Joseph Beuys y Wilhelm Lehmbruck, admiración e inspiración artística


Por Christoph Driessen (dpa)

Bonn/Duisburgo, 27 jun (dpa) - Joseph Beuys dio su último discurso el 12 de enero de 1986, a los 64 años, en el museo Lehmbruck en la ciudad aleman de Duisburgo. "Quiero agradecer a mi maestro Wilhelm Lehmbruck", dijo.

Según contó en ese entonces, Lehmbruck fue quien hizo que se dedicara al arte.

Esta afirmación sigue siendo un misterio hasta el día de hoy. ¿Un escultor del Imperio Alemán como principal fuente de inspiración para este renovador radical de la posguerra?

Ahora, en el año Beuys 2021, dos muestras paralelas en el museo Bundeskunsthalle en Bonn y en el museo Lehmbruck en Duisburgo buscan desentrañar este misterio.

En un primer vistazo, como mucho une a los dos artistas que eran oriundos de la región del Bajo Rin. Lehmbruck vivó allí de 1881 a 1919, Beuys de 1921 a 1986.

Lehmbruck creó figuras humanas con extremidades larguísimas, con la mirada volcada sobre ellas mismas, mientras que Beuys, el hombre de sombrero de fieltro y chaleco de pescador, amplió la noción de arte como ningún otro y logró generar gran interés, principalmente con sus acciones e instalaciones. ¿En qué consistiría entonces la enorme influencia de Lehmbruck?

El mismo Beuys trató de aclararlo en su discurso. Uno de los motivos por el cual sentía una comunión de almas con él fue que poco antes de su suicidio en 1919, Lehmbruck, que era fuertemente depresivo, firmó un llamamiento del filósofo Rudolf Steiner (1861-1925), el creador del método Waldorf.

Steiner fue el gran ídolo de Beuys y por eso buscó elaborar sus ideas durante años a través del arte. En su llamamiento de 1919, Steiner atribuyó la catástrofe de la Primera Guerra Mundial a que se le había dado demasiado poco espacio a la cultura.

Esta relación con Steiner no fue lo único que fascinaba a Beuys de Lehmbruck. Según decía, no era posible "comprender visualmente" las esculturas del artista. En su opinión, había que "escucharlas".

La curadora de la exposición en Bonn, Johanna Adam, afirmó que esto no debe ser interpretado en el sentido de una señal acústica, sino "como el sonido interno que tiene toda escultura".

Algunos investigadores creen que, al igual que Goethe, Beuys era sinestésico, es decir, una persona que combina impresiones sensoriales y que asocia por ejemplo ciertos colores con determinados números. 

Creen que, por eso, las esculturas de Lehmbruck interpelaban a Beuys en distintos niveles, pero sobre todo de forma intuitiva y emocional.

Beuys explicó en su discurso que Lembruck lo impulsó "a la noción de la escultura social". La escultura social fue su idea más importante. Entendía por esta, por ejemplo, los 7.000 robles que plantó en 1982 en la documenta en Kassel y que buscaban transformar la vida de las personas para mejor.

Tanto la exposición en Bonn como la de Duisburgo se esfuerzan en dejar en claro estas relaciones de contenido entre la obra de Beuys y la de Lehmbruck.

Además, brindan la oportunidad de experimentar obras centrales de Beuys en el 100 aniversario de su cumpleaños, como por ejemplo en Bonn la "Bomba de miel en el lugar de trabajo", presentada en la documenta en 1977, y la "Parada de tranvía", creada un año antes para la Bienal de Venecia. En Duisburgo, en tanto, se puede ver entre otras obras la instalación "Monumento al venado".

Lehmbruck "atravesó la puerta de la muerte de su propia escultura", señaló Beuys en su discurso. Murió apenas 11 días después por una enfermedad pulmonar.