Por Heinz Büse (dpa)
Bochum (Alemania), 13 feb (dpa) - Cuatro goles en media hora fueron el detonante de la segunda humillación sufrida por el Bayern Múnich esta temporada, por lo que Joshua Kimmich dio la voz de alarma tras la derrota sufrida el sábado ante el Bochum por 4-2.
Apenas se produjo el claro fracaso en el estadio del Bochum, la estrella del Bayern abrió un debate sobre la mentalidad imperante en el vestuario del todopoderoso Bayern.
"Ocurre muy a menudo. No recuerdo que nos pasara en el pasado encajar cuatro o cinco goles varias veces", se quejó el internacional en referencia al igualmente vergonzoso 5-0 sufrido en la Copa Alemana a finales de octubre frente al Borussia Mönchengladbach.
Con aire reflexivo, añadió: "Nos faltan todas las virtudes. Tenemos que preguntarnos si esta es la mentalidad del Bayern".
En realidad, esta discusión estaba reservada al Borussia Dortmund en los últimos años. No solo el elevado número de goles encajados en Mönchengladbach y Bochum podría ser un indicio de un problema similar.
También es inusual para el Bayern que sus cuatro derrotas en lo que va de temporada se hayan producido contra equipos situados en la mitad inferior de la tabla.
La derrota en el primer partido de la segunda vuelta de la Bundesliga contra el Gladbach podría explicarse aún por las numerosas ausencias a causa del coronavirus. Pero esta vez no fue así.
El entrenador Julian Nagelsmann parecía tan decaído como Kimmich. "Fue un partido nefasto. No hay que perder la tensión y decir que la liga debe volver a ser más emocionante", lamentó el técnico tras la derrota ante un equipo al que ya había goleado por 7-0 en septiembre.
La diferencia con el segundo clasificado, el Dortmund, sigue siendo cómoda. No obstante, Kimmich advirtió que no se debe continuar con la apatía: "No se puede jugar un partido así. No importa la ventaja que tengamos".
El centrocampista de 27 años aludía a los desoladores 31 minutos antes del descanso, cuando el ataque del Bochum se vio recompensado con los goles de Christopher Antwi-Adjei (minuto 14), Jürgen Locadia (38', de penal), Christian Gamboa (40') y Gerrit Holtmann (44'). Ni siquiera Robert Lewandowski pudo salvar los muebles con sus goles número 25 y 26 de la temporada, en los minutos 9 y 75.
La última vez que el Bayern recibió más de tres goles en la primera parte fue en Fráncfort en 1975 (con un 5-0 en el descanso). "Eso no debe pasarnos a nosotros. Cada persona tiene que preguntarse si eso es todo lo que llevamos al campo cada semana", se quejó Kimmich.
El hecho de que uno de los principales líderes del equipo hablara sin morderse la lengua y planteara la cuestión de la mentalidad recibió la aprobación de Nagelsmann: "Siempre es bueno que algo así venga del equipo. Debe venir del equipo y no de mí".
"Si lo ha dicho así, habrá algo de verdad en ello. Y eso debería ser una lección para todos", agregó.
A pesar de la actuación, impropia de un líder de la Bundesliga, el técnico ahorró a sus profesionales un sermón en el vestuario durante el descanso: "Cuando vas perdiendo 4-1 en el descanso, el entrenador no tiene que gritar. Cada jugador tiene que saber por sí mismo que lo que hicimos en los primeros 45 minutos fue obviamente una basura".
La mayoría de los bávaros no se percataron de la fiesta que se vivía en el exterior del Ruhrstadion, donde los delanteros del Bochum y sus animados hinchas estuvieron bailando durante minutos.
Poco después del pitido final, la mayor parte de integrantes del Bayern había desaparecido en dirección al vestuario, con evidente frustración.
La salida apresurada de la ciudad renana tenía sentido. Al fin y al cabo, el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones en Salzburgo es el miércoles.
Con una actuación similar a la de Bochum, es probable que tampoco se gane nada frente a los austriacos. Sin embargo, Nagelsmann se mostró seguro ante el próximo desafío: "No estoy preocupado".
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