Corea del Norte dice que cambiará las tácticas si Estados Unidos continúa con las sanciones

VOA - INGLÉS

El líder norcoreano, Kim Jong Un, advierte que la buena voluntad actual con los Estados Unidos podría terminar si Washington continúa imponiendo sanciones para forzar a su régimen a desnuclearizarse.


En su discurso anual del Día de Año Nuevo, Kim dijo que era su "firme voluntad" que Corea del Norte ya no producirá ni probará armas nucleares, ni "usará ni difundirá" su arsenal. Agregó que estaba preparado para celebrar otra reunión con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, este año. Pero dijo que su país podría tener que tomar otro camino a menos que Washington tome las "medidas correspondientes". También pidió a los Estados Unidos y Corea del Sur que pongan fin a todos los ejercicios militares conjuntos.

Kim Jong Un y el presidente Trump firmaron un acuerdo vago durante su histórica cumbre en Singapur en junio pasado, pero las negociaciones posteriores se han estancado por la demanda de Pyongyang de alivio de las sanciones cargadas con un pequeño progreso, y su oposición al pedido de Washington de una desnuclearización completa antes de otorgar Cualquier concesión.

Corea del Norte también está exigiendo que Estados Unidos y Corea del Sur emitan por primera vez una declaración de paz para poner fin formalmente a las hostilidades y reemplazar el armisticio que ha estado vigente desde que terminó la guerra de Corea en 1953. A los críticos les preocupa que una declaración de paz pueda socavar la justificación de los Estados Unidos. Presencia militar en Corea del Sur.

A pesar de la advertencia de Kim, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur acogió con satisfacción su discurso, diciendo que reflejaba el compromiso de Kim con la desnuclearización completa y la paz duradera en la península de Corea, y la mejora continua de las relaciones intercoreanas.

El discurso del martes se emitió exactamente un año después de que Kim anunció su disposición a enviar un contingente de atletas norcoreanos a los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang, Corea del Sur, el mes siguiente. El discurso desató una serie de avances diplomáticos, entre ellos tres cumbres con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y la reunión con el presidente Trump.