Panadero alemán deleita a pakistaníes con especialidades desde 1996


Islamabad/Meerbusch (Alemania), 20 feb (dpa) - Claus Euler, un alemán que vive en Pakistán desde 1996, es el único panadero que ofrece especialidades germanas en Islamabad, y su puesto de ventas en un mercado de la capital se está haciendo cada vez más popular.

Euler nació en la localidad de Meerbusch, en las cercanías de Düsseldorf. Todo empezó con un empleo en la embajada de Suiza, más tarde trabajó como asesor de ONU, luego en el ámbito de la ayuda humanitaria y prestó servicios en pueblos remotos del norte de Pakistán durante el devastador terremoto de 2005.

Varios viajes le llevaron al sur de Asia y finalmente a Pakistán, donde llegó por primera vez en 1979. Euler, hoy jubilado, explica que la región siempre le ha fascinado. "La diversidad cultural es enorme", dice este hombre de 65 años, que se casó con una pakistaní hace unos 20 años.

"La gente es muy complaciente y muy hospitalaria, vayas donde vayas", agrega, aclarando que, si bien a menudo se asocia a Pakistán con el terrorismo, el país se ha vuelto mucho más tranquilo. "Me siento seguro aquí", afirma Euler, quien solo recuerda pocos momentos que podrían haber supuesto una amenaza o un riesgo.

Incluso después de su retiro laboral, sigue activo. Desde hace unos ocho años está al frente de una pequeña panadería y vende sus delicias en un conocido mercado semanal de Islamabad. Entre otras especialidades, Euler hornea pan según recetas alemanas, y cada vez son más los extranjeros y pakistaníes que se interesan por sus productos.

Lo que surgió como una simple idea para entretenerse lo mantiene más que ocupado. "Max und Moritz German Bakery" es el nombre de su tienda, en alusión a un conocido cuento sobre dos traviesos niños escrito por el humorista e ilustrador alemán Wilhelm Busch hace más de 150 años.

El nombre no es pura casualidad, ya que el escritor era el tío abuelo de Euler.

Euler solo hornea una cantidad de productos de la cual está seguro que no le quedarán piezas sin vender y opta por ingredientes de temporada y de origen regional. Muchos de ellos crecen en su huerto de la azotea. Explica que no tiene un negocio, también por los elevados alquileres de los locales, pero que aún así, el suyo es un "trabajo a tiempo completo".

Euler coopera con empresas locales y vende, por ejemplo, salchichas artesanales estilo Bratwurst o quesos que de otro modo son difíciles de conseguir. La calidad es para él más importante que las ventas, según dice, y cada semana se suman nuevas y originales creaciones.

El apasionado panadero se está expandiendo con "Max und Moritz" y recientemente comenzó a vender sus productos en el barrio diplomático de Islamabad. No obstante, Euler a veces piensa en volver algún día a Alemania.