sus familiares y a otras personas, y no solo se crean comidas deliciosas, sino que también se recuperan conocimientos a entre diferentes generaciones.”


Tradicionalmente, en extensas zonas de América del Norte los pueblos indígenas intercalaban el cultivo del maíz, la calabaza y el frijol (los que se conocían como “las tres hermanas”). Además de mejorar la salud del suelo con las bacterias fijadoras de nitrógeno presentes en sus raíces, cultivos como los frijoles son “importantes para el buen funcionamiento de nuestros ecosistemas, no solo de nuestra salud nutricional, sino también de las formas en que actuamos como cuidadores de la tierra que nos rodea.”


Pero, ¿hasta qué punto reconoce el público en general la sabiduría de los sistemas alimentarios de los pueblos indígenas? Un movimiento surgido en Montana en las décadas de 1980 y 1990 llevó a una red de explotaciones agrícolas a sustituir cultivos de cereal fertilizados con productos químicos por lentejas orgánicas. Se sabe que los cultivos de legumbres son importantes para la salud del suelo y la biodiversidad. “Me parece un gran ejemplo de cómo los pueblos no indígenas reconocen la importancia de cuidar la tierra como agricultores.”


En el mejor de los casos, sin embargo, el panorama es ambivalente. Puede ser “interesante ver cómo la ciencia reconoce el conocimiento tradicional y cómo estudios revisados por pares demuestren cosas que ya sabíamos. Por un lado, es genial contar con la validación de un estudio revisado por homólogos, pero también molesto, porque mientras no tengas esa validación no se te toma en serio.” 


Los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas son metodológicamente sólidos y se basan en observaciones, experiencias, ensayos y prácticas sistemáticos. Por lo tanto, son una buena fuente de conocimientos especializados en los que basar unas políticas alimentarias que necesitan tener una comprensión profunda de los ecosistemas, la biodiversidad y las culturas locales. 


Este es un tema que se trata con regularidad en elCentro Mundial sobre Sistemas Alimentarios Indígenasde la FAO. En junio de 2021, el Centro invitó a Mariah como ponente inspiradora del Foro mundial de jóvenes indígenas en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios.  


En general, la juventud indígena según afirma Mariah, se preocupa por garantizar que la tierra pueda seguir generando alimentos en el futuro. “Creo que, evidentemente, los jóvenes de hoy en día queremos asegurarnos de que nuestras comunidades se alimenten, pero realmente aspiramos a que haya sostenibilidad a todos los niveles”, dice.