Fuentes: Deutsche Bank y Commerzbank hablan sobre posible fusión
Fráncfort, 17 mar (dpa) - El Deutsche Bank y el Commerzbank comunicaron hoy que entablaron conversaciones para sondear las posibilidades de una fusión.
El Deutsche Bank informó que el Consejo de Administración había "decidido examinar las opciones estratégicas" y que evaluará estas opciones para determinar si fortalecen el crecimiento y la rentabilidad del banco.
No hay garantía de que se vaya a realizar una transacción, aclararon los responsables del mayor banco comercial germano. El Commerzbank se refirió a "conversaciones abiertas sobre una posible fusión".
Christian Sewing, presidente ejecutivo del Deutsche Bank, subrayó en un mensaje enviado hoy a los empleados que no hay nada resuelto. "Sólo buscaremos opciones económicamente viables que nos permitan seguir avanzando sobre la base de nuestro progreso de 2018".
"La experiencia ha demostrado que puede haber muchas razones económicas y técnicas que se interpongan en el camino", citaba el comunicado a Sewing.
Las especulaciones sobre una fusión de los últimos dos grandes bancos independientes de Alemania circulan desde hace meses.
Desde mediados del año pasado, el subsecretario de Finanzas y ex jefe en Alemania de Goldman Sachs, Jörg Kukies, y el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, abogan por que los bancos alemanes tengan una mayor fortaleza.
Kukies se reunió casi una docena de veces el año pasado con altos representantes del Deutsche Bank, trascendió a nivel oficial. El Estado federal alemán tiene voz en el Commerzbank merced a una participación de 15 por ciento de las acciones que ostenta desde la crisis financiera.
Informes de prensa señalan que Scholz y Kukies presionaron a los presidentes ejecutivos Christian Sewing, del Deutsche Bank, y Martin Zielke, del Commerzbank a revisar las opciones de una fusión, en el mejor de los casos antes de que se celebren las elecciones al Parlamento europeo a finales de mayo.
Las autoridades creen que a la mayor economía de Europa le hace falta un banco grande y potente. Mientras que los rivales estadounidenses han vuelto a ganar mucho dinero, los grandes bancos germanos atraviesan serias dificultades.
El mercado bancario alemán ha sido tradicionalmente muy disputado, y los bajos tipos de interés de la zona euro y los altos costes regulatorios hacen que sea aún más difícil para el sector ganar dinero. A esto se sumaron problemas caseros como las costosas cargas que suponen los litigios legales en los que aún está sumido el Deutsche Bank.
Después de tres años de pérdidas consecutivas, la mayor entidad bancaria de Alemania regresó a la zona de ganancias en 2018, con un superávit de 341 millones de euros (386 millones de dólares).
Sin embargo, el Deutsche Bank está muy lejos de los brillantes miles de millones de beneficios del pasado.
Aunque el Commerzbank ganó el año pasado unas dos veces y media más que el Deutsche Bank (865 millones de euros), aún no ha alcanzado su objetivo de reestructurar y reducir puestos de trabajo. Meses atrás, el banco incluso dejó de cotizar en el selectivo de los principales 30 valores bursátiles, Dax, y pasó al MDax.
Los expertos no están de acuerdo sobre si la fusión de los dos bancos sea la solución a los problemas. Sobre todo se duda de que el atribulado Deutsche Bank y el Commerzbank, actualmente en proceso de reestructuración, se conviertan en el "campeón nacional" con un peso mucho mayor en la escena internacional que los políticos desearían ver.
No cabe duda de que los costes podrían reducirse a largo plazo y que los institutos podrían aunar esfuerzos para impulsar el gran desafío de la digitalización. Al mismo tiempo, probablemente miles de puestos de trabajo estarían en peligro.
El Deutsche Bank informó que el Consejo de Administración había "decidido examinar las opciones estratégicas" y que evaluará estas opciones para determinar si fortalecen el crecimiento y la rentabilidad del banco.
No hay garantía de que se vaya a realizar una transacción, aclararon los responsables del mayor banco comercial germano. El Commerzbank se refirió a "conversaciones abiertas sobre una posible fusión".
Christian Sewing, presidente ejecutivo del Deutsche Bank, subrayó en un mensaje enviado hoy a los empleados que no hay nada resuelto. "Sólo buscaremos opciones económicamente viables que nos permitan seguir avanzando sobre la base de nuestro progreso de 2018".
"La experiencia ha demostrado que puede haber muchas razones económicas y técnicas que se interpongan en el camino", citaba el comunicado a Sewing.
Las especulaciones sobre una fusión de los últimos dos grandes bancos independientes de Alemania circulan desde hace meses.
Desde mediados del año pasado, el subsecretario de Finanzas y ex jefe en Alemania de Goldman Sachs, Jörg Kukies, y el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, abogan por que los bancos alemanes tengan una mayor fortaleza.
Kukies se reunió casi una docena de veces el año pasado con altos representantes del Deutsche Bank, trascendió a nivel oficial. El Estado federal alemán tiene voz en el Commerzbank merced a una participación de 15 por ciento de las acciones que ostenta desde la crisis financiera.
Informes de prensa señalan que Scholz y Kukies presionaron a los presidentes ejecutivos Christian Sewing, del Deutsche Bank, y Martin Zielke, del Commerzbank a revisar las opciones de una fusión, en el mejor de los casos antes de que se celebren las elecciones al Parlamento europeo a finales de mayo.
Las autoridades creen que a la mayor economía de Europa le hace falta un banco grande y potente. Mientras que los rivales estadounidenses han vuelto a ganar mucho dinero, los grandes bancos germanos atraviesan serias dificultades.
El mercado bancario alemán ha sido tradicionalmente muy disputado, y los bajos tipos de interés de la zona euro y los altos costes regulatorios hacen que sea aún más difícil para el sector ganar dinero. A esto se sumaron problemas caseros como las costosas cargas que suponen los litigios legales en los que aún está sumido el Deutsche Bank.
Después de tres años de pérdidas consecutivas, la mayor entidad bancaria de Alemania regresó a la zona de ganancias en 2018, con un superávit de 341 millones de euros (386 millones de dólares).
Sin embargo, el Deutsche Bank está muy lejos de los brillantes miles de millones de beneficios del pasado.
Aunque el Commerzbank ganó el año pasado unas dos veces y media más que el Deutsche Bank (865 millones de euros), aún no ha alcanzado su objetivo de reestructurar y reducir puestos de trabajo. Meses atrás, el banco incluso dejó de cotizar en el selectivo de los principales 30 valores bursátiles, Dax, y pasó al MDax.
Los expertos no están de acuerdo sobre si la fusión de los dos bancos sea la solución a los problemas. Sobre todo se duda de que el atribulado Deutsche Bank y el Commerzbank, actualmente en proceso de reestructuración, se conviertan en el "campeón nacional" con un peso mucho mayor en la escena internacional que los políticos desearían ver.
No cabe duda de que los costes podrían reducirse a largo plazo y que los institutos podrían aunar esfuerzos para impulsar el gran desafío de la digitalización. Al mismo tiempo, probablemente miles de puestos de trabajo estarían en peligro.
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