"¡Atención, turbulencias!": dilucidan en Alemania el caos del viento

Por Helmut Reuter (dpa)


Oldenburgo (Alemania), 5 feb (dpa) - Cuando un avión está por aterrizar, se encienden las señales de aviso para ajustarse el cinturón, una indicación que tiene mucho sentido, ya que la maniobra puede ser turbulenta porque el viento se arremolina al acercarse al suelo. Y si aparecen ráfagas, la sensación a bordo puede no ser precisamente agradable.

Lo que los pasajeros y aviones experimentan y, a veces, hasta sufren durante el aterrizaje y el despegue es una constante para las centrales eólicas, tanto en tierra como en el mar. Científicos del nuevo laboratorio eólico de la ciudad de Oldenburgo, en el estado federado de Baja Sajonia, se dedican a dilucidar los secretos de estas corrientes de aire turbulentas y en principio caóticas, es decir no calculables o reproducibles.

"Podemos repetir el caos", señala Joachim Peinke, físico e investigador de turbulencias, para quien el nuevo laboratorio eólico "WindLab", que costó 20 millones de euros (21,4 millones de dólares), significa un sueño hecho realidad. Peinke dirige las nuevas instalaciones junto al experto en energía eólica Martin Kühn.

El corazón del laboratorio es un túnel aerodinámico de 30 metros de longitud que puede ser configurado en forma flexible y es capaz de simular condiciones eólicas turbulentas tal como son observadas en la naturaleza.

El túnel permite experimentar con turbinas eólicas individuales con una hélice de 1,8 metros de diámetro o bien grupos de pequeños modelos de aerogeneradores con un diámetro de 58 centímetros que son expuestos a turbulencias.

Las pruebas tratan de representar las condiciones eólicas naturales con la mayor precisión. Las turbulencias y remolinos surgen entre otras causas debido a resistencias, por ejemplo debido a edificios, colinas, montañas o bosques y también a influencias meteorológicas, que arremolinan el viento sin seguir un esquema.

Este proceso es bastante caótico desde el punto de vista de la ciencia, y las turbulencias son muy comunes en los segmentos más elevados de los aerogeneradores.

El nuevo laboratorio se ha propuesto aclarar varias dudas: ¿cómo deben ser ubicados los aerogeneradores para poder aprovechar las turbulencias de modo óptimo? ¿Cómo debe ser el ángulo de ataque de las aspas? ¿Y qué hay que tener en cuenta respecto a las turbulencias que genera la misma turbina?

Si bien el laboratorio se dedica a la investigación de principios fundamentales, sus experimentos pueden cobrar importancia para las empresas del sector a la hora de planear nuevas centrales.

En Alemania, las centrales eólicas ya aportan casi el 14 por ciento de la energía producida en el país.