Sudán del Sur: aumenta el riesgo de una grave escasez de alimentos

PRENSA FAO

Cerca de 7 millones de personas pueden padecer inseguridad alimentaria aguda en el punto álgido de la temporada de carestía


22 de febrero de 2019, Juba - Casi 7 millones de personas en Sudán del Sur podrían enfrentarse a la inseguridad alimentaria aguda en el punto álgido de la próxima temporada de carestía (mayo-julio), advirtieron hoy tres organismos de las Naciones Unidas, instando a que se incremente la ayuda humanitaria y se facilite un mejor acceso a las operaciones de socorro.



El informe de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), publicado hoy en Juba por el Gobierno sursudanés en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) indica que el número de personas que padecen una grave inseguridad alimentaria ha aumentado en un 13 por ciento en relación a enero del año pasado.



Aquí se incluyen a unas 30 000 personas que experimentan ya una inseguridad alimentaria extrema (en la Fase 5 o de “catástrofe humanitaria”, el nivel más alto de la CIF) en los estados de Jonglei y los Lagos, en el este y el centro de Sudán del Sur.



El informe advierte que la inseguridad alimentaria sigue viéndose impulsada por los efectos acumulados del conflicto, la producción insuficiente de alimentos y los desplazamientos de población asociados. La producción local de cereales en 2019 cubrirá tan solo el 52 por ciento de las necesidades de cereales del país, frente al 61 por ciento en 2018.



El conflicto sigue afectando a la producción de alimentos, mermando la cabaña ganadera y limitando el acceso de la población a fuentes alternativas de alimentos. Los períodos prolongados de sequía, las inundaciones, las enfermedades de los cultivos y las plagas han afectado gravemente a la producción agrícola, que depende en gran medida de las lluvias. Las personas pobres han sido particularmente vulnerables a los altos precios de los alimentos y a su disponibilidad limitada en los mercados.



Se necesitan urgentemente más fondos para incrementar la ayuda humanitaria con el objetivo de salvar vidas y proteger los medios de subsistencia. Con el nivel actual de asistencia -según el informe-, unas 50 000 personas se enfrentarán a la situación de “catástrofe” (inseguridad alimentaria extrema) entre mayo y julio. Sin ningún tipo de ayuda, esta cifra podría ascender a 260 000 personas.



“Las proyecciones son alarmantes y la seguridad alimentaria sigue empeorando. Junto con la población de Sudán del Sur, debemos actuar con urgencia para invertir esta tendencia. Nuestra prioridad es apoyar a las familias a mantener y aumentar su producción, y ayudar a las comunidades agropastoriles a preservar sus medios de vida.



El año pasado, la distribución de semillas y aperos agrícolas de la FAO tuvo un impacto positivo en la seguridad alimentaria del país, pero esto no es suficiente”, aseguró Pierre Vauthier, Representante interino de la FAO en Sudán del Sur. “Si el acuerdo de paz firmado el pasado mes de septiembre se mantiene plenamente –añadió-, la FAO puede ayudar a los repatriados a reconstruir sus medios de subsistencia y contribuir a la recuperación del país”.



Existe un riesgo real de hambruna en las zonas que ya padecen de gran inseguridad alimentaria, en caso de que la situación general del país se deteriore y sufra una ausencia prolongada de ayuda humanitaria. Las zonas del país que se encuentran particularmente amenazadas son Unity, Jonglei, Alto Nilo y Lagos.



“La inseguridad alimentaria está aumentando en 2019”, señaló Simon Cammelbeeck, Director de país en funciones del PMA en Sudán del Sur “A menos que ampliemos pronto las actividades humanitarias y de recuperación, cada vez más personas estarán en peligro. Es especialmente preocupante, ya que los más necesitados de ayuda son las mujeres y niños malnutridos. Nos estamos preparando para responder a este fuerte incremento de las necesidades alimentarias”.



Los niveles de malnutrición siguen siendo críticos en muchas zonas, con unos 860 000 niños menores de cinco años gravemente malnutridos. Sin embargo, es probable que la incidencia de la malnutrición aguda aumente durante la próxima temporada de carestía en la mayor parte del país.



