El renacer de una niña catalana en "Verano 1993" llega a la Berlinale

Por Almudena de Cabo (dpa)

Berlín, 12 feb (dpa) - La cineasta catalana Carla Simón estrenó el sábado en el Festival de Cine de Berlín su personal "Verano 1993", una película que muestra cómo su vida volvió a empezar de nuevo ese verano tras la muerte de su madre.

El film, que tuvo su estreno en la sección Generation, dedicada al cine infantil, retrata ese periodo a través de la niña que era entonces la cineasta en Les Planes d'Hostoles, un pequeño pueblo catalán, en la provincia de Gerona.

"La parte de guión fue más fácil, pero llevarla a la pantalla fue difícil. Yo tenía unas imágenes en la cabeza muy claras de mis recuerdos. Pero cuando estás allí, la realidad del rodaje se impone un poco", reconoce Simón en entrevista con dpa.

Sin embargo, a pesar de la dificultad que entraña profundizar en temas tan personales, la directora nacida en Barcelona en 1986, no sabe si sería más fácil tratar otros temas. "En mis cortos también he tratado temas muy cercanos y no sé si sabría hacerlo de otra manera", comenta la autora de los cortometrajes "Las pequeñas cosas" y "Lipstick".

Al igual que en la película, su madre falleció cuando tenía seis años y fue adoptada por sus tíos, que la sacaron de Barcelona y la llevaron a su casa en el pequeño pueblo catalán.

El film, protagonizado por la niña Laia Artigas, en el papel de Frida, junto a los actores catalanes David Verdaguer y Bruna Cusí, que dan vida a sus tíos, recrea esa época desde el punto de vista infantil.

"La parte que más me costó creo que fue encontrar la manera de rodar que se adaptara a las niñas. Darles libertad e incluso improvisando un poco. Ellas nunca leyeron el guión", explica sobre Artigas y Robles, que da vida a su prima Anna. "Encontrar una cámara que no fuera intrusiva, que no les molestara demasiado para poder darles esa libertad a la hora de actuar. Eso fue complicado y dirigirlas también", agrega.


La directora indica cómo el equipo de la película se fue adaptando un poco a cómo reaccionaban las niñas durante el rodaje de una película que le llevó dos años y medio terminar, desde que le surgiera la idea mientras estudiaba en Londres, ir a su pueblo y contar algo de su familia.

El film está rodado enteramente en catalán. "Era importante para mí rodarla en catalán por una cuestión que creo que hay algo muy cultural y que los personajes tienen una forma muy catalana de reaccionar en esa cosa de un poco para dentro. No hablar muy claro y esas cosas", comenta sobre una película en la que apenas hay diálogos y casi todo queda recogido en gestos y miradas.

Simón reconoce que a pesar de los problemas que existen para levantar proyectos en España, ella tuvo suerte, pero lamenta que en España las películas de tamaño medio estén desapareciendo. "Es un poco precario todo", indica esta directora que envidia los países que respetan el cine.

En una Berlinale en la que de 399 películas 125 han sido rodadas por mujeres, Simón espera que esto vaya en aumento. "Es muy importante que cambie", comenta sobre las estadísticas españolas que reflejan que solo una mujer por cada tres hombres decide qué historias se cuentan. "Tengo esperanza de que esto cambie".

Después de Berlín, Simón mostrará su película en el Festival de Málaga y espera volver a trabajar con niños en un futuro. "Es un proceso muy mágico con el que aprendes muchísimo. Dan una verdad que a veces me cuesta más encontrar con los adultos", concluye.