Por André Klohn (dpa)
Kiel (Alemania), 14 nov (dpa) - El Etna, en la isla italiana de Sicilia, entró regular y espectacularmente en erupción desde febrero pasado.
Pero, ¿cómo afecta la gran actividad del volcán de más de 3.350 metros de altura que cada año se desliza unos centímetros hacia el Mediterráneo?
Para dar una respuesta a este interrogante, durante las próximas semanas científicos de la ciudad alemana de Kiel emprenderán su expedición "Hazelnut" (avellana) con el barco de investigación "Meteor".
"Queremos comprender mejor la influencia del Etna en posibles tsunamis", señala el jefe de la expedición, Felix Gross. El 21 de noviembre, el equipo integrado por 16 investigadores partirá desde Emden, en Baja Sajonia.
Ya desde hace tiempo se sabe que el flanco sudeste del volcán se encuentra en movimiento y se desliza lentamente hacia el mar. El geofísico marino Gross, del Center for Ocean and Society de la Universidad de Kiel, cree que el motivo más probable para ello es la gravedad.
Esto se debe a que es muy probable que el Etna surgiese sobre una capa de arcilla expuesta a una inmensa presión. "Sencillamente todo se desliza hacia abajo", afirma.
Científicos de la Universidad Geomar-Centro Helmholtz para la Investigación Oceánica de la ciudad alemana de Kiel y del italiano Observatorio Etnia en Catania, midieron ya hace años mediante sensores los movimientos de la ladera.
"La ladera se hunde dos a tres centímetros anualmente", afirma la geocientífica Morelia Urlaub de Geomar. Mientras que los movimientos a través del mar se registran mediante datos de satélite, los investigadores dependen en el mar de los sensores acústicos.
"Pudimos constatar que el flanco se mueve tan rápido bajo el agua como en tierra", apunta Urlaub.
Desde 2016, a unos 1.200 metros de profundidad en el agua, cinco sensores miden la distancia que les separa a través de señales acústicas en el flanco inestable del volcán a unos 20 kilómetros de la costa. Durante el próximo viaje, las señales acústicas se analizarán y comprobarán con la ayuda de un módem.
Los investigadores están especialmente interesados en la cuestión de cómo afectan las erupciones al deslizamiento. "¿Acaso estamos viendo también más movimiento en el fondo del mar?", se pregunta Urlaub.
Para el jefe de la expedición, Gross, es una suerte que los sensores se encuentren instalados durante la fase activa del Etna. Porque, según especifica, esto otorga una visión especial de este período.
En caso que se acelerara el deslizamiento de la ladera, y de esta manera anunciara un posible catastrófico tsunami, "entonces lo veríamos años antes", afirma. Un aceleramiento, dice, puede ocurrir en el futuro cercano o en 1.000 años.
El Etna, ubicado en la costa este de Sicilia, cuenta con cuatro cráteres principales y cientos de cráteres secundarios, que lanzan magma durante las erupciones. Desde mediados de febrero hubo especialmente muchas erupciones del volcán permanentemente activo.
Pero las cenizas del Etna representan un problema no solamente para las personas en los alrededores. También sucedió que el aeropuerto de la ciudad de Catania, a pie del volcán, debió suspender temporalmente sus operaciones por suciedad en las pistas de aterrizaje y despegue.
El equipo de investigación también tomará muestras de los sedimentos del flanco. Estos deben proporcionar información acerca de si se produjeron fuertes cambios debido al aumento de la actividad sísmica del volcán.
Hasta ahora, los investigadores asumieron que las fuerzas ejercidas por el magma ascendente en los flancos del volcán desempeñan un papel bastante menor en el deslizamiento observado de la ladera.
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