Demócratas y republicanos se preparan para batalla por recuento de votos en Florida

VOA

Las disputadas elecciones a gobernador y al Senado en Florida parecían dirigirse a un recuento el viernes, ya que los márgenes de victoria de los republicanos se estrecharon y el presidente Donald Trump dijo que enviará abogados, en una escena que recuerda a los comicios presidenciales del año 2000.


Mientras se reduce su ventaja en la carrera por el Senado en Florida, el gobernador republicano Rick Scott presentó demandas en la noche del jueves contra los supervisores electorales demócratas de dos condados, acusándoles de un mal manejo del recuento de votos y de incumplimiento de la ley electoral.

La campaña del senador demócrata Bill Nelson también presentó un recurso en una corte federal para lograr una orden temporal de restricción que impida al secretario de Estado de Florida, el republicano Ken Detzner, nombrado por Scott, rechazar sufragios por potenciales disparidades entre la firma registrada y la del voto.

Trump acusó de corrupción a funcionarios electorales de los dos condados de Florida sin aportar pruebas y puso en duda todo el proceso. Asimismo, anunció el envío de abogados al condado de Broward, de gran peso demócrata.

"De repente están sacando votos de la nada", dijo Trump a los reporteros en la Casa Blanca, agregando que cree que Scott ganó la competencia "por un cómodo margen".

La demanda de Nelson, presentada el jueves, también busca ampliar el plazo del sábado para que las juntas de recuento del condado remitan su resultados oficiosos. "Según avance el proceso de recuento va a seguir estrechándose", afirmó Marc Elias, abogado de Nelson, a los periodistas el viernes.

Las dos contiendas de Florida son, junto a la de gobernador en Georgia y la del Senado en Arizona, las de más alto perfil que deben decidirse aún de las elecciones de mitad de mandato celebradas el martes.

Las acusaciones y demandas en Florida trajeron de vuelta los recuerdos del recuento de las elecciones presidenciales de 2000, cuando el ganador de la Casa Blanca estuvo sin definirse durante semanas, hasta que la Corte Suprema detuvo el proceso y el republicano George W. Bush venció al demócrata Al Gore.