Fotógrafo alemán Struth cumple 65 y Bilbao lo homenajea con gran muestra

Por Sabine Glaubitz (dpa)
Bilbao, 6 oct (dpa) - No falta nada. Ni su grupo de trabajos sobre calles vacías, ni sus imágenes de museo, ni sus retratos familiares y fotos de la selva. El Museo Guggenheim de Bilbao muestra lo que logró el fotógrafo alemán Thomas Struth en los últimos 40 años.


Incluso están allí sus trabajos más recientes, que hasta ahora no se habían podido ver en ningún museo: animales muertos. Struth los fotografió con fondos monocromos. Composiciones que recuerdan a formas de vida angustiantes.

La exposición, que se puede visitar hasta el 19 de enero, es la mayor dedicada hasta el momento a Struth, que cumple 65 años el 11 de octubre. Muestra más de 130 fotografías, videoinstalaciones, material de archivo y sobre todo sus fotografías más recientes de animales.

La muestra fue desarrollada en conjunto con el museo Haus der Kunst (Casa del Arte) en Múnich, donde se llevó a cabo hace dos años una de sus exposiciones más significativas.

En sus fotografías de animales, Struth no solo aborda el tema de la extinción de las especies. "El teatro político de los últimos años es una farsa. Se habló mucho sobre cambio climático pero no se actuó. Quiero recordarles que todos tenemos que morir", dijo a dpa en una entrevista. "También quienes tienen las palancas del poder", añadió.

Struth contó que los animales son del Instituto Leibniz de Investigación de Animales Salvajes y en Cautiverio de Berlín, donde ya ingresaron muertos. El centro estudia entre otras cosas los efectos del cambio climático en el mundo animal. Llegó a este tema a través de su serie de fotos de quirófanos de hace pocos años.

Struth explicó que en ese entonces estuvo tan cerca de la mortalidad que solo tenía que dar un pequeño paso para llegar a su serie sobre los animales. Y como no quería mostrar calaveras, hizo las fotos.

Es así como, junto a las cebras y osos muertos, se encuentra el trabajo "Figura II, Charité, Berlin 2013". La fotografía de gran formato muestra sobre una mesa de operaciones a un hombre del que cuelgan incontables tubos y cables. En la foto no se ve una gota de sangre, y sin embargo perturba y da miedo. De forma sutil, el artista ilustra la fe de las personas en la tecnología y los avances, en la que conviven tanto el miedo como la esperanza.

Struth es, junto con Thomas Ruff y Andreas Gursky, uno de los fotógrafos alemanes más importantes, sobre todo tras sus "Fotografías de museos" de los años 90. Estas muestran a visitantes frente a cuadros en museos de Viena, Madrid y Florencia y constituyen reflexiones visuales acerca de cómo se consume hoy en día el arte.

Dado que a Struth le interesa siempre la relación entre el observador y lo observado, comenzó a fotografiar a las personas sin los cuadros, para mostralas desde la perspectiva de la obra de arte.

Consumo del arte, naturaleza, instalaciones industriales, centros espaciales, metrópolis, parques: el espectro de motivos de este artista de la documenta -una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo en Kassel, Alemania- es muy amplio.

"Hay muchos temas que me interesan porque participo en los sucesos contemporáneos", explicó acerca de su versatilidad. A pesar de su crítica a la sociedad, que está representada en sus obras a veces de manera sutil y otras más bien de forma pintoresca, como en sus imágenes de la selva "Paradise", Struth no es un pesimista. Según aseguró, tiene la sensación de que las personas están dispuestas a cambiar las cosas.

Struth nació en 1954 en Geldern, cerca de Duisburgo. Antes de dedicarse a la fotografía, estudió pintura en la Academia de Arte Estatal de Düsseldorf. Como alumno de Bernd y Hilla Becher, comenzó a retratar inicialmente con su cámara de gran formato plazas, calles y lugares en blanco y negro. Más tarde amplió su repertorio con fotos en color y motivos como retratos familiares y centros de investigación.

En sus trabajos, Struth no se implica. Sus fotografías son recortes de una realidad que captura con detalle y precisión. Con su mirada, cuestiona lo que se suele ver y transforma lo percibido en un estudio visual sensible y cuidadoso sobre la sociedad y el mundo.