“A medida que el acceso a los necesitados mejora gracias al proceso de paz, hemos logrado avances significativos en el tratamiento de la malnutrición severa de los niños, con una tasa de recuperación superior al 80 por ciento”, dijo Andrea Suley, Representante de UNICEF en el Sudán del Sur. “Sin embargo –añadió-, nuestro programa de nutrición tiene un déficit de financiación del 88 por ciento, es decir, 55,4 millones de dólares EEUU. Si los fondos no se consiguen a tiempo, los niños que sabemos cómo salvar, podrían no lograrlo”.



Apoyo humanitario



“Se necesita un apoyo humanitario continuo para atender las necesidades inmediatas de ayuda alimentaria.  También es fundamental apoyar las actividades de resiliencia para mejorar los medios de subsistencia y aumentar la capacidad de las familias para hacer frente a la situación”, afirmó el Coordinador de Asuntos Humanitarios en Sudán del Sur, Alain Noudehou. “Por lo tanto, es esencial la implementación plena y oportuna del acuerdo de paz para que la población desplazada -la mayoría son mujeres y niños- puedan regresar a sus hogares y reanudar sus vidas”. 



Los tres organismos de las Naciones Unidas -junto con otras organizaciones humanitarias-, han llevado a cabo operaciones de socorro masivas desde que estalló el conflicto a finales de 2013. El Mecanismo Integrado de Respuesta Rápida -equipos móviles que suelen viajar en helicóptero para llegar a las personas que viven en zonas aisladas- forma parte de un esfuerzo interinstitucional para prestar apoyo inmediato y salvar vidas.



En 2019, la FAO pretende proporcionar a 800 000 familias dedicadas a la agricultura, la pesca y el pastoreo en zonas gravemente afectadas por la inseguridad alimentaria, semillas de hortalizas y otros cultivos, aperos de labranza y aparejos de pesca. Un paquete agrícola permite a una familia cultivar suficientes cereales para más de seis meses, lo que puede contribuir en gran medida a aliviar el hambre.

Para apoyar a las comunidades agropastoriles -que suelen depender en gran medida del ganado-, la FAO realiza campañas de vacunación y presta otros servicios de sanidad animal para prevenir la mortalidad de animales a gran escala.



A fin de atender el aumento de las necesidades, el PMA proporcionará a las personas más vulnerables distintos tipos de ayuda de carácter vital, incluidas distribuciones de alimentos y dinero en efectivo en zonas con mercados operativos; alimentos a cambio de trabajo en la construcción y rehabilitación de activos comunitarios; alimentos para almuerzos escolares; y productos especiales para la prevención y tratamiento de la malnutrición entre los niños y las mujeres embarazadas o lactantes.



En la actualidad, el PMA distribuye ayuda para cubrir las necesidades inmediatas y reforzar la resiliencia de la población. El PMA tiene previsto posicionar 175 000 toneladas de alimentos en más de 60 almacenes antes del comienzo de la estación de lluvias. Este posicionamiento previo no sólo ayudará a salvar vidas, sino que también reducirá los costes, haciendo innecesarios los costosos lanzamientos desde el aire, cuando muchas zonas son inaccesibles por carretera durante la temporada de lluvias.



En 2019, UNICEF pretende asistir a más de dos millones de niños y a sus madres para proporcionarles servicios de nutrición de calidad. UNICEF aportará suplementos de micronutrientes, servicios sanitarios y de agua, saneamiento e higiene, así como orientación sobre prácticas adecuadas de higiene y alimentación infantil para prevenir la malnutrición aguda. Se intensificará la detección precoz de los niños que necesitan servicios de nutrición y se suministrarán alimentos terapéuticos listos para el consumo (ATLC) para tratar a los niños gravemente malnutridos.



Para que el UNICEF pueda atender a las mujeres y los niños a los que se dirige, se necesitan fondos adicionales, ya que los actuales sólo cubren el programa hasta finales de abril de 2019.