Cinco puntos para entender la importancia de las elecciones bávaras

Por Almudena de Cabo (dpa)
Berlín, 13 oct (dpa) - Cerca de 9,5 millones de personas residentes en la próspera y tradicional Baviera, en el sur de Alemania, acudirán este domingo a los colegios electorales en unos comicios que auguran un duro revés para la Unión Cristianosocial (CSU), partido hermanado de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel.

A continuación, dpa ofrece una serie de claves para entender estos comicios regionales y su importancia:

La Unión Cristianosocial(CSU) y su feudo bávaro

Fundada en 1945, la CSU es un caso único en el panorama político alemán, ya que sólo existe en Baviera. Desde 1957, el primer ministro del estado federado siempre ha procedido de sus filas. La CSU ha gobernado con mayoría absoluta desde 1962, excepto en la legislatura 2008-2013, cuando tuvo que hacerlo en coalición con el Partido Liberal (FDP).

A nivel federal, la CSU está hermanada con la CDU de Merkel y tiene tres carteras ministeriales en el Gobierno de coalición con los socialdemócratas. Políticamente, la CSU es más conservadora que la CDU. Esta unión hace que la CDU no concurra en las elecciones bávaras.

Con cerca de 70.000 kilómetros cuadrados, Baviera es el estado federado alemán más extenso y el segundo más poblado, con cerca de 13 millones de habitantes, por detrás de Renania del Norte-Westfalia.

Sede de empresas como BMW, Adidas, Audi o Siemens, la región cuenta con la tasa más baja de desempleo con un 2,9 por ciento y sus habitantes tienen el mayor poder adquisitivo del país junto con la ciudad-Estado de Hamburgo. Su capital es Múnich, que con 1,4 millones de habitantes es la tercera más grande de Alemania por detrás de Berlín y Hamburgo.

¿Qué dicen los sondeos?

En estas elecciones concurren 18 partidos y grupos electorales con un total de 1.923 candidatos. De acuerdo con el último sondeo de la cadena pública alemana ZDF, la CSU, liderada por Horst Seehofer -actual ministro de Interior alemán- perdería la mayoría absoluta al obtener un 34 por ciento de los votos, muy lejos del 47,7 por ciento de 2013.

El segundo partido más votado serían Los Verdes, con un 19 por ciento. Nunca antes en su historia habrían logrado un resultado de dos dígitos en Baviera. Por su parte, el Partido Socialdemócrata (SPD) tendría un 12 por ciento de los votos, seguido de los Electores Libres (FW), con un diez por ciento, al igual que el partido populista de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), que entraría así en su décimo quinto parlamento regional alemán.

¿Qué ha provocado la pérdida de votos de la CSU?

En septiembre de 2015, Baviera se convirtió en la principal vía de entrada de los cerca de 900.000 refugiados que ese año llegaron al país. Los bávaros pasaron de una inicial acogida humanitaria a un temor por los cambios que se podrían generar en sus vidas. La cuestión migratoria se erigió en el principal caballo de batalla de la CSU a nivel nacional en un intento por salvaguardar su mayoría absoluta.

Sin embargo, parece que la estrategia no les ha salido como esperaban. El primer ministro bávaro, Markus Söder, ha visto cómo el partido perdía votos. Por un lado, el votante más anti-inmigración ha girado hacia la ultraderecha (AfD) como voto de castigo a la CSU.

Por otro, los votantes más liberales que se alejan de posturas xenófobas y sus preocupaciones van desde la falta de vivienda hasta la protección del medio ambiente. Esta parte del electorado ha girado hacia Los Verdes.

En la vecina Baden-Württemberg, igualmente próspera y conservadora, Los Verdes son ya la fuerza más votada. Su moderación y su giro hacia el centro les sumó muchos votos y ahora gobiernan en coalición con la CDU, algo que podrían querer copiar los bávaros.

¿Cómo pueden afectar estas elecciones al Gobierno de Merkel?

Las elecciones llegan en un momento de gran inestabilidad a nivel nacional precisamente por la CSU: debido a las formas de Seehofer, el partido se convirtió en el principal quebradero de cabeza de Merkel después de lograr formar Gobierno el pasado marzo tras las arduas negociaciones que siguieron a las elecciones de septiembre de 2017.

Seehofer no ha dudado en desencadenar una crisis tras otra, como cuando a finales de junio dio un ultimátum para imponer sus exigencias en política migratoria, algo que fue visto por muchos ya en clave de campaña electoral.

De esta manera, los comicios bávaros se han convertido en mucho más que unas simples regionales: son unas elecciones que pueden golpear la torre de marfil de la canciller Angela Merkel y precipitar su caída en un momento en el que su liderazgo empieza a hacer aguas. Un cambio en la presidencia de la CSU debido a los malos resultados electorales podría proporcionar una excusa más al SPD para poner fin a la coalición que tiene con los conservadores haciendo uso de la cláusula de revisión a los dos años.

Curiosidades de estas elecciones regionales

Junto con la irrupción del AfD en el parlamento regional, que ha conseguido captar gran atención entre el electorado gracias a un mensaje principalmente antimigratorio, podría colarse algún otro partido minoritario si alcanza el mínimo exigido del cinco por ciento de los votos.

Este podría ser el caso del partido independentista, el Partido Bávaro (BP). Si bien obtuvo un 2,1 por ciento de los votos en las últimas elecciones, su presidente, Florian Weber, se muestra optimista y espera poder ganar votos en esta ocasión. El partido sueña con una Baviera independiente y sigue de cerca el proceso secesionista en Cataluña, en España.

"No me moriré sin ver Baviera independiente. Los acontecimientos políticos en el mundo se aceleran tanto que me arriesgo a ponerle fecha, unos diez años. Cataluña va más avanzada en ese proceso. Serán independientes mucho antes, en cinco", declaró Weber en una entrevista publicada esta semana en el diario español "El Mundo".