Debido a la paralización casi total del tráfico aéreo desde que se declaró la pandemia del coronavirus, apenas hubo demanda de combustible para aviones. A partir de marzo, las refinerías alemanas también produjeron unos niveles significativamente más bajos de gasolina y combustibles diésel.
Por el contrario, se incrementó de forma considerable la demanda de combustible para calefacción, ya que los precios eran muy bajos. La producción de combustible para calefacción en las refinerías alemanas aumentó un 47 por ciento solo en abril y un 91 por ciento en mayo, en comparación con los mismos meses del año pasado.
De este modo, los precios del combustible para calefacción se situaron en los niveles más bajos de los últimos cuatro años. El coste medio en Alemania por 100 litros es de 44 euros (52 dólares) con impuesto al valor agregado incluido, en pedidos de un mínimo de 3.000 litros.
"Ante esta grave crisis económica nuestras refinerías demostraron su gran flexibilidad", dijo el director general de MWV, Christian Küchen. "La producción se adaptó constantemente a una demanda que cambiaba rápidamente", añadió.
Küchen también aseguró que la industria era capaz de producir y suministrar sus productos en cualquier momento.
En el primer semestre del año, la producción tuvo una disminución del 37 por ciento en el caso del queroseno y un incremento del 21 por ciento en el del combustible para calefacción. La producción total de los cuatro productos básicos disminuyó en un 1,6 por ciento.
Las cifras de producción de las refinerías alemanas no reflejan las del consumo, que no se harán públicas hasta dentro de varias semanas. Parte de la producción es almacenada o se exporta, lo que también sucede a la inversa, se retiran existencias o se importan productos.
Sin embargo, las cifras de producción son un buen indicativo de las tendencias del mercado de derivados del petróleo.
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