Alemán ganador del French Open trabaja en supermercado durante crisis

Por Kristina Puck y Lino Mirgeler (dpa)
Brunnthal (Alemania), 1 may (dpa) - El tenista alemán Kevin Krawietz clasifica y dispone los productos, uno tras otro, en los estantes del supermercado. Lleva guantes y máscara mientras ubica laboriosamente papas, espárragos y arándanos.

Ya poco antes de su apertura, a las siete de la mañana, el supermercado de descuentos donde trabaja atrajo a una buena cantidad de clientes. Bajo circunstancias normales, el ganador del dobles en la última edición del torneo de Roland Garros no estaría aquí.

En otro contexto, Krawietz estaría preparándose para defender el título logrado en París junto a su compatriota Andreas Mies. Pero en estos tiempos de coronavirus nada es normal y también el tenis se encuentra paralizado.

Por lo tanto, el ganador del French Open lleva varias semanas empleándose en este supermercado por un sueldo básico de 450 euros (unos 495 dólares) mensuales y aprovecha para empaparse de otra realidad laboral.

"Al principio estuvo más bien pensado como un chiste", relata Krawietz a dpa. Una conocida condujo entonces a él y a su compañero del tenis Hannes Wagner a la filial de un supermercado en Brunnthal, en Baviera.

"Simplemente queríamos ver si es cansador, si es un desafío levantarse temprano y acomodar estantes, hacer un trabajo bien monótono", comentó el tenista de 28 años.

Para Krawietz este trabajo no tiene que ver con una necesidad económica, ya que gracias al gran año tenístico del que gozó en 2019 embolsó hasta ahora casi un millón de euros en premios.

Este día, el tenista debía estar ya a las 5:30 en su nuevo lugar de trabajo, y necesitó media hora de viaje para llegar. A Krawietz le gusta en general reunir nuevas experiencias, alejadas de las canchas del tour. En el supermercado es muy difícil que se hable de tenis.

En 2019, Krawietz causó sensación en el Abierto de Francia junto con Mies al triunfar en la competencia de dobles, ya que ninguna dupla alemana se consagraba en un torneo de Grand Slam desde 1937. 

Desde entonces, el dúo es tenido absolutamente en cuenta por el entrenador alemán Michael Kohlmann para disputar la Copa Davis. A fines de noviembre, ambos jugaron las Finales en Madrid.

Entre palés y estanterías con papel higiénico e ingredientes para hornear, esto por supuesto de poco le sirvió a Krawietz, que debió familiarizarse con nuevos términos.

Cuenta que al principio sus colegas en el supermercado se divertían cuando él no entendía la jerga que ellos utilizaban. A estas alturas, ya la comprende y sabe cuándo se refieren a clasificar cajas vacías o a sortear productos refrigerados por fecha de caducidad.

"Tenemos un gran respeto por nuestros compañeros. Todos ellos trabajan con mucho empeño, ninguno está de mal humor. Eso nos sorprendió", cuenta Krawietz.

De todas maneras, el trabajo no siempre le divierte. "Claro que hay momentos donde digo "ya no tengo ganas de nada", admite con sinceridad. Instantes en los que piensa "ahora es duro", en los que mira el reloj. Su respuesta interna es entonces: "¡Contrólate!"

Por ejemplo, cuando una vez debió desinfectar todos los carros de compras y controlar el ingreso al supermercado entre las 15 y las 20 horas.

Con paciencia tenía que explicar que cada cliente debía utilizar un solo carro, porque esa era la única forma para poder contar que no ingresaran más de 40 compradores al establecimiento.

"Ya vi que hay muchos que son poco amables", indicó Krawietz. "Un par no lo aceptaron, simplemente entraron, y debí ir tras ellos".

A través de esta experiencia, aprendió a valorar aún más "cuán fantástico" resulta desempeñarse como profesional del tenis.

Debido a la pandemia de coronavirus, el circuito mundial de tenis fue suspendido inicialmente hasta el 13 de julio. Krawietz cuenta que, a partir del 8 de junio, le gustaría disputar un nuevo circuito de torneos de la Federación Alemana de Tenis (DTB), que no otorgan puntos y se juegan sin público.

Por el momento, entre carros de compra, palés y estantes, el tenista acaba de completar su último turno en el supermercado de descuentos.