OMS alerta del incremento de casos de fiebre amarilla en el oriente de Venezuela

 NDP OMS 

El 1 de octubre de 2021, el Centro Nacional de Enlace (CNE) del RSI para Venezuela notificó siete casos humanos confirmados de fiebre amarilla que se investigaron entre el 23 y el 24 de septiembre de 2021. Los siete casos se confirmaron mediante la reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR) en el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel. Seis de los siete casos notificados no fueron vacunados. De estos, tres estaban asintomáticos y cuatro desarrollaron signos y síntomas entre el 20 al 24 de septiembre, todos presentaron fiebre y uno de los casos también presentó cefalea, dolor retro ocular, artralgias y erupción cutánea. El lugar probable de contagio fue una localidad parroquial rural, al sur del municipio de Maturín en el estado Monagas, que se encuentra en la región noreste de Venezuela. El primer caso notificado fue el de una joven embarazada con antecedentes de vacunación contra la fiebre amarilla. De los seis casos restantes, cinco eran varones y tenían entre 24 y 82 años de edad; hasta la fecha, no se han reportado defunciones entre los casos confirmados.

Además, entre el 11 de agosto y el 1 de octubre de 2021, se notificaron 10 epizootias entre primates no humanos (PNH) en Venezuela como parte de la vigilancia nacional de rutina. Siete epizootias se localizaron en el estado Monagas (en los municipios de Maturin y Aguasay (a 70 km del municipio de Maturin) y tres en el estado de Anzoátegui (municipio de Freites, a 159 km del municipio de Maturin). Dos de las epizootias fueron confirmadas por laboratorio mediante RT-PCR en El Laboratorio Nacional de Referencia (LNR), ambos reportados en el estado Monagas y ocho (cinco de Monagas y tres de Anzoátegui) fueron confirmados por un vínculo epidemiológico (dada la relación tiempo-espacio con epizootias confirmadas por laboratorio). Se identificaron epizootias confirmadas a 35 km y A 150 km del área urbana de Maturín dentro del estado Monagas.

Respuesta de salud pública

Las autoridades de salud nacionales y locales en Venezuela están implementando medidas de salud pública, que incluyen las siguientes:

Fortalecimiento de la vigilancia tanto en humanos como en NHP.

Fortalecimiento del diagnóstico de laboratorio para humanos y PNH.

Fortalecimiento de la vigilancia entomológica, así como el control de vectores en áreas urbanas.

Incremento del índice médico en comunidades priorizadas, con énfasis en áreas geográficas endémicas de arbovirus.

Captura de vectores silvestres para identificación de la especie y estudio virológico.

Fortalecimiento de los protocolos de gestión de casos y la organización de los establecimientos de salud.

Despliegue y despliegue de vacunación con vacuna antiamarílica en el país. En el marco del plan de respuesta al brote de fiebre amarilla, se han administrado un total de 24.772 dosis en los municipios de Aguasay, Maturín, Santa Bárbara, Ezequiel Zamora y Cedeño del estado Monagas, alcanzando una cobertura del 68,3%, esta actividad fue llevada a cabo como parte de la campaña de vacunación en municipios priorizados desde el 1 de noviembre de 2020 que continúa intensificándose desde la ocurrencia de epizootias en los estados Monagas y Anzoátegui.

Desde el 11 de agosto de 2021, se iniciaron las actividades de intensificación de la vacunación en el estado Monagas (municipio de Marutín) y en el estado de Anzoategui (municipios de Guanipa, Simón Rodríguez y Anaco) y continúan.

Se está realizando un seguimiento rápido de la cobertura de vacunación en las zonas donde se confirmaron epizootias.

Fortalecimiento de las actividades para el control de la infestación por Aedes aegypti, como posible vector en áreas urbanas.

Estrategias de comunicación de riesgos.

Evaluación de riesgos de la OMS

La fiebre amarilla es una enfermedad hemorrágica viral aguda causada por el virus de la fiebre amarilla (YFV) y es transmitida por mosquitos infectados de los géneros Haemagogus y Sabethes, así como por la especie de mosquito urbano Aedes aegypti. La fiebre amarilla infecta a humanos y primates no humanos (NHP) y tiene el potencial de propagarse rápidamente y causar un impacto grave en la salud pública en poblaciones no inmunizadas. La vacunación es el medio más importante para prevenir la infección, ya que la enfermedad se puede prevenir con una sola dosis de la vacuna contra la fiebre amarilla, que proporciona inmunidad de por vida. Si bien no existe un tratamiento específico, se recomienda la atención de apoyo para tratar la deshidratación, la insuficiencia respiratoria y la fiebre y el tratamiento con antibióticos para las infecciones bacterianas asociadas que pueden reducir la mortalidad. Los casos virémicos deben permanecer bajo mosquiteros durante el día para limitar el riesgo de contagio a otras personas a través de las picaduras de mosquitos, y las estrategias de control de vectores pueden complementarse especialmente durante los brotes.

Venezuela se considera de alto riesgo para la fiebre amarilla con transmisión del virus endémico y es un país prioritario para la estrategia mundial Eliminar las epidemias de fiebre amarilla (EYE). La cobertura de vacunación es subóptima, lo que crea un alto riesgo de transmisión y amplificación de la fiebre amarilla entre las poblaciones no vacunadas.

