Inician en Alemania juicio por catástrofe de represa brasileña

Múnich, 28 sep (dpa) - Ante un juzgado de Múnich se inicia este miércoles un proceso contra la empresa alemana TÜV Süd que había certificado la seguridad de la represa brasileña Brumadinho, cuyo colapso causó en 2019 la muerte de al menos 260 personas.

Familiares de una de las víctimas y la comuna afectada por el desplazamiento de 13 millones de metros cúbicos de lodo y rocas exigen indemnización a TÜV Süd por la presunta responsabilidad de su subsidiaria brasileña en la catástrofe.

Esa filial de la consultora técnica alemana había certificado, medio año antes de que se derrumbara, la seguridad de la construcción del muro de contención de aguas residuales de la mina de hierro operada por la empresa brasileña Vale en Brumadinho.

Una de las víctimas, la ingeniera Izabela Barroso, de 30 años, estaba almorzando en la cantina de Vale cuando fue arrastrada por el alud. Su esposo y dos de sus hermanos participan de la demanda judicial contra TÜV Süd, con un pedido de indemnización por 400.000 euros (470.000 dólares).

Los abogados de los demandantes consideran este primer juicio en Alemania como caso testigo que siente precedente para iniciar otros procesos en representación de 1.200 damnificados por valores que ascenderían a centenares de millones de euros.

TÜV Süd rechaza las acusaciones afirmando que la certificación de seguridad se había dado de acuerdo a los estándares brasileños y que la responsabilidad última por los daños ocasionados eran de Vale, la operadora de la mina y la represa que formaba parte de ella.

Vale había accedido en febrero a un acuerdo judicial con el estado brasileño de Minas Gerais por el que aceptó pagar un total de casi 6.000 millones de euros en compensación por los daños ocasionados por la catástrofe.

Pero los abogados de los damnificados que se presentan ante la justicia alemana señalaron que a estos solo les correspondería un beneficio indirecto de ese monto, del que un tercio está destinado a la comuna de Brumadinho.

La Fiscalía de Minas Gerais consideró que la certificación de seguridad fue emitida por la subsidiaria de TÜV Süd por presión de Vale, a pesar de que ya constaban los riesgos de la represa al momento de la inspección.