La FAO y el BERD renuevan su compromiso con las cadenas de valor alimentarias sostenibles


En el 20º aniversario de su cooperación, abogan por cadenas “de la granja a la mesa” más ecológicas y participativas

28 de noviembre de 2017, Londres/Roma – El Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han acordado intensificar sus esfuerzos conjuntos para hacer que los sistemas agroalimentarios sean más sólidos, ecológicos e inclusivos en Europa Central y Oriental, Asia Central y el sur y el este del Mediterráneo.

 

Las dos instituciones destacaron además la importancia de las iniciativas de mitigación y adaptación al cambio climático en la agricultura al conmemorar sus 20 años de colaboración con un Memorando de Entendimiento firmado hoy en Londres por el Presidente del BERD, Sir Suma Chakrabarti, y el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

 

“Consideramos que nuestra alianza con la FAO es crucial para fomentar la transición del sector agroindustrial en nuestra región”, afirmó Chakrabarti. “Al aprovechar la experiencia técnica y normativa de la FAO –añadió-, podemos hacer inversiones más eficaces en las cadenas agroalimentarias, ayudando a aumentar la productividad, mejorar la eficiencia energética, crear empleos y promover el crecimiento sostenible e inclusivo”.

 

Por su parte, Graziano da Silva aseguró que: “las regiones donde trabajamos juntos -Europa central y oriental, Asia central y el Mediterráneo meridional y oriental- desempeñan un papel fundamental -aunque desigual- en los mercados alimentarios y agrícolas mundiales. Estoy seguro de que juntos continuaremos aprovechando nuestras respectivas fortalezas y apoyaremos la aparición de un entorno propicio para todos los actores privados, desde los pequeños campesinos hasta las grandes empresas agroindustriales”.

 

Diálogo entre el sector público y el privado

 

Desde el comienzo de su cooperación, el BERD y la FAO han colaborado en las últimas dos décadas en más de 150 proyectos, con un valor total de 36 millones de dólares EEUU. Por ejemplo, después de que Ucrania impusiera restricciones y cuotas de exportación de cereales hace casi diez años, -afectando negativamente la inversión en el sector y la agricultura del país en general-, el BERD y la FAO iniciaron una nueva etapa de diálogo público-privado sobre políticas gubernamentales y cuestiones sectoriales.

 

Desde entonces, grupos de trabajo sobre el sector cerealero, de los productos lácteos, carne y horticultura –entre otros- han facilitado cambios en las normas alimentarias, eliminado reglamentos que obstaculizan las inversiones y respaldado la diversificación hacia nuevos mercados.

 

Esto ha ayudado a Ucrania a convertirse en un exportador líder de alimentos a nivel mundial y miembro activo del Sistema de Información sobre Mercados Agrícolas (AMIS, por sus siglas en inglés) del G20, una plataforma interinstitucional para mejorar la transparencia de los mercados alimentarios y la respuesta de las políticas para lograr la seguridad alimentaria.

 

Hacia un sector agroindustrial más ecológico

 

De cara al futuro, lograr sistemas agroalimentarios más sostenibles será una prioridad en los esfuerzos conjuntos de la FAO y el BERD. Esto incluirá ayudar a los países a reducir las pérdidas de alimentos, utilizar los recursos de manera más eficiente y reducir la huella de carbono del sector.

 

Las dos instituciones ya han desarrollado un enfoque que permite a los países e inversores priorizar la adopción de tecnologías climáticas en el sector agrícola: desde bombas de agua alimentadas con energía solar hasta sistemas de almacenamiento en frío eficientes desde el punto de vista energético. Este enfoque se ha aplicado ya en Marruecos y se está estudiando actualmente en Kazajstán y Kirguistán.

 

La FAO y el BERD exploran también el potencial de convertir los residuos agrícolas no utilizados en bioenergía para calefacción, cocinar y producir electricidad, en países como Egipto y Turquía.

 

Mayor inclusión de la cadena de valor

 

Igual de importante para garantizar la sostenibilidad “desde la granja a la mesa” es la inclusión de los productores y las pequeñas y medianas empresas en cadenas de valor alimentarias modernas. Para lograrlo, la FAO y el BERD ayudan a esas empresas a ajustarse a normas más estrictas de calidad e inocuidad de los alimentos. Orientarse con éxito a mercados más avanzados significa crear valor añadido, lo que se recompensa con mayores rendimientos.

 

En Georgia, Serbia y Montenegro, las dos instituciones han apoyado el desarrollo de las llamadas “Indicaciones Geográficas”, un sistema de etiquetado oficial basado en el origen que protege el prestigio de productos agroalimentarios tradicionales, ayudándoles a destacar dentro de la dura competencia por el mercado, al reconocer un elevado estándar de calidad.

 

En Túnez y Marruecos, la FAO y el BERD apoyan un sector del aceite de oliva mejor y más eficiente para aumentar las oportunidades de mercado y crear empleos, en especial para los jóvenes.

 

Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU para 2030 -desde acabar con la pobreza extrema y el hambre hasta combatir el cambio climático y reducir las desigualdades-, requerirá una mayor cooperación entre los sectores público y privado, alianzas estratégicas e innovación. El BERD y la FAO están encaminados a contribuir de forma sustancial a estos objetivos.