Luxemburgo: transporte público gratis es una buena idea que no resuelve nada

RFI

Texto por:
Dánae Rivadeneyra
Este fin de semana, Luxemburgo se convirtió en el primer país en decretar la gratuidad del transporte público, una medida festejada por el mundo pero que podría ser mucho menos efectiva y cuyo efectos serían contraproducentes para el país. El profesor Markus Hesse, de la Universidad de Luxemburgo nos explica por qué esta es una idea que parece muy buena pero que en la práctica no resuelve nada.



Enfoque Lunes 02/03 Luxemburgo Transporte gratuito: la falsa buena idea

Cuando el Gran Duque de Luxemburgo hizo el anuncio de la gratuidad del transporte público, las felicitaciones de todas partes del mundo no tardaron en llegar, animando a sus gobernantes a seguir el ejemplo de aquel país que tomaba una medida sin precedentes, aunque Estonia fue,en realidad, el primer país en tomar tal decisión en 2018. Incluso en aquel momento el candidato Bernie Sanders felicitó al país nimando al resto a seguir el ejemplo.

Congratulations to Luxembourg for taking the important step of making their public transportation free. At a time when...

Publiée par U.S. Senator Bernie Sanders sur Jeudi 6 décembre 2018
Sin embargo, como nos explica el profesor Markus Hesse, de la Universidad de Luxemburgo afirma que la gratuidad del transporte no soluciona el problema principal que es la falta de eficiencia del sistema de transporte en sí.

El sistema de transporte no funciona muy bien, deberían hacerse varias mejoras y el sistema debería estar funcionando a la perfección antes de ponernos a discutir sobre los precios…Los precios en realidad son relativamente bajos si uno los compara a nivel internacional. El problema del precio del  transporte no es el problema.

Una solución para un problema que no existe, así es como califica Markus Hesse la gratuidad del transporte, una medida que contrariamente a lo esperado sería contraproducente para la vida de la gente o incluso el medio ambiente. Para Markus Hesse, la única posibilidad de que esta sea una medida positiva sería si los conductores de autos cambiaran sus vehículos por el transporte público, pero esa es una posibilidad remota, como nos explica el profesor Hesse:

Luego, tenemos el problema de cómo manejar, diariamente, 200 mil personas - que es una cifra considerable, el 45% de la fuerza laboral del país que viene del extranjero, de países vecinos, de la comunidad europea que vienen a trabajar a Luxemburgo. Para la mayoría de ellos, la decisión de movilizarse y usar transportes públicos no pasa por un tema de precios del pasaje, ellos usan sus propios automóviles y van a seguir haciéndolo mientras no haya un buen sistema de transporte.

Para Markus Hesse, el problema de esta decisión es que se cree que la transición entre los aue conducen sus propios autos hacia el sistema de transporte público va a ser inmediata, y no es el caso debido a la poca eficiencia del transporte en Luxemburgo. Lo que va a suceder, según Hesse, es que las personas que caminan o que se movilizan en bicicleta actualmente, son las que van a usar el transporte público con lo que "los efectos para el medioambiente no van a ser mejores sino todo lo contrario".

Lo que se esconde detrás de esta medida
Para Hesse, lo que se esconde detrás de esta medida aparentemente democrática y maravillosa no es más que una campaña para favorecer la imagen del país pues, según explica, hace dos años, el propio gobierno aceptó que esta no era una buena idea:



Yo creo que el cambio principal en el gobierno se produjo porque se dieron cuenta de que esta medida tenía un potencial para vender una marca país. Usted me llamó, la gente en Latinoamérica está escuchando esto, Bernie Sanders está al tanto de esto. Ha habido una cobertura masiva del tema. Este es un caso perfecto de relaciones públicas y encaja perfectamente en lo que es el lanzamiento de la campaña de una marca país que el gobierno está auspiciando. Tiene muy poco que ver con solucionar los verdaderos problemas y lo que debería ser una estrategia apropiada para hacerlo. Esa es mi preocupación.

La gratuidad del transporte ha desatado una polémica en el país pues, para muchos, lejos de ser una medida democrática y para mejorar la vida del país, esconde las preguntas de fondo acerca de dónde se invierte el dinero del país y con qué fines.