Celebración ecuménica del quinto centenario de la Reforma de Lutero


Von Petra Buch y Esteban Bayer (dpa)
Berlín, 1 nov (dpa) - Decenas de miles de personas se congregaron ayer en torno a la iglesia principal de la ciudad alemana oriental de Wittenberg para celebrar el quinto centenario de la Reforma de la Iglesia iniciada en el mismo lugar por el teólogo Martín Lutero.


Un cielo encapotado, gris, mucho frío y estrictas medidas de seguridad marcaron la celebración, que culminó con un encuentro ecuménico en la iglesia Schlosskirche, en cuya puerta, hace 500 años, Lutero clavó sus 95 tesis contra la venta de indulgencias en la Iglesia católica, hecho que derivó en el cisma de la Iglesia cristiana.

La canciller Angela Merkel, la mayor parte de su gabinete y el presidente Frank-Walter Steinmeier asistieron a la misa conmemorativa, lo mismo que el presidente de la Iglesia evangélica alemana, Heinrich Bedford-Strohm, y el cardenal Reinhard Marx, el máximo representante de la Iglesia católica del país.

"Tolerancia es el alma de Europa y el principio básico de toda sociedad abierta", dijo Merkel durante la ceremonia, haciendo hincapié en la necesidad de aceptar la diversidad de credo y de cultura.

"Hoy vemos que en aquellos lugares del mundo en los que hay problemas con la libertad de culto, también sufre el desarrollo de la sociedad en su totalidad", recalcó la jefa de Gobierno.

En un gesto ecuménico, el líder luterano y el católico le entregaron juntos una cruz al presidente Steinmeier, "como expresión del compromiso de todos los cristianos para conseguir la paz, la reconciliación y la justicia".

Heinrich Bedford-Strohm subrayó que la conmemoración del quinto centenario de la Reforma no debe interpretarse como un acto de distanciamiento hacia los católicos, sino justamente lo contrario. Para Lutero, la Reforma fue "un acto de liberación", personal, pero también para la Iglesia y el mundo entero.

La Iglesia es más antigua y más grande que las desavenencias de las confesiones, dijo el católico Marx para convocar a todos: "queremos ser fuertes testigos de la esperanza".

"No festejamos enfrentados los unos a los otros, sino juntos", reforzó la teóloga y ex obispa protestante Margot Käßmann.

En su discurso conmemorativo, Bedford-Strohm se dirigió directamente al papa Francisco, invitándolo a visitar Wittenberg, la cuna del cisma de los cristianos.

"Si alguna vez vienes a Wittenberg te recibiremos, cinco siglos después de la quema de la bula papal, con el corazón abierto. Hay que hablar con Jesucristo y después avanzar con valentía", dijo el presidente del consejo evangélico, haciendo referencia a la bula con la que el papa León X exigió a Lutero que se rectificara, pero que el teólogo alemán quemó públicamente en señal de protesta.

Wittenberg se engalanó y celebró el broche de oro de las fiestas conmemorativas de "Los 500 años de la Reforma 2017" con misas, innumerables actos culturales y debates sobre teología, así como un mercado histórico medieval que recordaba la época en la que vivió Lutero (1483-1546).

Este año y como excepción, el Día de la Reforma luterana fue declarado festivo en toda Alemania, cuya población se divide en partes prácticamente iguales entre católicos y protestantes, pero la mayoría declara no pertenecer a ninguna confesión.

Según datos oficiales, hoy poco más del 27 por ciento es evangélico-luterano, casi el 29 por ciento católico-romano, el 36 por ciento sin confesión alguna y un 4,4 por ciento musulmán.