El aumento en el número de casos humanos y epizootias desde agosto de 2021 es preocupante debido a la persistencia de una alta circulación viral. Desde noviembre de 2020, cuando se inició la campaña de vacunación en los estados priorizados, se ha logrado una cobertura de inmunización del 82%, con cinco de los 10 estados con una cobertura del 100% (Amazonas, Apure, Delta Amacuro, Sucre y Táchira). Los cinco estados restantes varían en cobertura vacunal (Anzoátegui 97,2%, Guárico 95,5%, Bolívar 78,9%, Monagas 67,7% y Zulia 44,7%). El estado donde ocurrió el brote, el estado de Monagas, tiene una baja cobertura de vacunación, lo que sugiere que una población significativa sigue en riesgo con la necesidad de intensificar las comunicaciones de riesgo entre los grupos de alto riesgo.

A pesar de los importantes esfuerzos realizados para vacunar a una gran parte de la población, el número cada vez mayor de casos humanos y la persistencia y propagación geográfica de las epizootias entre los NHP ilustran el riesgo potencial de una mayor propagación a áreas donde la cobertura de vacunación contra la fiebre amarilla es baja. También se debe prestar especial atención a los grupos específicos en riesgo y las minorías étnicas. Existe un patrón de larga data de movimientos de pueblos indígenas a través de las fronteras entre asentamientos de la misma cultura, incluida la vecina Trinidad y Tobago. Según la Organización Internacional para las Migraciones [i], el flujo de personas Warao que se mudan de sus aldeas en Venezuela a Brasil, a Guyana y posiblemente a Surinam ha aumentado drásticamente desde 2017 y persistió durante la pandemia de COVID-19.

Los gobiernos del estado y nacional de Monagas, junto con el equipo de campo de la OPS / OMS, llevaron a cabo actividades para intensificar la vigilancia en los PNH y las poblaciones entomológicas, así como el control de vectores en las zonas urbanas. Sin embargo, es necesario fortalecer la vigilancia epizoótica y entomológica en las áreas afectadas y circundantes donde se detectaron casos humanos.

 El brote de fiebre amarilla en Venezuela se da en el contexto de una situación importante y compleja, que incluye la pandemia de COVID-19. La pandemia crea un riesgo de interrupción del acceso a la atención médica debido a las cargas relacionadas con el COVID-19 en el sistema de salud, la falta de trabajadores de la salud y la disminución de la demanda de vacunación debido a los requisitos de distanciamiento físico o la renuencia de la comunidad.

La capacidad de los laboratorios locales y de los laboratorios nacionales de referencia también puede verse comprometida debido a la mayor demanda en el procesamiento de muestras de COVID-19. Al 13 de octubre, Venezuela reportó 384 668 casos de COVID-19 y 4634 muertes, y actualmente se encuentra entre los ocho países con el mayor número de casos nuevos de COVID-19 en las últimas 24 horas en la Región de las Américas.

Todas las regiones y territorios endémicos y de alto riesgo de fiebre amarilla también están experimentando una transmisión continua del SARS-CoV-2, la adición de YFV como un virus co-circulante podría plantear un desafío adicional para la gestión de casos y las actividades de control de la infección y la prevención si hubiera un Brote de fiebre amarilla a gran escala en Venezuela o países vecinos.

La OMS continúa monitoreando la situación epidemiológica y revisando la evaluación de riesgos sobre la base de la última información disponible.

Consejos de la OMS

Los casos notificados de fiebre amarilla ilustran la importancia de mantener la conciencia sobre la necesidad de la vacunación contra la fiebre amarilla, especialmente en áreas endémicas de alto riesgo con un ecosistema favorable para la transmisión de la fiebre amarilla.

La vacunación es el medio principal de prevención y control de la fiebre amarilla. Debería aumentarse la cobertura de vacunación, especialmente en las personas que viven y trabajan en zonas boscosas, que están expuestas durante el día a vectores silvestres (Haemagogus spp y Sabethes spp). También se debe aumentar la cobertura de vacunación entre las poblaciones indígenas, migrantes y otras poblaciones vulnerables que a menudo viven en áreas urbanas densamente pobladas (con riesgo de transmisión local urbana a través de Aedes agyepti) o participan en actividades en áreas boscosas (con riesgo de casos esporádicos o agrupaciones en un contexto selvático).

La OMS recomienda la vacunación contra la fiebre amarilla para todos los viajeros internacionales mayores de 9 meses al menos 10 días antes de viajar a Venezuela (ver mapa aquí). Venezuela no solicita certificado de vacunación para los viajeros entrantes.

La vacunación contra la fiebre amarilla recomendada por la OMS es segura, muy eficaz y ofrece protección de por vida. De acuerdo con el RSI (2005), tercera edición, la validez del certificado internacional de vacunación contra la fiebre amarilla se extiende a la vida de la persona vacunada con una vacuna aprobada por la OMS. No se puede exigir a los viajeros internacionales una dosis de refuerzo de la vacuna aprobada contra la fiebre amarilla como condición de entrada.